Auray (retiro fundacional)

La clausura del retiro estuvo señalada por una solemnidad, mucho más importante: ésta fue la profesión religiosa, que hicieron los que fueron juzgados dignos y capaces. Hicieron el voto de obediencia sobre los escalones del altar frente a los Fundadores que permanecían de pie. Fueron unos veinte: “Estos eran, dice el H. Julien, siguiendo el orden de su entrada en la Congregación, los Hermanos: Mathurin, Paul, Pierre, Charles, Louis, Jean, Jean-Marie. Ambroise, Bonaventure, Adrien, Paulin y algunos más que no nombro porque no han perseverado”. (Historia del Instituto. Rulon, pág 23)

Mil setecientos ochenta aquí comenzó,
una historia que brotó desde el corazón.
Un camino que un niño francés emprendió,
la Bretaña principio de revolución.

Una vida dispuesta a ayudar a los demás,
un destino que Dios solo conocerá.
A los niños que se propuso ayudar,
y seguía con su revolución,
a través de la educación.

Él rompió barreras se acercó al que no tenía.
Ángel que nos acompaña, y apasiona con su vida,
haciendo caminos, siguiendo sus huellas,
compartiendo lazos, somos todos Menesianos. (Bis)

Una mirada distinta Juan María mostró.
La realidad que vivía a él le conmovió.
Sus valores forjaron los lazos de unión,
de los niños y jóvenes que Dios le dio.

Un proyecto de vida, servicio y amor,
donde el último joven siempre contó.
Nuestro ángel atento que nos acompañó,
en hermanos, maestros gracias por su ilusión,
y hacen brillar nuestro corazón.

Antífona 1
Que el amor fraterno reine entre todos los miembros de la misma comunidad. Que cada uno se sienta feliz con la alegría de los demás y sufra con sus penas, y que todos se presten, para ir a Dios y cumplir su obra, mutuo apoyo. (Regla 1825)

SALMO 133 (132)
La vida fraterna

Vean qué dulzura, qué delicia,
convivir los hermanos unidos.

Es ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento

Es rocío del Hermón, que va bajando
sobre el monte Sión.
Porque allí manda el Señor la bendición:
la vida para siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
Que el amor fraterno reine entre todos los miembros de la misma comunidad. Que cada uno se sienta feliz con la alegría de los demás y sufra con sus penas, y que todos se presten, para ir a Dios y cumplir su obra, mutuo apoyo. (Regla 1825)


Antífona 2
Sin duda tendremos que sufrir en estas pruebas, ¡Dios sea bendito! Después de todo, somos discípulos de este Jesucristo pobre, que fue humillado y condenado al suplicio de la cruz (S II, 529)

CÁNTICO:
Flp 2, 6-11: Confianza en Dios padre

Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2
Sin duda tendremos que sufrir en estas pruebas, ¡Dios sea bendito! Después de todo, somos discípulos de este Jesucristo pobre, que fue humillado y condenado al suplicio de la cruz (S II, 529)


Estoy sorprendido de lo que me dice, respecto a los votos temporales; me parece que no puede haber una asociación perdurable sin ataduras y sin garantía de estabilidad por parte del que se compromete. Además, el voto de obediencia, conlleva, una sumisión de espíritu, sin la cual, no hay obediencia real. De hecho, es el único freno a la inconstancia de los jóvenes. Observo que la mayor parte, lejos de lamentarse, reconociendo su necesidad, se alegran de que se les permita contraer compromisos de esta naturaleza. Sin esto, no serían distinguidos como maestros de escuela, y a mí me faltaría autoridad para dirigirlos. Las escuelas podrían ser abandonadas por los Hermanos que no aceptarían las plazas difíciles, más que en tanto les gustase…” (Carta al señor Mazelier, 14 de abril de 1826)

Maravillas hizo en mí – Boccacci & Guzmán

Antífona:
¿Quieren compartir la gloria de María? Imiten sus virtudes y recuerden que por la humildad más profunda ha llegado a la más alta elevación a la que una simple criatura puede aspirar. (S II, 439)

Maravillas hizo en mí.
Mi alma canta de gozo
pues al ver mi pequeñez
se detuvieron sus ojos.
Y el que es santo y poderoso
hoy aguarda por mi sí.
Mi alma canta de gozo,
maravillas hizo en mí.

Maravillas hizo en mí.
Del alma brota mi canto.
El Señor me ha amado
más que a los lirios del campo.
Por el Espíritu Santo
Él habita hoy en mí.
No cese nunca mi canto,
maravillas hizo en mí.

Antífona:
¿Quieren compartir la gloria de María? Imiten sus virtudes y recuerden que por la humildad más profunda ha llegado a la más alta elevación a la que una simple criatura puede aspirar. (S II, 439)

A cada intención respondemos:

Ayúdanos, Señor, a ser fieles.

-. Que Dios Solo sea el faro que ilumine el camino de los Menesianos.

-. Que la Regla de Vida, de vida a cada uno de los Hermanos y en ellos a las comunidades.

-. Señor, danos tu ayuda para continuar siendo creativos y fieles testigos de tu amor.

-. Señor, danos la gracia de vivir unidos y alegres.

-. Señor, te pedimos que nos ayudes a vivir obedientes a tus mandamientos, expresados en nuestra Regla de Vida.

-. Hoy, la Familia Menesiana se pone en tus manos, Señor, para que hagas de ella un instrumento dócil al servicio de los más pequeños.

Señor Jesús, hace 200 años,
Juan María de la Mennais y Gabriel Deshayes
vivieron el desamparo de los niños y de los jóvenes
“que andaban como ovejas sin pastor”.
Ilumínanos y haznos descubrir hoy
el grito de los que esperan pastores de corazón generoso.
Concede a todos los miembros de la Familia Menesiana
apoyarse en tu misericordia,
en la unidad de una única Familia.
Y danos la paz y la alegría
de escribir una nueva página para la misión.
¡Que con María,
caminemos juntos por los caminos de la paz
y que anunciemos con gozo
la Buena Nueva a los pobres!
¡Dios solo en el tiempo!
¡Dios solo en la eternidad!
Amén