Isaías 49, 8-15 Salmo 144, 8-9.13cd-14.17-18
Jesús dijo: Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo.Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.Entonces Jesús tomó la palabra diciendo: «Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados.Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere. Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida.Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán.Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.
Jesús, fue criticado por los judíos por haber curado en un día de sábado y por considerarse igual a Dios (Evangelio de ayer). Poco les interesaba el pobre hombre que se había pasado la vida buscando ayuda para sanarse y que la había encontrado ese día sábado. Jesús les dice que él, como el Padre, no tiene día de descanso, que trabaja siempre en bien de la humanidad. Lo importante es ayudar al necesitado, no cumplir con reglas, por más buenas que sean.Jesús les dice además que Dios Padre puso todo en sus manos, su Hijo amado, y que quien lo escucha y honra, también está escuchando y honrando a Dios. Él es el rostro de Dios, su presencia amorosa, la encarnación de la divinidad, que se ha hecho presente ente los hombres. Quien lo escucha y sigue tendrá la vida eterna.También nosotros somos los hijos de Dios, su presencia en el mundo, quienes debemos ser los transmisores de su voluntad y los hacedores de su misericordia. No se trata de cumplir algunas normas. No seamos como el hijo mayor de la parábola que leímos el domingo, que cumplía a rajatabla lo que su padre le mandaba, pero que no quería a nadie, ni siquiera se sentía partícipe de esa familia. Hagamos presente con nuestras actitudes al Dios de la misericordia en la comunidad. Creamos un ambiente ‘divino’ donde todos se sientan familia, donde todos tengan lugar; una comunidad de la que puedan decir ‘¡Miren cómo se aman!’
MÁXIMASomos el rostro de Dios
Ninguno de nosotros entrará en el seno de Dios, si no ha llegado a ser la imagen de su Hijo. Es en su Hijo, como nos dice él mismo, en quien ha puesto todas sus complacencias; y, para elevar hasta él a sus miserables criaturas, es necesario que encuentre en ellas los rasgos, y, por así decirlo, la figura, la impronta viva de Aquél a quien ha engendrado antes de todos los siglos. (Profesión de una religiosa, S VII 2172)
Jesús, tú eres el rostro del Padre,la misericordia hecha carne.Jesús, tú eres amor.Con tu mirada llamaste a Mateo,al Buen ladrón lo llevaste hasta el cielo.Jesús, tú eres perdón.A la Magdalena libraste,a Bartimeo curaste, Jesús, mi Señor.Y compadecido saciaste el hambrede esa multitud.Todo en ti es misericordia,todo en ti es misericordia.Amor, tu mirada es amor,Amor, toda tu vida es amor,Amor, tu Palabra es amor,Amor, toda tu vida es amor.Jesús, tú eres el rostro del Padre,la misericordia hecha carne.Jesús, tú eres amor.Con tu Palabra sanaste aquel siervo,la salvación le llevaste a Zaqueo.Jesús, eres compasión.A la hemorroisa salvaste,a aquellos niños tocaste,Jesús, mi Señor.Y conmovido llorasteante la tumba de tu amigo, Señor.Todo en ti es misericordia,todo en ti es misericordia.Amor, tu mirada es amor.Amor, toda tu vida es amor.Amor, tu Palabra es amor.Amor, toda tu vida es amor.Si has recibido perdón,Si han tenido de ti compasión,no te encierres en tu corazón,mas da sin medida tu amor.Que todo en ti sea misericordia,que todo en ti sea misericordia.Amor, tu mirada es amor.Amor, toda tu vida es amor.Amor, tu Palabra es amor.Amor, toda tu vida es amor.