Isaías 26, 1-6Salmo 117, 1. 8-9. 19-21. 25-27
Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: ‘Señor, Señor’, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero ésta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: ésta se derrumbó y su ruina fue grande.
La parábola ilustra las dos dinámicas del modo como podemos orientar nuestra vida: La dinámica de la fundamentación o la dinámica de la justificación. Fundar la vida es construir sobre la roca que es la voluntad del Padre. Justificar la vida es construir sobre arena, hacer cosas para la exportación, para la imagen. Puedo vivir mi misión desde el estar fundado en Dios y desde la búsqueda de su voluntad, o como justificación de mi vida ante mí y ante los demás.Juan María nos dice que podemos hacer obras hermosas y brillantes, encandilar a los hombres y vivir atribuyéndonos toda la gloria de lo hecho, como si fuéramos los salvadores del mundo: “Temo, queridos hijos, que en lo concreto de su conducta dejen que el orgullo, la presunción, la vanagloria dominen sus acciones y les quiten todo su mérito”.Thomas Merton escribió: “Mientras tienes que defender el yo imaginario que crees importante, pierdes la paz de tu corazón. Cuando comparas tu sombra con la sombra de otras gentes, pierdes toda la alegría, porque empezaste a traficar con irrealidades, y no hay gozo en lo que no existe”.Difícil es trabajar sólo para Dios. Es una gracia a pedir y un trabajo de toda la vida. En la medida que lo hagamos, nuestra casa estará firme en la roca de Dios. (ideas de Miguel Ángel Merino)
MÁXIMAEdifiquemos nuestra vida sobre la roca de Dios
Hemos contribuido a la conversión de algunas almas quizá, pongamos que hayamos hecho milagros, abierto los oídos a los sordos, enderezado a los cojos; ¿entraremos en el Reino de Dios? Esas obras en apariencia tan bellas y brillantes, de las que los hombres se maravillan, ¿qué son en realidad? ¿No hemos perdido todo el mérito? ¿No las hemos manchado al atribuirnos su gloria? ¿Es por Dios, por Dios sólo que hemos obrado? ¡Ah! al menos comencemos a no ver más y a no buscar más que a El, afín de no llegar con las manos vacías y despojados de todo mérito y virtud a su terrible juicio» (Apertura del retiro a la congregación de S. Méen, 1826)
Cristo, mi roca firme,anclado estoy en Él.Aunque todo esté perdidofeliz siempre estaré.Pongo mi fe en Cristo,Él nunca fallará.Fue fiel por generaciones¿Por qué me ha de fallar?Él no…En medio de la pruebatu paz siempre sentiré.No seré derrotadopues mi fuerza está en Él.Pongo mi vida en Cristo,Él nunca fallará.Es fiel en todo momento.Él nunca cambiaráÉl no, Él no,El no fallará,El no fallará.Aun en tormentanada me moverá.Anclado en Cristo,sé que me sostendrá.
ORACIÓN POR EL CAPÍTULOSeñor Jesús,somos discípulas y discípulos tuyosque, como Familia Menesiana del Cono Sur,queremos caminar en actitud sinodal,en un clima de constante discernimiento, para descubrir y responder a la invitaciónque nos haces de colaborar contigo, anunciando tu Evangelio.Señor Jesús,conscientes de nuestra fragilidad,ponemos confiados en tus manos,los cinco panes y dos peces que tenemospara que tú, desde tu sensibilidad,los repartas, transformandocorazones, mentes, manos y pies, saciando el hambre de fraternidad.Señor Jesús,enséñanos tu modo de ser misión,a mirar como comunidades educativascompasivamente la realidad,a tejer lazos de corresponsabilidadque nos hagan más hermanas y hermanosde tus predilectos, los pobres.Amén