Génesis 19, 15-29Salmo 25, 2-3.9-12
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía. Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: ¡Sálvanos, Señor, que nos hundimos!Él les respondió: ¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe? Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?
Los discípulos se enfrentan al furor de una tormenta, que según dicen, en el lago de Genesaret puede llegar a ser muy fuerte. Y recurren a quien saben que puede salvarlos del naufragio, Jesús. El contraste es evidente: Los discípulos en medio del caos y Jesús durmiendo plácidamente en una barquita que seguramente daba bandazos, zarandeada por las olas y el viento.El texto tiene una gran actualidad: La humanidad entera va sobre un mar agitado y muchas veces dando manotazos de ahogado, sin saber qué hacer. Raras vez se nos ocurre acudir a quien sí puede calmar los vientos. El olvido del Dios verdadero, el de la misericordia, el del perdón, el de la paz, se traduce en turbulencias, violencia, dolor sin medida. Muchas veces los hombres se acuerdan de la divinidad, pero de una mascarada de Dios, un señor de la guerra y la venganza. Y en nombre de ese dios falso se cometen atrocidades.Tenemos al Dios Emmanuel entre nosotros, no lo dejemos dormir plácidamente. Acudamos a él, como los discípulos, en nuestras tormentas cotidianas. La paz sólo viene de Él.
MÁXIMALa paz viene de Dios
Dios está siempre cerca de los que trabajan por su gloria: Lucha con nosotros cuando luchamos por él. Si la intención es recta, no tenemos nada que temer. (Memorial 19)
Cuando el futuro veas inciertoy el temor debilite tu confianza,recuerda que Dios está presente,que nada escapa a su mirada.El universo entero está en sus manos.Nada sucede sin que Él lo sepa.Aun los dolores Él los permitepara mayor bien de los que ama.Aleja el temor,grandes milagros hizo el Señor.Ya venció a la muerte.¡Resucitó!Aleja el temor,eleva tu mirada.Tu guardián nunca duerme.Tus pasos sostendrá.Cuándo preocupaciones tengasy los vientos arrecien con fuerza,eleva tu mirada al cielo,pide con fe que Dios siemprete escucha.Que nada la paz te quite,porqué el Señor camina contigo.De su poder no dudes nunca.Mantente en pie siempre ante la lucha.