Rezamos esta tarde en unión con toda la Familia Menesiana extendida por el mundo entero, pidiendo al Señor que nos ayude a ser fieles a las intuiciones fundacionales de Juan María y de Gabriel, buscando siempre los caminos del Señor en el mundo de hoy. Que la divisa Dios Solo, el Crucifijo y la Regla de Vida sean para nosotros los faros que iluminan el caminar como cuerpo eclesial.
Junta tus manos, forma una red,sigue a Jesús de Nazareth.son tantas redes,son tantas manos,somos Familia, somos hermanos.
Hermanos que saben compartirsu tiempo y su pan,que no guardan para sísus ganas de ayudar.
Hermanos que caminana tu lado día a día,que viven con intensidad,que contagian alegría.
Hermanos que sueñancon lograr que el mundo sea mejor,que regalan sus esfuerzos.que ponen el corazón.
Hermanos que respondena la ofensa con la paz,que son fuertes en la entregay en la solidaridad.
Rapeado:Aprendemos a querernos,a cuidarnos como hermanos.Juan María es el ejemplo,el sentir es menesiano.El amor es el motor,la razón y el motivo.Dios es bueno, todo en nuevo.Déjame cantar contigo.
Antífona 1El hombre más razonable sería el que alimentase su espíritu de un solo pensamiento: Dios Sólo. No hay corazón cristiano que no entienda esta palabra, Dios Sólo.
Salmo 15El Señor es el lote de mi heredad
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien». Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2Que el amor fraterno reine entre todos los miembros de la misma comunidad. Que cada uno se sienta feliz con la alegría de los demás y sufra con sus penas, y que todos se presten, para ir a Dios y cumplir su obra, mutuo apoyo.
Salmo 133 (132)La vida fraterna
Vean qué dulzura, qué delicia,convivir los hermanos unidos.Es ungüento precioso en la cabeza,que va bajando por la barba,que baja por la barba de Aarón,hasta la franja de su ornamentoEs rocío del Hermón, que va bajandosobre el monte Sion.Porque allí manda el Señor la bendición:la vida para siempre.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Sí, hijos míos, los amo en Jesucristo, por Jesucristo; tengo sed, por así decirlo, de su dicha, de su salvación; ustedes y yo, no hacemos más que un solo cuerpo; no tenemos más que los mismos intereses, los mismos deseos, el mismo fin; queremos ir al cielo, procurando la gloria de Dios, según la medida de nuestros medios y de nuestras fuerzas.¡Ah! unámonos cada vez más en este pensamiento; intentemos, queridos hijos, ayudarnos unos a otros a ser santos; y para esto, que cada uno dé a sus hermanos ejemplo de dulzura, de paciencia, de humildad, de fidelidad a la regla; que cada uno rece, no sólo por sus propias necesidades, sino también por todos los miembros de la congregación; en una palabra; no tengamos más que un solo corazón y una sola alma.Que este corazón y que esta alma ardan con todos los fuegos de la divina caridad; y después de haber estado así unidos en la tierra, lo estaremos por toda la eternidad, en el cielo mismo: fiat, fiat. (S VII p. 2374)
Antífona:¿Quieren compartir la gloria de María? Imiten sus virtudes y recuerden que por la humildad más profunda ha llegado a la más alta elevación a la que una simple criatura puede aspirar.
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,gózase mi espíritu en mi salvador.Él es mi alegría, es mi plenitud,Él es todo para mí.
Ha mirado la bajeza de su siervamuy dichosa me dirán todos los pueblosporque en mí ha hecho grandes maravillasel que todo puede cuyo nombre es santo.
Su clemencia se derrama por los siglossobre aquellos que le temen y le amandesplegó el gran poder de su derechadispersó a los que piensan que son algo.
Derribó a los potentados de sus tronosensalzó a los humildes y a los pobreslos hambrientos se saciaron con sus bienesy alejó de sí vacíos a los ricos.
Acogió a Israel su humilde siervoacordándose de su misericordiacomo había prometido a nuestros padresa Abraham y descendencia para siempre.Demostró a Dios porque él es nuestro PadreY a su Hijo que murió para salvarnosY al Espíritu que habita entre nosotrosAhora y siempre por los siglos infinitos.
A cada intención respondemos:
Gracias, Señor, por acompañarnos
-. Gracias, porque por mediación de Juan María y Gabriel hemos recibido la divisa Dios Solo como la razón de ser de nuestra vida y misión.-. Gracias, porque por mediación de los Fundadores recibimos la Regla de Vida y en ella el espíritu que los animaba y empujaba a ustedes a la entrega generosa por la Iglesia-. Gracias, porque por mediación de dos sacerdotes recibimos el nombre de Hermanos de la Instrucción Cristiana para ser en la Iglesia testimonio de la fraternidad universal que vino a inaugurar el Maestro.-. Gracias, porque por mediación de Juan María y Gabriel recibimos el hábito y el crucifijo como signos visibles de lo que estamos llamados a encarnar en nuestras vidas.-. Gracias, porque por mediación de los Fundadores expresamos con ellos la obediencia absoluta a Dios y la búsqueda común de su querer para nuestras vidas.
Señor Jesús, por intercesión Juan María de la Mennais y Gabriel Deshayes ilumínanos para descubrir hoy el grito silencioso de los niños y jóvenes que esperan pastores de corazón generoso y concede a la Familia Menesiana apoyarse en tu misericordia y en la unidad de una única Familia para responder a sus llamadas. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.