Herederos del carisma que ha dejado Juan María, vivirlo es el desafío en la escuela cada día. Una escuela que sea Templo, Hospital, Casa de Pan, cual Taller para la vida, Frontera, calor de Hogar. Con el lema de Dios Sólo y sintiéndonos hermanos, compartamos la tarea: ¡Todos somos menesianos! Dar a conocer a Cristo con el ejemplo en la aulas; y ser luz entre los hombres predicando con el alma. De los jóvenes y niños, como ángeles custodios velando por su futuro, enlazando fe y estudio.