Santa Francisca Cabrini

Sabiduría 1, 1-7
Salmo 138, 1-10

Evangelio: Lucas 17, 1-6

Jesús dijo a sus discípulos:
Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Por lo tanto, ¡tengan cuidado!
Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: Me arrepiento», perdónalo.
Los Apóstoles dijeron al Señor: Auméntanos la fe.
Él respondió: Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: Arráncate de raíz y plántate en el mar, ella les obedecería.


Lucas agrupa tres cuestiones: el escándalo, el perdón y la importancia de la fe. Tal vez se trate de sentencias sueltas entre las comunidades, que Lucas decidió unir.
El escándalo se refiere a los “pequeños”, probablemente referido a los cristianos que recién acababan de incorporarse a la comunidad. Las duras palabras irían dirigidas a quienes, dentro de la comunidad, adoptan comportamientos que no encajaban con el mensaje de Jesús, y hacían dudar o tropezar a otros miembros de la comunidad (“escandalon” viene del griego, arma de guerra. Un tronco de madera reforzada que se encajaba en los radios de las ruedas de las cuadrigas del enemigo para hacerlas volcar). Posiblemente, esos comportamientos estarían marcados por el deseo de ambición. Llama la atención la dureza de las palabras sobre el escándalo, y la inmediata insistencia al perdón, lo cual hace pensar en que se trata de sentencias que surgieron en momentos distintos, y ahora agrupadas.

En el texto el tema del “escandalo” no hace referencia al poder para descalificar un pensamiento discrepante. Jesús en el evangelio se muestra como un hombre de libre pensamiento, que con frecuencia propugnaba ideas transgresoras y profundamente críticas con la religiosidad oficial y la interpretación ortodoxa de la Torá. No hay que tener miedo al pensamiento discrepante o transgresor, si realmente queremos alcanzar la verdad fundamental, dejando caer todo aquello que nos distancia de Jesús y sus opciones por el reino. La inseguridad, de quien no tolera la discrepancia, y el cuestionamiento del propio poder, que busca la sumisión son las que dificultan una opción de fe libre y madura. Jesús nunca habla de sumisión,  sino de una libertad contagiosa, libre de cualquier miedo, que descansa en le Padre (Abba), que es siempre digno de confianza. Y donde hay confianza, el miedo desaparece.


Máxima

Señor, auméntanos la fe.


Palabras de Juan María


Piérdete en Dios, es decir déjale que te conduzca, incluso en las más pequeñas cosas; camina siempre a la luz de su rostro; que tu conversación esté en el cielo; adquiere la feliz y santa costumbre de ver a Dios y de no ver más que a Dios en todo”. (Carta a la Srta. Jallobert, 1813)


Confío en Jesús – Amanecer

Confío en Jesús.
con Él nada temo.
Aun con viento en contra,
remando en la noche,
cansado y con sueño,
me alejo del triunfo
y me acerco a su anhelo.
Su luz nos alumbra,
su mano nos lleva,
ya no tengo miedo.

Confío en Jesús;
con Él nada temo.
Me encuentro conmigo,
mis límites vivo.
En sus manos me quedo,
acojo su amor,
me alejo del miedo.
Caminemos juntos
viviendo su vida.
Todo se hace nuevo.

Confío en Jesús,
con Él nada temo.
Me adentro en mí mismo,
encuentro mis dudas;
en sus manos me quedo.
Me da su perdón,
tengo su consuelo.
Su luz nos alumbra,
su mano nos lleva.
Ya no tengo miedo.

Confío en Jesús,
con Él nada temo.
Remando en su barca,
sentado a su mesa,
a su pecho me acerco.
Me siento tranquilo,
le confío mis sueños.
Caminemos juntos,
viviendo su vida.
Todo se hace nuevo.

Oración por el Capítulo General