Señor Jesús,Tú que dijiste que todos sean uno,te damos gracias por llamarnos a la unidad,por desafiarnos a salirde nuestros esquemas y seguridades.Sabes de nuestras resistenciase inseguridades,sabes de nuestros sueños y anhelos;no te son desconocidasnuestras limitaciones y pobrezas,y también con ellasquieres gestar la nueva realidad.Nos confiamos a María,que salió a prisa al encuentrode la vida que clama.Haz de la familia menesianaun cuerpo para la misiónque cuide y defienda la vidade los más pequeños del sur.Amén.
El fin primero de la autoridad es la fidelidad de todos y de cada uno al espíritu querido por los Fundadores y a la misión confiada por la Iglesia, y no la vida administrativa o material de la Congregación.
¿Es demasiado que pasen unos años de paciencia y de pruebas para merecer que Dios se muestre a nosotros cara a cara y sin velo?
1960: Guénolé Bizien1978: Jean Bétrom (Jean-Hervé)