Caridad

Mientras permanezcamos unidos, seremos fuertes y dichosos; sí, esta unión santa será el encanto, la gracia y la fuerza de nuestra sociedad. Entiendo con ello que cada uno tolere las debilidades de sus hermanos, sean del cuerpo o del espíritu, con una paciencia inalterable. Que cada uno se preocupe por la felicidad de los demás como por la propia.


Himno – Vivimos tu misericordia

Somos llamados como Menesianos
a ser una familia, todos hermanos.
Tenemos un Padre que es amoroso.
Eres un Dios maravilloso.

Tu misericordia es nueva cada día,
más grande que los cielos,
que el sol del mediodía.
Como no quererte, si eres alegría.
Tu misericordia transformó nuestra vida.

Si hay problemas, no estamos solos,
tenemos un Dios que es poderoso.
Siempre nos entiende, es amoroso.
Tenemos un Dios que es maravilloso.


Salmodia

Antífona 1:
Amemos a la Iglesia: el amor es fuerte como la muerte.

Salmo 107
Señor, mi Dios, ayúdame

Dios mío, mi corazón está firme, 
para ti cantaré y tocaré, gloria mía. 
Despierten, cítara y arpa, 
despertaré a la aurora. 

Te daré gracias ante los pueblos, Señor, 
tocaré para ti ante las naciones: 
por tu bondad, que es más grande que los cielos; 
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. 

Elévate sobre el cielo, Dios mío, 
y llene la tierra tu gloria; 
para que se salven tus predilectos, 
que tu mano salvadora nos responda. 

Dios habló en su santuario: 
«Triunfante, ocuparé Siquén, 
parcelaré el valle de Sucot; 

mío es Galaad, mío Manasés, 
Efraín es yelmo de mi cabeza, 
Judá es mi cetro; 

Moab, una jofaina para lavarme, 
sobre Edom echo mi sandalia, 
sobre Filistea canto victoria». 

Pero, ¿quién me guiará a la plaza fuerte, 
quién me conducirá a Edom, 
si tú, oh Dios, nos has rechazado 
y no sales ya con nuestras tropas? 

Auxílianos contra el enemigo, 
que la ayuda del hombre es inútil; 
con Dios haremos proezas, 
El pisoteará a nuestros enemigos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1:
Amemos a la Iglesia: el amor es fuerte como la muerte.

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Antífona 2:
Ojalá pudiéramos decirle: ¡Dios mío, te he amado y te amo!

Salmo 135
Himno Pascual

Den gracias al Señor porque es bueno: 
porque es eterna su misericordia. 

Den gracias al Dios de los dioses: 
porque es eterna su misericordia. 

Den gracias al Señor de los señores: 
porque es eterna su misericordia. 

Sólo Él hizo grandes maravillas: 
porque es eterna su misericordia. 

Él hizo sabiamente los cielos: 
porque es eterna su misericordia. 

Él afianzó sobre las aguas la tierra: 
porque es eterna su misericordia. 

Él hizo lumbreras gigantes: 
porque es eterna su misericordia. 

El sol que gobierna el día: 
porque es eterna su misericordia. 

La luna que gobierna la noche: 
porque es eterna su misericordia. 

Él hirió a Egipto en sus primogénitos: 
porque es eterna su misericordia. 

Y sacó a Israel de aquel país: 
porque es eterna su misericordia. 

Con mano poderosa, con brazo extendido: 
porque es eterna su misericordia. 

Él dividió en dos partes el mar Rojo: 
porque es eterna su misericordia. 

Y condujo por en medio a Israel: 
porque es eterna su misericordia. 

Arrojó en el mar Rojo al faraón: 
porque es eterna su misericordia. 

Guió por el desierto a su pueblo: 
porque es eterna su misericordia. 

Él hirió a reyes famosos: 
porque es eterna su misericordia. 

Dio muerte a reyes poderosos: 
porque es eterna su misericordia. 

A Sijón, rey de los amorreos: 
porque es eterna su misericordia. 

Y a Hog, rey de Basán: 
porque es eterna su misericordia. 

Les dio su tierra en heredad: 
porque es eterna su misericordia. 

En heredad a Israel su siervo: 
porque es eterna su misericordia. 

En nuestra humillación, se acordó de nosotros: 
porque es eterna su misericordia. 

Y nos libró de nuestros opresores: 
porque es eterna su misericordia. 

Él da alimento a todo viviente: 
porque es eterna su misericordia. 

Den gracias al Dios del cielo: 
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Sugerencia: Agregar razones personales (mejor si tienen que ver con la vivencia de la caridad) por las que hoy seguir proclamando la misericordia de Dios y responder a cada una: porque es eterna su misericordia.

Antífona 2:
Ojalá pudiéramos decirle: ¡Dios mío, te he amado y te amo!


Palabras de Juan María


Pero al espíritu de fe debemos unir el espíritu de caridad, o mejor no puede darse el uno sin el otro. Y cuando hablo de caridad no me refiero sólo al amor de Dios y del prójimo en general, me refiero a que nos es necesario que estemos de tal modo unidos, y que reine un acuerdo tan perfecto entre nosotros que se nos pueda aplicar en todo su sentido esta palabra de San Pablo: una sola alma y un solo corazón.
Me refiero a que cada uno tolera las debilidades de sus Hermanos, sean corporales o del espíritu, con una paciencia que nada altera. Me refiero a que cuando uno de nosotros sufre, todos los demás sufren con él. Me refiero a que cada uno desea el bien del otro como el suyo propio. Me refiero a que cuando uno de nosotros tiene necesidad de ayuda o de alivio en sus funciones, la prontitud y la alegría con que se las procuramos muestran evidentemente el fondo de ternura que tenemos unos para con otros. En fin, que cada uno sea indulgente con el otro y que no se irrite o se indigne más que contra sí mismo.


Cántico de María

Antífona:
Vive en paz con todos tus hermanos y que la divina caridad les una a todos con sus dulces lazos.

Mi alma canta al Dios grande
que me ha salvado,
al Señor omnipotente, hoy yo alabo.

Porque miró en su bondad mi nada,
grandes cosas ha hecho en mí su esclava.

Me llamarán dichosa todos los hombres,
conmigo glorifiquen su santo nombre.
La fuerza de su brazo ha desplegado,
alejó a soberbios y acaudalados.

A los grandes del trono ha derribado,
y a todos los humildes ha levantado.
Despidió a los ricos y a los soberbios,
colmó a los pacientes y a los hambrientos.

Socorrió a Israel su pueblo amado
Se acordó de la alianza que había pactado

Antífona:
Vive en paz con todos tus hermanos y que la divina caridad les una a todos con sus dulces lazos.


Preces

A cada intención respondemos:

Señor, que seamos indulgentes

-. Ante las debilidades de los Hermanos de comunidad.
-. Ante nuestros propios defectos y fragilidades.
-. Ante las pobrezas y miserias de nuestra sociedad.
-. Ante las situaciones que afectan a los niños y jóvenes.
-. Ante aquellos que sentimos nos hacen sufrir en la vida.
-. Ante las situaciones de pobreza y miseria de nuestro pueblo.


Padre nuestro


Oración final

Padre bueno, que el amor reine entre todos los miembros del Instituto y especialmente entre los de la misma comunidad, evitando las contiendas, las rivalidades, las secretas envidias, las palabras burlonas, todo lo que hiere, todo lo que divide los espíritus y altera la caridad. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.