Ya se habrán enterado de la muerte de nuestro buen Hermano Carlos, y sin duda, no habrán esperado la llegada de mi carta para hacer por el eterno descanso de su alma las oraciones prescritas por la Regla. Yo no tengo duda de su eterna felicidad; no obstante, cuando se sale de este miserable mundo, ¡hay que conservarse tan puro para poder ir derecho al cielo! Imploremos, por lo tanto en favor suyo las divinas misericordias (Al H. Laurent, 9 de abril de 1824)
¡Resucitó!, dejó la tumba vacía y resucitó,dejó a la muerte vencida ¡Él resucitó! (bis)Dos mil años atrás vino el hombre más especial,hablando de justicia y de paz.Predicaba el amor, predicaba la libertady hasta su vida dio para darnos perdón.Lo sentenciaron, lo condenaronpor predicar la verdad al pueblo de Dios.¡Resucitó!, dejó la tumba vacía y resucitó,dejó a la muerte vencida ¡Él resucitó! Dos mil años después nuestra fe sigue firme en Él.La tumba está vacía, es la prueba fiel.Y a los que creen en Él, la tumba nunca los detendrá,seremos levantados con poder.No tengas miedo, Él es la vidaÉl es la resurrección, nunca morirás.No busques entre los muertos al que vivo estáDichoso aquel que crea, no morirá.La tumba está vacía, la prueba ahí está.El mismo ayer, hoy y siempre, él te ayudará.Seremos levantados con su poder, su podercomo al tercer día, igual que Él.Ánimo no es en vano, tu espera en ÉlVive el Rey de los reyes, vive y es fiel.
Antífona 1:Él sólo nos queda, y desde el fondo de su eternidad nos grita: Yo soy la vida, no amen a nadie más que a Mí.
Salmo 129Desde lo hondo, a ti grito, Señor
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2:Dirige todo a Dios, querido hijo, no hagas nada a no ser en vista de la eternidad. Que éste sea tu único pensamiento.
Salmo 24Oración por todas clases de necesidades
A ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados, mientras que el fracaso malogra a los traidores. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. Por el honor de tu nombre, Señor, perdona mis culpas, que son muchas. ¿Hay alguien que tema al Señor? Él le enseñará el camino escogido: su alma vivirá feliz, su descendencia poseerá la tierra. El Señor se confía con sus fieles, y les da a conocer su alianza. Tengo los ojos puestos en el Señor, porque Él saca mis pies de la red. Mírame, oh Dios, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ensancha mi corazón oprimido y sácame de mis tribulaciones. Mira mis trabajos y mis penas y perdona todos mis pecados; mira cuántos son mis enemigos, que me detestan con odio cruel. Guarda mi vida y líbrame, no quede yo defraudado de haber acudido a ti. La inocencia y la rectitud me protegerán, porque espero en ti. Salva, oh Dios, a Israel de todos sus peligros.
Procura, pues, levantar tu espíritu y desprenderlo de todos los afectos terrenales; el apego a un lugar más que a otro, el anhelo demasiado vivo de consuelos humanos son grandes miserias. Por el contrario, la vida, la alegría y la verdadera felicidad se hallan en la muerte al mundo y a sí mismo. Un cristiano y con mayor motivo un religioso debe verlo todo y juzgar de todo a las luces de la fe, y pensar que lo mejor que le puede suceder en el orden de la salvación es lo que va contra sus gustos y sus deseos naturales. Ofrece todo a Dios, querido hijo, obra solamente con la mirada puesta en la eternidad: ¡que ése sea tu único pensamiento! (Al H. Césaire, 6 de enero de 1846)
AntífonaNos volveremos a reunir todos en el cielo, para alabar y bendecir por siempre al divino Jesús, de quien hemos sido discípulos y fieles servidores en la tierra.
Mi alma canta el amor de Diosy mi espíritu al Salvador,porque El miró mi humildad,todo el mundo me aclamará.Y la Virgen santale cantó al Señor,dándole las graciaspor su gran amor.Al humilde Dios levantará,al soberbio lo derribará,al hambriento le dará su pany a los ricos los despedirá.Desde siempre Dios nos eligiópara ser testigos de su amor;su misericordia y su bondadcon nosotros siempre estarán.
AntífonaNos volveremos a reunir todos en el cielo, para alabar y bendecir por siempre al divino Jesús, de quien hemos sido discípulos y fieles servidores en la tierra
A cada intención respondemos:
Señor, tú eres la Resurrección y la vida
-. Creemos en ti Señor, vencedor de la muerte y dador de la vida.-. Dios dador de vida, danos la fuerza para seguir andando nomás. -. Que nuestra vida al servicio de los niños y jóvenes sea una alabanza a Dios.-. Que vivamos con la certeza de que nuestro caminar no es hacia la muerte, sino al encuentro definitivo con Dios.-. Que no miremos las cosas de manera simplemente humana, sino siempre en relación a la eternidad.-. Que nuestra oración sea un alivio para quienes lo necesiten.
Dios de la vida y del amor, elevamos a ti nuestra súplica confiada y con el corazón agradecido, sostenidos en la certeza que tus hijos e hijas son llamados a la eternidad, inaugurada por tu Hijo Jesús que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.