Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.Ellos le preguntaron: Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va suceder?Jesús respondió: Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: Soy yo, y también: El tiempo está cerca. No los sigan.Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin.
Los profundos cambios socioculturales que se están produciendo en nuestros días y la crisis religiosa que sacude las raíces del cristianismo en occidente, nos han de urgir más que nunca a buscar en Jesús la luz y la fuerza que necesitamos para leer y vivir estos tiempos de manera lúcida y responsable.En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas. Es contrario al espíritu de Jesús cultivar el triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandezas. Este camino que a nosotros nos parece extrañamente duro es el más acorde a una Iglesia fiel a su Señor.En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación.
Estas son las consignas de Jesús:
Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: “Yo les daré palabras y sabiduría”. Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles “tendrán ocasión de dar testimonio”. Es ahora precisamente cuando hemos de reavivar entre nosotros la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de Jesús, de su mensaje y de su proyecto.Esta es la exhortación de Jesús para momentos duros: “Gracias a la perseverancia salvarán sus vidas”.
Te exhorto, querido hijo, a que tengas valor y confíes en Dios; él no te ha de abandonar, puedes estar seguro; ocurra lo que ocurra no debes turbarte ni desanimarte por ello: lleva la cruz con amor. Tu recompensa ha de ser hermosa, pues la prueba es dura. Yo procuraré que sea corta.” (Al H. Gerardo, 15 de julio de 1842)
No recibimos el espíritu de Diospara seguir viviendo esclavos,sino que hijos adoptivos, el Señor,nos hizo por su hijo amado.Y es el espíritu quien hoydice en nuestro corazón:“No tengan miedo de ser santos”.Él, a su lado, nos llamóY, convocados por su amor,todos unidos le cantamos.No tenemos miedo, no (4)Cae la tarde, pierde el día su fulgory el miedo crece entre las sombras.Pero, en la noche, el creyente corazónespera el brillo de la aurora.Así, despierto, nuestro amorespera el mensajero albordel día que ya está llegando.Sus centinelas somos hoy,testigos de ese nuevo solque es Jesús resucitado.Y así, en Cristo alimentamos la esperanzade construir la civilización del amor.El amor de Dios inclina la balanza.Si a nuestro lado está,¿quién nos podrá enfrentar?Ya no podemos, por la gracia del Señor,permanecer indiferentes.Ya no podemos resignarnos al dolor,a la miseria, a la muerte.Dios nos invita a iluminarcon nuestra vida pastorallas realidades en penumbras.Y es nuestra apuesta, nuestro plande transformar la realidadcon su presencia y con su ayuda.Si en la balanza de este mundo y su dolor,más que el amor, pesan las armas;si manda el dólar,si la guerra y la opresiónnos acorralan la esperanza,aún hay oportunidadpara jugarse de verdad,para no darse por vencido.Hay un camino que tomarpor los humildes, por la pazpor la verdad de Jesucristo.Y así, en Cristo alimentamos la esperanzade construir la civilización del amor.El amor de Dios inclina la balanza.Si a nuestro lado está,¿quién nos podrá enfrentar?