Regla de Vida II

Ambientación:

Consideren la Regla como la expresión de la voluntad de Dios su estricta observancia como el camino más seguro de agradarle y de santificarse. Es al mismo tiempo una protección contra las caídas, y una defensa contra las tentaciones, un amigo que no engaña y un guía que nunca extravía. (Regla de 1825)


Himno

Mi refugio – Verónica Sanfilippo

Luz y tinieblas
en un instante separó
tu gran amor.
Hiciste el mar y el cielo
y todo lo que habita en ello,
sólo por amor.
Y se cumplió tu sueño,
soplando tu aliento,
sólo por tu gran amor.

Tú, cuidarás de mí.
Tú guiarás mis pasos.
Mi refugio es tu presencia
que no tiene descanso.
Y en la inmensidad de tu creación,
elegiste mi pequeñez, Señor.
Contigo quiero estar por la eternidad,
a la sombra de tu majestad.

Porque tú cuidarás de mí,
Tú guiarás mis pasos.
Mi refugio es tu presencia
que no tiene descanso.

Me rindo a Ti,
me rindo a tu presencia,
me rindo a tu poder,
me rindo a tu bondad.

Porque tú cuidarás de mí.
Tú guiarás mis pasos.
Mi refugio es tu presencia
que no tiene descanso.


Salmodia

Antífona 1
Hoy más que nunca deben ser fieles a la santa Regla

Salmo 70
Tú, Señor, fuiste mi esperanza desde mi juventud

A ti, Señor, me acojo: 
no quede yo derrotado para siempre; 
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído, y sálvame. 

Se tú mi roca de refugio, 
el alcázar donde me salve, 
porque mi peña y mi alcázar eres tú. 

Dios mío, líbrame de la mano perversa, 
del puño criminal y violento; 
porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza 
y mi confianza, Señor, desde mi juventud. 

En el vientre materno ya me apoyaba en ti, 
en el seno tú me sostenías, 
siempre he confiado en ti. 

Muchos me miraban como a un milagro, 
porque tú eres mi fuerte refugio. 
Llena estaba mi boca de tu alabanza 
y de tu gloria, todo el día. 

No me rechaces ahora en la vejez, 
me van faltando las fuerzas, no me abandones; 
porque mis enemigos hablan de mí, 
los que acechan mi vida celebran consejo; 
dicen: «Dios lo ha abandonado; 
persíganlo, agárrenlo, que nadie lo defiende». 

Dios mío, no te quedes a distancia; 
Dios mío, ven aprisa a socorrerme. 
Que fracasen y se pierdan 
los que atentan contra mi vida, 
queden cubiertos de oprobio y vergüenza 
los que buscan mi daño. 

Yo, en cambio, seguiré esperando, 
redoblaré tus alabanzas; 
mi boca contará tu auxilio, 
y todo el día tu salvación. 
Contaré tus proezas, Señor mío, 
narraré tu victoria, tuya entera. 

Dios mío, me instruiste desde mi juventud, 
y hasta hoy relato tus maravillas, 
ahora, en la vejez y las canas, 
no me abandones, Dios mío, 

hasta que describa tu brazo 
a la nueva generación, 
tus proezas y tus victorias excelsas, 
las hazañas que realizaste: 
Dios mío, ¿quién como tú? 

Me hiciste pasar por peligros, 
muchos y graves: 
de nuevo me darás la vida, 
me harás subir de lo hondo de la tierra; 

acrecerás mi dignidad, 
de nuevo me consolarás; 
y yo te daré gracias, Dios mío, 
con el arpa, por tu lealtad; 

tocaré para ti la cítara, 
Santo de Israel; 
te aclamarán mis labios, Señor, 
mi alma, que tú redimiste; 

y mi lengua todo el día 
recitará tu auxilio, 
porque quedaron derrotados y afrentados 
los que buscaban mi daño.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
Hoy más que nunca deben ser fieles a la santa Regla

.

Antífona 2
Quien viola la Regla se sustrae a la gracia

Salmo 141
Tú eres mi refugio 

A voz en grito clamo al Señor, 
a voz en grito suplico al Señor; 
desahogo ante El mis afanes, 
expongo ante El mi angustia, 
mientras me va faltando el aliento. 

Pero tú conoces mis senderos, 
y que en el camino por donde avanzo 
me han escondido una trampa. 

Mira a la derecha, fíjate: 
nadie me hace caso; 
no tengo adónde huir, 
nadie mira por mi vida. 

A ti grito, Señor; 
te digo: «Tú eres mi refugio 
y mi lote en el país de la vida». 

Atiende a mis clamores, 
que estoy agotado; 
líbrame de mis perseguidores, 
que son más fuertes que yo. 

Sácame de la prisión, 
y daré gracias a tu nombre: 
me rodearán los justos 
cuando me devuelvas tu favor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2
Quien viola la Regla se sustrae a la gracia


Regla de Vida

Inspirada en el Evangelio y en la intuición de los Fundadores, la Regla de Vida es para cada Hermano el guía seguro en el camino que ha elegido. Traza con nitidez las grandes líneas de su espiritualidad y define los objetivos precisos de su vida religiosa. Es la aplicación del Evangelio a su estado y a su actividad. El Hermano trata de penetrar en su sentido y la medita para asimilar sus riquezas y su espíritu. La encarna en su vida, convencido de que al ser fiel a ella, lo es a Cristo a quien sigue y a quien sirve. (D. n° 190)


Cántico de María

Antífona
Tengo sumo interés en que la Regla sea observada exactamente en su casa y que hagan juntos los principa­les ejercicios de piedad.

Mi alma canta el amor de Dios
y mi espíritu al Salvador,
porque El miró mi humildad,
todo el mundo me aclamará.

/Y la Virgen santa
le cantó al Señor,
dándole las gracias
por su gran amor./ (bis)

Al humilde Dios levantará,
al soberbio lo derribará,
al hambriento le dará su pan
y a los ricos los despedirá.

Desde siempre Dios nos eligió
para ser testigos de su amor;
su misericordia y su bondad
con nosotros siempre estarán.

Antífona
Tengo sumo interés en que la Regla sea observada exactamente en su casa y que hagan juntos los principa­les ejercicios de piedad.


Preces

A cada intención respondemos:
Señor, cuida de nosotros

-. Señor, que a ejemplo tuyo nos cuidemos los unos a los otros como verdaderos hermanos

-. Señor, que al vivir la letra y el espíritu de la Regla de Vida nos edifiquemos mutuamente

-. Señor, que vivamos la Regla de Vida como expresión de fidelidad a tu persona a quien seguimos y servimos en los niños y jóvenes que nos confías

-. Señor, ayúdanos a crecer en espíritu de fe, caridad, abnegación y humildad como buenos hijos de Juan María y Gabriel

-. Señor, enséñanos a vivir anclados en el Dios Solo como camino de salvación personal y comunitaria.


Padre nuestro


Oración final

Padre Dios, te damos gracias por el espíritu que animaba a Juan María y a Gabriel y ayúdanos a que todos y cada uno de los Hermanos vivamos la Regla de Vida que ellos nos dieron para mejor seguir a tu Hijo, en la educación cristiana de niños y jóvenes. Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén