San Martín de Porres

Romanos 9, 1-5
Salmo 147, 12-15. 19-20


Evangelio: Lucas 14, 1-6

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.
Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía.
Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: ¿Está permitido curar en sábado o no?
Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y volviéndose hacia ellos, les dijo: Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?
A esto no pudieron responder nada.


Señor, de nuevo fariseos a la carga. ¡Cuánta paciencia tuviste con ellos! Les dijiste una y otra vez que el amor es lo primero, que todo lo que se hace sin amor no sirve; que el obrar con amor nos llena de gozo y que el mero cumplimiento de la ley nos lleva a la tristeza. Se lo dijiste mil veces a ellos y también nos lo dices a nosotros. Y, sin embargo, todavía seguimos amarrados a las normas porque éstas nos dan seguridad. ¿Habrá más seguridad que vivir en el amor?  ¿Habrá más alegría que el sentirte en brazos de Dios, nuestro Padre? Hazme, Señor, cristiano, pero cristiano de verdad.

La pregunta de Jesús y la respuesta de los fariseos es bien distinta. ¿Por qué pregunta Jesús? ¿Pregunta por el tiempo que hace? ¿Pregunta por el lugar donde vamos a pasar las vacaciones? … Jesús pregunta por cosas serias. ¿Se puede hacer el bien? ¿Hay mucha gente que sólo piensa en hacer el mal; pero ¿hay alguien que se atreva a prohibir hacer el bien? ¿Para qué estamos en la vida si no es para eso? ¿En nombre de quien se puede prohibir hacer el bien a todas las personas?

A estas preguntas de profundidad, los fariseos dan la callada por respuesta.  ¿Por qué se callan? Porque tienen una ley que, según ellos viene de Dios y prohíbe trabajar en sábado, incluso si el trabajo consiste en hacer el bien. Jesús no puede estar de acuerdo con esta manera de tergiversar la misma ley de Dios.

Precisamente el sábado, día en que cesan las labores de la semana, es el día dedicado a Dios y a los hermanos. ¿O es que se puede ofender a Dios haciendo el bien a sus hijos? Cuando la religión se vive, vaciándola del contenido del amor, se pueden cometer verdaderos disparates. Sólo cuando el amor es el centro de la vida, podemos estar centrados en nuestra fe.

Señor, hoy te voy a pedir una cosa: esa tenacidad que los fariseos tenían con la ley, con las tradiciones, haz que yo la tenga con la fuerza del amor que Tú nos has dejado. Haz que yo sepa amar como Tú nos has amado. No quiero más leyes ni más reglamentos.


Máxima

Siempre es tiempo de amar


Palabras de Juan María


Vive en paz con todos tus hermanos. Que la divina caridad los una a todos con sus dulces lazos (Al H. Luciano, 13 de abril de 1832)


Así es la caridad – Jésed


¡Así es la Caridad
si la vives de verdad!
No te arrepentirás,
serás libre de verdad.

¿Cómo reconocerás verdadera caridad?
Si antes que para ti mismo
buscas el bien de los demás.
Si es feliz con lo que tiene,
si no cree más de lo que es.
si como buen campesino
tiene un corazón sencillo.

Porque Dios así lo quiso,
es preciso, lo repito:
La pobreza es distintivo
de todo el que sigue a Cristo.
Ser pobre por elección
para servir por amor.
No buscamos recompensa
porque nuestra herencia es Cristo.