El Hermano perfecciona sin cesar su formación doctrinal y catequética y trata de colaborar estrechamente con los demás educadores de la fe en el seno de la comunidad cristiana.
Pidan a Dios el ardor apostólico que les hará repetir sin cesar desde el fondo del corazón esta hermosa frase de Jesucristo: «He venido a traer fuego a la tierra».