«Sé pobre, pero pobre de espíritu, sin apegarte a aquellos bienes que los hombres buscan con tanto afán y trabajo, ni a otra clase de bienes a los que es más difícil renunciar, me refiero a tus inclinaciones y tus gustos; rómpelos, tritúralos bajo el pie de la cruz, muere…” (A una religiosa)
El deseo de ayudar a tus padres te ha llevado demasiado lejos (había organizado una colecta) y te ha hecho faltar a la Regla; debes entregar al Hno Laurent en depósito los quinientos y tantos francos que has recogido; ya arreglaremos ese asunto definitivamente cuando estés aquí, pero mientras tanto, no puedes en conciencia disponer de nada, pues sería hacer un acto de propiedad. (Al H. Gérard, 20 de marzo de 1845).
Declaración de domicilio – Meana
Vivo en el lado oculto de la vida.Yo voy por la vereda de las sombras.Lo mío es el rumor de un arroyito.
El beso de la brisa entre las hojas.Y las flores de plástico me duelen.La tierra y las raíces me conmueven.Vivo en el lado desnudamente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.Vivo en el lado lento de la vida.Amo lo que se gesta en el silencio.Terco fluir del río en la llanura.Los embarazos y el muy sabio invierno.Soy figura emergiendo de la piedra.Los montes me contagian su certeza.Vivo en el lado pacientemente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.Vivo en el lado tierno de la vida.Voy desarmando fosos y castillos.Ya no quiero ser duro pero muerto.Prefiero vulnerable pero vivo.La falda de mamá… el olor de casa…Y tu abrazo de amor que hoy me rescata.Vivo en el lado entrañablemente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.Vivo en el lado pobre de la vida.Donde la sencillez airea tu casa.Donde el «Te necesito» no avergüenza.Donde nace del alma el «Muchas gracias».Donde nadie te lleva por delantemontado en «supervidas importantes»…Vivo en el lado pequeñamente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.Vivo en el lado manso de la vida.Le creo solamente a los pacíficos.Por eso me avergüenzan mis violencias:Quiero a mi corazón quieto en su nido.¡Triste arrogancia de los «ganadores»!No subo el Monte Olimpo de esos dioses.Vivo en el lado sufridamente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida. Vivo en el lado espeso de la vida.Sangro la sangre de los doloridos.No adoro ideas claras y distintas:Dramático y más turbio es nuestro río.¡Cruz de autenticidad esperando el alba…!Y, oscuramente, Dios, eje de mi alma.Vivo en el lado complejamente humano de la vida.Vivo en el lado sagradamente humano de la vida.
Antífona 1Ahorren para la misión, pues es pobre, y no podemos extendernos más que en proporción a los ingresos de que disponemos.
Salmo 48Vanidad de las riquezas
Oigan esto, todas las naciones; escúchenlo, habitantes del orbe: plebeyos y nobles, ricos y pobres; mi boca hablará sabiamente, y serán muy sensatas mis reflexiones; prestaré oído al proverbio y propondré mi problema al son de la cítara. ¿Por qué habré de temer los días aciagos, cuando me cerquen y acechen los malvados, que confían en su opulencia y se jactan de sus inmensas riquezas, si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida, que nunca les bastará para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. Miren: los sabios mueren, lo mismo que perecen los ignorantes y necios, y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua y su casa de edad en edad, aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdurará en la opulencia, sino que perece como los animales. Este es el camino de los confiados, el destino de los hombres satisfechos: son un rebaño para el abismo, la muerte es su pastor, y bajan derechos a la tumba; se desvanece su figura, y el abismo es su casa. Pero a mí, Dios me salva, me saca de las garras del abismo y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa: cuando muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él. Aunque en vida se felicitaba: «Ponderan lo bien que lo pasas», irá a reunirse con sus antepasados, que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente es como un animal que perece.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2Es más fácil mantener el orden en la administración que restablecerlo, sobre todo si ha estado mucho tiempo perturbado.
Salmo 126El esfuerzo humano es inútil sin Dios
Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguen, que velen hasta muy tarde, que coman el pan de sus sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en manos de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: No quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.
Este desorden es deplorable: pon remedio con firmeza y hazles comprender claramente a los hermanos que el dinero de cada casa no es de su propiedad, y que en América tanto como en Francia, todo hermano debe economizar lo más posible, por el bien común de nuestra congregación tan pobre…Sin duda a los hermanos no debe faltarles nada de lo que es necesario: pero nada de gastos en lujos y delicadezas; con eso es imposible que se conserve el espíritu religioso: economía, sencillez en todo, esa debe ser su divisa, porque es su regla.Apruebo los arreglos que has hecho para la escuela del Mouillage y no sé cómo felicitarte por el orden que has puesto es tu establecimiento; espero que poco a poco, con la economía y el orden, lo liberes de las deudas.Sin duda, me sentiría molesto si a los hermanos les faltase lo que necesitan, pero también, cuando uno se vuelve demasiado exigente, cesa de ser religioso y esto me aflige, ya que lo que más deseo en el mundo es verlos hacer continuos progresos en las virtudes propias de su santo estado. (Al Hno Ambrosio 1842)
AntífonaMe dolería mucho saber que los Hermanos carecen de lo necesario, pero deben comprender que se deja de ser religioso cuando uno se hace demasiado exigente.
Mi alma canta el amor de Diosy mi espíritu al Salvador,porque El miró mi humildad,todo el mundo me aclamará.Y la Virgen santale cantó al Señor,dándole las graciaspor su gran amor. Al humilde Dios levantará,al soberbio lo derribará,al hambriento le dará su pany a los ricos los despedirá.Desde siempre Dios nos eligiópara ser testigos de su amor;su misericordia y su bondadcon nosotros siempre estarán.
A cada intención respondemos:
Señor, que vivamos en sencillez.
-. Que nuestro estilo de vida manifieste que la sencillez es uno de nuestros principios vitales.
-. Que vivamos el trabajo no como una tarea sino como un ministerio.
-. Que aportemos con alegría y sencillez a la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
-. Que no nos afanemos en rodearnos de comodidades, sino de crecer en disponibilidad y servicio.
-. Que vivamos algunas carencias materiales como fraternidad universal con los más pobres.
-. Que nunca nos volvamos exigentes y comodones.
Padre Dios, ayúdanos a liberar el corazón del dominio de los valores temporales: confort y comodidades de la vida, cargos y funciones, estima y éxito, incluso, realización cultural y que nos sometamos generosamente a la ley universal del trabajo, contribuyendo así al mantenimiento de las comunidades y de las obras del Instituto. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén