DIOS SÓLO II

Cuándo será el momento que no tengamos más apoyo que Dios sólo. Cuándo este gran Dios será todo para nosotros, absolutamente todo. Somos pobres enfermos, vamos a saciar nuestra sed en los pequeños riachuelos de las criaturas, mientras tenemos delante de nosotros este inmenso océano, el único capaz, en la abundancia infinita de sus aguas, de saciar la sed que nos atormenta. (Carta a Bruté)

El Señor mi fortaleza – Jimena Muñoz

Yo te amo, Señor mi fortaleza,
mi roca, mi baluarte, mi liberador.
Eres la peña en que me amparo,
mi escudo y mi fuerza, mi Salvador.

En el templo se escuchó mi voz,
clamé por Ti en mi angustia.
Extendiste tu mano y no caí,
tu poder del enemigo me libró.

Las olas de la muerte me envolvían,
me aguardaba la ruina,
pero el Señor venció.
Tu eres la luz que me ilumina,
quien abre mis caminos,
Tú eres mi Dios.

Cuando yo invoqué tu Nombre,
con mano poderosa,
me salvó tu Amor.
Son perfectos tus caminos,
tus manos me sostienen
Tú eres mi Rey.

Antífona 1:
No hacer nada por gusto, nada para nosotros, todo por Dios, por Dios sólo, por Dios sólo.

Salmo 102
¡Bendice, alma mía, al Señor!

Bendice, alma mía, al Señor, 
y todo mi ser a su santo nombre. 
Bendice, alma mía, al Señor, 
y no olvides sus beneficios. 

El perdona todas tus culpas 
y cura todas tus enfermedades; 
el rescata tu vida de la fosa, 
y te colma de gracia y de ternura; 
el sacia de bienes tus anhelos, 
y como un águila 
se renueva tu juventud. 

El Señor hace justicia 
y defiende a todos los oprimidos; 
enseñó sus caminos a Moisés 
y sus hazañas a los hijos de Israel. 

El Señor es compasivo y misericordioso, 
lento a la ira y rico en clemencia; 
no está siempre acusando 
ni guarda rencor perpetuo; 
no nos trata como merecen 
nuestros pecados 
ni nos paga según nuestras culpas. 

Como se levanta el cielo sobre la tierra, 
se levanta su bondad sobre sus fieles; 
como dista el oriente del ocaso, 
así aleja de nosotros nuestros delitos. 

Como un padre 
siente ternura por sus hijos, 
siente el Señor ternura por sus fieles; 
porque él conoce nuestra masa, 
se acuerda de que somos barro. 

Los días del hombre 
duran lo que la hierba, 
florecen como flor del campo, 
que el viento la roza, y ya no existe, 
su terreno no volverá a verla. 

Pero la misericordia del Señor 
dura siempre, 
su justicia pasa de hijos a nietos: 
para los que guardan la alianza 
y recitan y cumplen sus mandatos. 

El Señor puso en el cielo su trono, 
su soberanía gobierna el universo. 
Bendigan al Señor, ángeles suyos, 
poderosos ejecutores de sus órdenes, 
prontos a la voz de su palabra. 

Bendigan al Señor, ejércitos suyos, 
servidores que cumplís sus deseos. 
Bendigan al Señor, todas sus obras, 
en todo lugar de su imperio. 

¡Bendice, alma mía, al Señor!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1:
No hacer nada por gusto, nada para nosotros, todo por Dios, por Dios sólo, por Dios sólo.

Antífona 2:
Busca en Dios y en Dios sólo el consuelo de tus penas.

Salmo 15
Tú eres la parte de mi herencia
– Athenas y Tobías Buteler

Tú eres la parte de mi herencia.
Tú decides mi suerte / Bis

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.
Yo digo al Señor: Señor, tú eres mi bien.
El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz.
Tú decides mi suerte.

Tú eres la parte de mi herencia.
Tú decides mi suerte.

Bendeciré al Señor que me aconseja;
hasta de noche me instruye mi consciencia.
Tengo siempre presente al Señor:
Él está a mi lado, nunca vacilare.

Por eso mi corazón se alegra,
se regocijan mis entrañas
y todo mi ser descansa seguro:
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro.

Me harás conocer el camino de la vida,
saciándome de gozo en tu presencia,
de felicidad eterna a tu derecha.

Antífona 2:
Busca en Dios y en Dios sólo el consuelo de tus penas


Quizá hemos contribuido a la conversión de algunas almas; supongamos que hemos hecho algunos milagros: abierto los oídos a los sordos, enderezado a los cojos; ¿entraremos en el Reino de Dios? Esas obras, en apariencia, tan bellas y brillantes, de las que los hombres se maravillan, ¿qué son en realidad? ¿No hemos perdido todo el mérito? ¿No las hemos manchado al atribuirnos su gloria? ¿Es por Dios, por Dios solo que hemos obrado? ¡Ah! al menos comencemos a no ver más y a no buscar más que a Él, afín de no llegar con las manos vacías y despojadas de todo mérito y virtud a su juicio.

Antífona:
Es necesario, en fin, humillarse y pensar que Dios solo, en su misericordia, puede preservarnos de la infidelidad.

Maravillas hizo en mí – Boccacci & Guzmán

Maravillas hizo en mí.
Mi alma canta de gozo
pues al ver mi pequeñez
se detuvieron sus ojos.
Y el que es santo y poderoso
hoy aguarda por mi sí.
Mi alma canta de gozo.
Maravillas hizo en mí.

Maravillas hizo en mí.
Del alma brota mi canto.
El Señor me ha amado
más que a los lirios del campo.
Por el Espíritu Santo
Él habita hoy en mí.
No cese nunca mi canto.
Maravillas hizo en mí.

Antífona:
Es necesario, en fin, humillarse y pensar que Dios solo, en su misericordia, puede preservarnos de la infidelidad.

A cada intención respondemos:

-. Que nuestra motivación para obrar no sea el reconocimiento de los demás.
-. Que actuemos movidos por el deseo de servir a Dios y a los niños.
-. Que siempre nos apoyemos en Dios ante la humana debilidad.
-. Que la conciencia clara de nuestra pequeñez nos abra a la grandeza de Dios.
-. Que la experiencia de la misericordia de Dios nos haga asumir nuestra pequeñez y fragilidad.
-. Que no busquemos saciar nuestra sed de absoluto en los riachuelos de las creaturas.

Padre, a nuestro alrededor nada es estable y nosotros mismos cambiamos como el resto; por eso queremos apoyarnos en Dios solo, no nos uniremos más que a Dios sólo, no desearemos más que el cumplimiento de su voluntad siempre santa, siempre justa, siempre misericordiosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.