INTRODUCCIÓN“Cada día”: es una expresión muy frecuente que no hace referencia ni a la palabra de Dios o de nuestros Fundadores, ni a nuestra Regla de Vida, pero que nos lleva, más bien, a una regularidad. ‘Cada mañana’ sale el sol y se pone cada tarde. Cada día, comemos, trabajamos y descansamos. Son actividades sencillas todas ellas, pero esenciales para nuestra vida y para nuestro crecimiento. Si, por alguna razón, se perturba este ritmo, inmediatamente nos sentimos a disgusto y un malestar indefinido pone de manifiesto la anomalía.
Esta Circular 318, sólo tiene un objetivo: ayudarnos a tomar conciencia, como nos manda nuestro último Capítulo General, de que nuestra vida entera es una respuesta a la llamada de Cristo a conformarnos con Él, como discípulos-misioneros. (CG 2018, nº 8). Esta Circular no quiere ser un tratado nuevo ni aspira a ser un curso de formación inicial o permanente. Busca, sencillamente, animarnos a que utilicemos mejor los medios de los que ya disponemos, para que la formación de cada día sea “un camino que transforme y transfigure toda nuestra vida, dentro de nuestras fragilidades.” (CG 2018, nº 8). Si al final de este recorrido, todos, cualquiera que sea la etapa en la que cada uno se encuentre en su caminar tras los pasos de Cristo, llegue a convencerse de que su formación dura toda la vida y que se ha de llevar a cabo en el día a día, mi objetivo se habrá cumplido plenamente.
Estas reflexiones van dirigidas, principalmente, a los Hermanos. Pero invito encarecidamente a los Laicos a que las interioricen también ellos. Formarnos juntos ¿no es una hermosa manera de tejer lazos de fraternidad y fortalecer con ello nuestro sentido de pertenencia? Es una magnífica experiencia sinodal que abrirá, sin ninguna duda, nuestros oídos y nuestros corazones: que cada uno se ponga a la escucha de los demás y todos a la escucha del Espíritu Santo (Jn 14,17).
“Cada día”: está dividida en tres capítulos, estructurados siguiendo el relato de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35). En este pasaje, el evangelista Lucas, presenta al resucitado como Alguien que educa, forma y acompaña. El capítulo primero: Caminemos con Jesús, nos llevará a conocer mejor a Aquel que es Camino, Verdad y Vida (Jn 14,6). El Capítulo Segundo: Acojamos al Maestro, nos enseña la pedagogía para que aprendamos la manera de hacer nuestros “los sentimientos del Hijo.” (VC, nº 66) y que le amemos más cada día. El último capítulo nos invita a Ponernos en camino de nuevo desde Cristo cada día, si queremos ser discípulos-misioneros.
Deseo ardientemente, que esta circular, nos ayude a “dejarnos convertir y evangelizar personal y comunitariamente.” (CG 2018, nº 8). De este modo, esta Circular podrá leerse y trabajar sobre ella, bien personalmente, en grupo, o en Comunidad. Después de la lectura de cada capítulo o de algunos apartados, se puede dedicar un tiempo al intercambio o bien organizado previamente, en donde cada uno esté invitado a compartir las llamadas o las interpelaciones para su vida personal y su Fraternidad, para su Comunidad o para su grupo.
¡Ojalá que el Espíritu Santo ayude a los Hermanos y a los Laicos de la Familia Menesiana a sacar provecho de ella para entrar con disponibilidad en este proceso de conversión permanente propia de la consagración bautismal y religiosa!
Hermano Hervé Zamor, Superior General
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