San Alberto Hurtado

Josué 24, 1-13
Salmo 135, 1-3. 16-18. 21-22. 24

Evangelio: Mateo 19, 3-12

Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron:
¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?
Él respondió: ¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?
De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido.
Le replicaron: Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?
Él les dijo: Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era sí.
Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio.
Los discípulos le dijeron: Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse.
Y él les respondió: No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido.
En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!


Comentario

Los fariseos del relato no se acercan para escuchar sus enseñanzas, sino para ponerlo a prueba, para tenderle una trampa.
Entre los sabios judíos de la época había discusión por los motivos por los que se podía repudiar a la esposa y mandarla de vuelta a la casa de los padres:
Para los seguidores del rabino Hilel, por motivos tan simples como quemar la comida, el varón podía hacerlo y buscarse una mejor compañera y cocinera. Los de la escuela de Shamai, en cambio, defendían que sólo la infidelidad era causa justa para el divorcio. Las mujeres, por supuesto, como correspondía a una sociedad re machista, no tenían ni voz ni voto; sólo sufrían las consecuencias.

El tema central es el de los compromisos asumidos y de la fidelidad a los mismos, cosa que en nuestra sociedad no siempre es valorado. Para una época tan egocéntrica, donde el bienestar del yo es el ‘valor’ principal, mantenerse firmes de acuerdo a lo decidido, no es fundamental. Siempre tendremos justificaciones socialmente aceptables para cambiar el rumbo. La verdad es que nos cuesta bancarnos las consecuencias de nuestras decisiones. Debemos reconocer también que es fácil cuestionar y criticar a los demás por sus debilidades, mientras deseamos que se nos justifiquen las nuestras. Sabemos de lo difícil que se hace a veces mantener lo prometido.

Por eso el Papa Francisco nos dice al respecto, hablando de este texto:
“El camino de la Iglesia, desde el tiempo del Concilio de Jerusalén, ha sido siempre el camino de Jesús, el camino de la misericordia y de la rehabilitación… El estilo de la Iglesia es no condenar a nadie para siempre; es verter el bálsamo de la misericordia de Dios, sobre todos quienes lo piden con un corazón sincero.”


Máxima

Jesús nos quiere firmes en el amor


Palabras de Juan María de la Mennais

Si vas a la Trinidad, como todo lo anuncia, ve en espíritu de fe, de humildad y de celo, no teniendo en vista más que la gloria de Dios y la salvación de los niños. Recuerda el sí que dijiste al pie del altar cuando se te preguntó, antes de pronunciar tus santos compromisos, sobre tus intenciones y deseos. (Al H. Gerardo, 1º de junio de 1841)


Canción

Fieles – Maite López

Haznos fieles a ti, fieles a tu Palabra
Fieles a tu voz, a tu voluntad,
Fieles a tu Evangelio, a la Buena Noticia,
Haznos fieles como eres tú.

Fieles, fieles,
cuando es de día y de noche también.
Fieles, fieles.
A tu lado, contigo, por ti y para ti,
en la calma y en la tempestad.

Haznos fieles al Sur, fieles a los pequeños,
fieles en la lucha por un mundo mejor,
fieles a los pobres, a los excluidos.
Haznos fieles como eres tú.

Haznos fieles al Pan, fieles a tu Cuerpo,
fieles a este Vino, a la comunión;
fieles sin complejos, fieles apasionados.
Haznos fieles como eres tú.