Nehemías 2, 1-8Salmo 136, 1-6
Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: ¡Te seguiré adonde vayas!Jesús le respondió: Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.Y dijo a otro: Sígueme.Él respondió: Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre.Pero Jesús le respondió: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios.Otro le dijo: Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos.Jesús le respondió: El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.
Jerusalén es la meta final, donde Jesús, en su última Pascua, debe morir y resucitar, y así llevar a cumplimiento su misión de salvación. Desde ese momento, después de esa “firme decisión”, Jesús se dirige a la meta, y también a las personas que encuentra y que le piden seguirle les dice claramente cuáles son las condiciones: no tener una morada estable; saberse desprender de los afectos humanos; no ceder a la nostalgia del pasado.Pero Jesús dice también a sus discípulos, encargados de precederlo en el camino hacia Jerusalén para anunciar su paso, que no impongan nada: si no hallan disponibilidad para acogerlo, que se prosiga, que se siga adelante. Jesús no impone nunca, es humilde, Jesús invita. Si quieres, ven. La humildad de Jesús es así. Él invita siempre, no impone. (Papa Francisco, 30 de junio de 2013)En este evangelio se nos presenta un Cristo exigente: «quien pone la mano en el arado y mira hacia atrás no es digno de Mí». Son duras las palabras de la elección de Dios, por lo que comprenden, pero al mismo tiempo donan una paz y una felicidad inmensas dentro del alma, porque se sabe que ha sido Dios mismo quien ha llamado. No todos aceptan el llamado con generosidad, sino que al sentir el peso muchos lo dejan. Dejemos que Dios nos hable en el corazón y si él nos llama digamos con sinceridad y generosidad que queremos seguirlo, aun sabiendo las dificultades que allí encontraremos. Pidamos también en una visita o después de la comunión por las vocaciones para que mande obreros fieles a su mies.
Seguir a Jesús no es fácil
Me das mucha pena cuando te preocupas tanto por ti mismo; Me gustaría verte más resignado a la santa voluntad de Dios, y con más ganas de parecerte a Jesucristo crucificado: no tendrás la paz del alma, y no saborearás la alegría en tu corazón, a menos que tengas esta santa decisión de abandono a Dios y renuncia de ti mismo. (Al H. Ambrosio, 09-02-1837)
Al lado de Jesús – primera fe
Cristo es luz para tu caminar,está dispuesto a atender tu ansiedad.Te da amor, te da pazy te da fuerzas al luchar.Es puerto seguro para descansar,es el buen pastor que da seguridad.Siempre es tu amigo fiel,es manantial para tu sed.No hay nada que temersi vas al lado de Jesús.El cambiará tu actitud.Él es vida, es la luz.Mira siempre hacia la cruz.Camina al lado de Jesús.Es la solución para tu malestar,es el remedio que puede sanar,el bello tesoro que puedes hallar.Camina al lado de Jesús.Le da sabor a tu amargo vivir,es la razón de poder sonreír,con él tú puedes ser feliz.Camina al lado de Jesús.Es puerto seguro para descansar.Es el buen pastor que da seguridad.