María dijo: Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
María es feliz porque Dios ha puesto la mirada en su pequeñez. Así es Dios con los sencillos. María lo canta con el mismo gozo con que bendice Jesús al Padre, porque se oculta a sabios y entendidos y se revela a los sencillos. La fe de María en el Dios de los pequeños nos hace sintonizar con Jesús.Ella describe al Dios presente en la historia de su pueblo y cómo su mano poderosa acoge a los que sufren, a los que se creen olvidados, a los marginaos, a los débiles, enalteciéndolos para que recobren su dignidad y colmándolos de bienes para que disfruten de una vida más humana. Lo mismo que gritaba Jesús: los últimos serán los primeros. María nos invita a acoger la Buena Noticia de Jesús: Dios es de los pobres.Pensemos en el paso de Dios por nuestras vidas y cantémosle agradecidos por todo lo que hemos recibido de él.Y en este camino que nos lleva al nacimiento de Jesús, en este tiempo de Adviento, recorramos los rostros de los pequeños (niños y jóvenes) que habitan nuestra vida: en la escuela, en la familia, en las calles del barrio, ellos son nuestro Jesús a los que hoy debemos adorar con nuestro trabajo, haciendo que en sus vidas dejen de tener necesidades y estén llenos de alegría y paz.
Almas piadosas, ustedes todos hermanos míos, que desean saber por qué María les dice que el Señor ha mirado la humildad de su sierva: ”Ha mirado la humildad de su sierva”. ¡Palabra admirable! ¡Palabra profunda y verdaderamente sublime! En dos palabras, he ahí todo el Evangelio. No, no son solamente los privilegios de María y las gracias extraordinarias que ella ha recibido las que han atraído sobre ella la mirada favorable de su Dios. Pero ella es bienaventurada porque ella fue dulce y humilde de corazón. Ella ha caminado por las vías sencillas y comunes. Ella perseveraba, nos dice la Escritura, en la oración con las otras mujeres, no hacía nada que pudiese distinguirla de las otras. (Sermón sobre María)
Mi alma canta,canta la grandeza del Señor,Y mi espírituse estremece de gozo en Diosmi salvador. Porque miró con bondadla pequeñez de su servidora.Porque miró con bondadla pequeñez de su servidora,en adelante todas las gentesme llamarán feliz,me llamarán feliz,me llamarán feliz.Derribó del trono a los poderososy elevó a los humildes,Colmó de bienes a los hambrientosy despidió a los ricos con las manos vacías.Mi alma canta la grandeza del Señory mi espíritu se estremece de gozo en Dios,mi salvador.Mi alma canta,canta la grandeza del Señory mi espírituse estremece de gozo en Dios,mi salvador.