Himno menesiano del bicentenario

1780, aquí comenzó
una historia que brotó
desde el corazón.
Un camino que un niño francés emprendió.
La Bretaña, principio de revolución.
Una vida dispuesta
a ayudar a los demás.
Un destino que Dios sólo conocerá
A los niños él se propuso ayudar
y seguía con su revolución…
a través de la educación.

Él rompió barreras,
se acercó al que no tenía.
Ángel que nos acompaña
y apasiona con su vida.
Haciendo caminos, siguiendo sus huellas,
compartiendo lazos,
somos todos menesianos.

Una mirada distinta Juan María mostró,
la realidad que vivía a él le conmovió.
Sus valores forjaron los lazos de unión
de los niños y jóvenes que Dios le dio.
Un proyecto de vida, servicio y amor
donde el último joven siempre contó.
Nuestro “ángel” atento que nos acompañó
en Hermanos, maestros, gracias por su ilusión.
Y hacen brillar nuestro corazón.