3º Domingo durante el año

Jonás 3,1-5.10
Salmo 24, 4-5ª.6.7cd.8-9
1ª Corintios 7, 29-31

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia.
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: Síganme, y yo los haré pescadores de hombres.
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y con ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Juan ha sido arrestado por Hedores y Jesús comienza anunciando que el Reino de Dios está cerca, que Dios quiere construir algo nuevo con nosotros, que cambiemos la manera de pensar y de actuar y que creamos en esta Buena Noticia. El Reino de Dios es el corazón del anuncio de Jesús: ¿cómo sería la vida en las aldeas de Galilea, si en Tiberíades reinara Dios y no Herodes Antipas?

La llamada de los discípulos es el primer acto de la vida pública de Jesús. La primera acción de quien anuncia la cercanía de Dios consistió en rodearse de hombres que le estuvieran cercanos. No quiso predicar a Dios desde la soledad personal. Esta primera comunidad es el germen de la comunidad universal de hermanos y hermanas que Jesús quiere crear; en su horizonte está el Reino que ha venido a anunciar y establecer. Esta primera comunidad va a ser el punto de referencia, símbolo constante de su mensaje. Es en ella que su palabra debe hacerse realidad y donde su mensaje debe de verificar su verdad.
El discipulado es la primera institución que surge de la predicación del Reino; Jesús empezó a realizar el Reino que anunciaba llamando a su seguimiento a unos hombres. Seguimiento y Reino van de la mano, se necesitan y se reclaman mutuamente.

‘Caminaba’. Tiene resonancias del paso del Señor por la historia, y nos muestra al mismo tiempo cómo Dios nos alcanza en la cotidianeidad de nuestra existencia. El caminar de Jesús expresa el modo de obrar de Dios en la historia. Jesús sale al encuentro de las personas en lo cotidiano para cambiar su destino. Así lo había hecho Dios con profetas, jefes carismáticos y reyes de Israel que han sido ‘tomados’ mientras ejercían el oficio habitual de pastores o agricultores. Jesús pasa por tu historia en la cotidianeidad de tu vida. No lo busques fuera.

‘Vio’. El ver de Jesús no es exterior, sino un ver profundo que llega al corazón, como sólo puede hacerlo Dios. La fuente de toda vocación está en la mirada de Jesús que conduce a la persona a lo mejor de sí mismo y descubre en él lo que ni él, ni los otros son capaces de ver. La mirada de Jesús obra, realiza el seguimiento. Él es capaz de ver en un pescador o en un recaudador un hijo del Padre y un discípulo.
Jesús mirando hace posible lo que es imposible para la persona. La mirada de Jesús actúa las posibilidades de Dios. Cuando se pierde el contacto con la mirada se vuelve a ser pescador, recaudador,…

‘Echando sus redes’. Simón y Andrés son hermanos de sangre. En la nueva comunidad fundada por Jesús seguirán siendo hermanos, pero como hijos del Padre. La fraternidad de sangre es superada y trascendida. Jesús llama a personas que conocen bien su oficio. No son profesionales de la religión (escribas, fariseos, sacerdotes), sino simples trabajadores. De esta forma, el evangelio conecta con los oficios que construyen la vida cotidiana del mundo. No hace falta ser especialistas en cosas de Dios para escuchar la llamada de Jesús, pero es importante ser experto en trabajos de la tierra. Uno de ellos la educación.

‘Yo los haré pescadores de hombres’. La frase expresa dos ideas importantes: la primera es que la llamada está siempre orientada a la misión. Es condición del discípulo vivir vuelto hacia los otros. Los menesianos, hacia los niños y jóvenes. La segunda idea nos muestra el camino formativo para la misión: un camino largo y nada fácil. La casa y el camino serán los lugares de formación del discípulo en el evangelio de Marcos, los lugares donde Jesús les enseña a solas, en intimidad. 

‘Y empezaron a seguirlo’. El discípulo es el que sigue al Maestro.La llamada está centrada en la persona de Jesús. Consiste en el hecho de que los llamados deben tomar a Jesús como punto de referencia y orientación. Se establece esta relación fundamental y no intercambiable. Jesús nos precede, guía, determina el camino porque conoce la meta y la ruta. Los llamados lo siguen, se confían en su dirección, convencidos de que no les lleva al desastre sino a la vida perfectamente realizada. Mediante la llamada son ligados a la persona de Jesús y están puestas las bases para la comunión de vida con Él.

La gran tentación del discípulo será ponerse delante, hacer prevaler sus deseos e intenciones sobre el seguimiento. Es lo que hace Pedro cuando no acepta el camino de Jesús (Mc 8,33) o lo que hace Juan cuando impide a otros expulsar demonios, ‘porque no anda con nosotros’ (Mc 9,3 8). El discípulo no debe colocarse delante del maestro para hacer de guía: debe permanecer detrás para dejarse guiar por él. Detrás del Maestro es el lugar del discípulo.

‘Dejaron sus redes’. Evoca el cambio de centro en la vida del discípulo. Los llamados por Jesús han de dejar redes y barca, padre y ayudantes (es decir, trabajo, posesiones, familia, etc.) para seguirle en el camino del Reino. Sólo Jesús puede transformar la vocación-llamada en seguimiento que transforme la existencia.

Jesús y sus discípulos:
La mirada de Jesús y la respuesta de estos hombres los significó como discípulos. Jesús convoca al seguimiento y al anuncio del Reino. No se entiende solo. Dios es comunidad y Jesús convoca y constituye comunidad para ponerlo de manifestó.

Tienes razón al considerar tu vocación como una gracia insigne. El buen Dios no podría hacerte una mayor, puesto que estás llamado a continuar la misión que su propio Hijo ha realizado en la tierra; como Él, usted enseña y todos tus trabajos tienen como objeto la salvación de las almas. (1.07)

Con un mundo de recuerdos,
muchos planes y proyectos,
un mañana por hacer.
Con un gesto de nostalgia,
una foto de los que ama,
mil preguntas y un porqué.
Dejó todos sus amores,
sus cosas y su gente,
por ser fiel a un nuevo amor.
Alguien golpeó en su puerta,
oyó su voz,
le entregó su corazón.

¿Quién te llamó,
quién pronunció tu nombre
un atardecer?
¿Quién te eligió,
te habló de amar y de dar la vida?

Una llama en su mirada,
unas manos siempre abiertas,
unas huellas que seguir.
Llena el alma de palabras
y sus labios temblorosos,
ya sin nada que decir.
Te has quedado entre los tuyos,
en la brisa, en el viento,
que jamás se sabe a dónde va.
Fiel paloma mensajera,
que por amar, olvidó mirar atrás.

Vas sintiendo los momentos,
de errores y de aciertos,
aprendiendo a compartir.
Comprendiendo otras memorias,
otros modos de entender la vida,
de pensar o de reír.
Acogemos tu plegaria,
rebeldía hiriente y sana,
utopía y realidad,
por un mundo insolidario,
que huyendo va
de la paz y la verdad