Pobres

Algunos ayuntamientos han tratado de sacar provecho de sus escuelas; pero me he opuesto con éxito, exigiendo que cuando el producto de las retribuciones sobrepase los gastos de la escuela, el excedente sea aplicado a proveer gratuitamente a los pobres, los libros, el papel, las plumas y la tinta». (ATC V p. 278)


Himno

Madre de los Pobres

Madre de los pobres,
los humildes y sencillos,
de los tristes y los niños
que confían siempre en Dios.

Tú, la más pobre
porque nada ambicionaste.
Tú, perseguida
vas huyendo de Belén.
Tú, que un pesebre
ofreciste al Rey del Cielo,
toda tu riqueza
fue tenerle sólo a Él.

Tú, que en sus manos
sin temor te abandonaste.
Tú, que aceptaste,
ser la esclava del Señor,
vas entonando
un poema de alegría:
“Canta alma mía,
porque Dios te engrandeció”.

Tú, que has vivido
el dolor y la pobreza.
Tú, que has sufrido
en la noche sin hogar.
Tú, que eres Madre,
de los pobres y olvidados,
eres el consuelo
del que reza en su llorar.


Salmodia

Antífona 1
Las escuelas comunales que he fundado al precio de tan largos y tan penosos trabajos, me son tan queridas a causa de su misma pobreza.

Disculpe el señor – Joan Manuel Serrat

Disculpe el Señor
si le interrumpo, pero en el recibidor
hay un par de pobres que
preguntan insistentemente por usted.

No piden limosnas, no…
Ni venden alfombras de lana,
tampoco elefantes de ébano.
Son pobres que no tienen nada de nada.

No entendí muy bien
sin nada que vender o nada que perder,
pero por lo que parece
tiene usted alguna cosa que les pertenece.

¿Quiere que les diga que el señor salió…?
¿Que vuelvan mañana, en horas de visita…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
Santa Rita, Rita, Rita,
lo que se da, no se quita…?

Disculpe el señor,
se nos llenó de pobres el recibidor
y no paran de llegar,
desde la retaguardia, por tierra y por mar.

Y como el señor dice que salió
y tratándose de una urgencia,
me han pedido que les indique yo
por dónde se va a la despensa,
y que Dios, se lo pagará.

¿Me da las llaves o los echo? Usted verá,
que mientras estamos hablando
llegan más y más pobres y siguen llegando.

¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise
si tienen en regla sus papeles de pobre…?
¿O mejor les digo como el señor dice:
Bien me quieres, bien te quiero,
no me toques el dinero…?

Disculpe el señor
pero este asunto va de mal en peor.
Llegan a millones y
curiosamente, vienen todos hacia aquí.

Traté de contenerles pero ya ve,
han dado con su paradero.
Estos son los pobres de los que le hablé…
Le dejo con los caballeros
y entiéndase usted…

Si no manda otra cosa, me retiraré.
Si me necesita, llame…
Que Dios le inspire o que Dios le ampare,
que esos no se han enterado
que Carlos Marx está muerto y enterrado.

Antífona 1
Las escuelas comunales que he fundado al precio de tan largos y tan penosos trabajos, me son tan queridas a causa de su misma pobreza.

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Antífona 2
La gran necesidad que esos pobres niños tienen de una educación cristiana ¿no es motivo bastante poderoso para suscitar tu celo?

Los Nadies – Eduardo Galeano

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos.

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.

Los nadies, que cuestan menos
que la bala que los mata.

Sugerencia: hacer presentes a “los nadies” de nuestro entorno. Pedir perdón por las veces que ninguneamos”. Reconocer a los que habitan las fronteras de nuestras instituciones. 

Antífona 2
La gran necesidad que esos pobres niños tienen de una educación cristiana ¿no es motivo bastante poderoso para suscitar tu celo?


Palabras de Juan María


Se dirá el último día a aquellos que no han practicado la misericordia hacia sus hermanos: no han traído aquí ningún sentimiento de humanidad, no encontrarán ninguno; han sembrado la dureza y la inhumanidad, recogerán las gavillas. Han huido de la misericordia, ella se alejará de ustedes. Han despreciado a los pobres, serán despreciados de Aquél que se ha hecho pobre por amor a ustedes» (S. IX p. 2586)


Cántico de María

Antífona
Tú que eres rico Señor, sé generoso con tus pobres hijos; pero sobre todo, derrama con abundancia tus gracias sobre ellos.

Mi alma canta el amor de Dios
y mi espíritu al Salvador,
porque El miró mi humildad,
todo el mundo me aclamará.

Y la Virgen santa le cantó al Señor,
dándole las gracias
por su gran amor.

Al humilde Dios levantará,
al soberbio lo derribará,
al hambriento le dará su pan
y a los ricos los despedirá.

Desde siempre Dios nos eligió
para ser testigos de su amor;
su misericordia y su bondad
con nosotros siempre estarán.

Antífona
Tú que eres rico, sé generoso con tus pobres hijos; pero sobre todo, derrama con abundancia tus gracias sobre ellos.


Preces

A cada intención respondemos:

Que te reconozcamos, Señor

-. En los que menos tienen y son marginados por sus carencias.

-. En los que se les hace cuesta arriba seguir el ritmo de aprendizaje grupal.

-. En los que se les hace difícil tener una mirada inclusiva y misericordiosa.

-. En aquellos que sentimos que nos llevan la contra y nos provocan.

-. En aquellos que son señalados como los que alteran el orden áulico.

-. En aquellos que pasan desapercibidos porque no encontramos nada que los signifique como únicos.


Padre nuestro


Oración final

Dios Padre y Madre te bendecimos porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos, sí, Padre, así te ha parecido bien. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.