No tengas en vista más que su gloria, querido hijo, y estate en guardia contra las tentaciones del amor propio; son muy peligrosas, tanto más que uno desconfía menos de sí mismo. Sé siempre muy humilde y pon en práctica nuestra bella divisa: Dios Solo (Carta 3487, al Hermano Liguori-Marie)
Señor, estoy a tus pies,como un niño pequeñoque espera tus órdenes;no quiero, no deseo nadasino hacer lo que pidas de mípara tu mayor gloria.Habla, pues, Señor y obedeceré sin dudar,sin lamentarme,con alegría y con amor. (JMLM)
Me pongo en tus manos
Padre, me pongo en tus manos,haz de mí lo que quieras,sea lo que sea, te doy las gracias,estoy dispuesto a todo, lo acepto todo,con tal que tú voluntad se cumpla en mí.No deseo nada más, te confío mi alma,te la doy con todo el amor del que soy capaz.Porque te amo y necesito darme,ponerme en tus manos,porque eres mi Padre.
Antífona 1: Redoblen la ternura y el celo, y no esperen más que de Dios Sólo la recompensa de sus trabajos.
Salmo 17Acción de gracia, después de la victoria
Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. Me cercaban olas mortales, torrentes destructores me aterraban, me envolvían las redes del abismo, me alcanzaban los lazos de la muerte. En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios: desde su templo él escuchó mi voz, y mi grito llegó a sus oídos. Entonces tembló y retembló la tierra, vacilaron los cimientos de los montes, sacudidos por su cólera; de su nariz se alzaba una humareda, de su boca un fuego voraz y lanzaba carbones ardiendo. Inclinó el cielo y bajó con nubarrones debajo de sus pies; volaba a caballo de un querubín cerniéndose sobre las alas del viento, envuelto en un manto de oscuridad; Como un toldo, lo rodeaban oscuro aguacero y nubes espesas; al fulgor de su presencia, las nubes se deshicieron en granizo y centellas; y el Señor tronaba desde el cielo, el Altísimo hacía oír su voz: disparando sus saetas, los dispersaba, y sus continuos relámpagos los enloquecían. Desde el cielo alargó la mano y me agarró, me sacó de las aguas caudalosas, me libró de un enemigo poderoso, de adversarios más fuertes que yo. El Señor retribuyó mi justicia, retribuyó la pureza de mis manos, porque seguí los caminos del Señor y no me rebelé contra mi Dios; porque tuve presentes sus mandamientos y no me aparté de sus preceptos; Le fui enteramente fiel, guardándome de toda culpa; el Señor retribuyó mi justicia, la pureza de mis manos en su presencia. Con el fiel, tú eres fiel; con el íntegro, tú eres íntegro; con el sincero, tú eres sincero; con el astuto, tú eres sagaz. Tú salvas al pueblo afligido y humillas los ojos soberbios. Señor, tú eres mi lámpara; Dios mío, tú alumbras mis tinieblas. Fiado en ti, me meto en la refriega, fiado en mi Dios, asalto la muralla. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1Redoblen la ternura y el celo, y no esperen más que de Dios Solo la recompensa de sus trabajos.
Antífona 2El hombre más razonable será el que alimente su espíritu de un solo pensamiento: Dios Sólo.
Salmo 17 BAcción de gracia, después de la victoria
Perfecto es el camino de Dios, acendrada es la promesa del Señor; Él es escudo para los que a Él se acogen. ¿Quién es dios fuera del Señor? ¿Qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios me ciñe de valor y me enseña un camino perfecto; El me da pies de ciervo, y me coloca en las alturas; El adiestra mis manos para la guerra, y mis brazos para tensar la ballesta. Me dejaste tu escudo protector, tu diestra me sostuvo, multiplicaste tus cuidados conmigo. Ensanchaste el camino a mis pasos, y no flaquearon mis tobillos; Me ceñiste de valor para la lucha, doblegaste a los que me resistían; hiciste volver a la espalda a mis enemigos, rechazaste a mis adversarios. Me libraste de las contiendas de mi pueblo, me hiciste cabeza de naciones, un pueblo extraño fue mi vasallo. Los extranjeros me adulaban, me escuchaban y me obedecían. Los extranjeros palidecían y salían temblando de sus baluartes. Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: el Dios que me dio el desquite y me sometió los pueblos; que me libró de mis enemigos, me levantó sobre los que resistían y me salvó del hombre cruel. Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor, y tañeré en honor de tu nombre: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido, de David y su linaje por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
¿Por qué no pones en el fondo de tu alma la paz de Dios y la esperanza de su reino? ¿Por qué no te desprendes de la nada para unirte al todo? ¿Por qué no te separas de todo, lo que te será quitado en un instante? ¿Por qué no comienzas a vivir de la vida eterna? Oh Dios mío, te he escogido como mi parte y esa parte no me será quitada. Tú sólo significas algo para mí, Dios mío, Tú serás todo para mí. La vida no es nada, la fortuna no es nada. Dios sólo. Dios sólo (Memorial pág. 90).
Antífona:Amémonos más que nunca en Dios sólo, para Dios sólo, no busquemos más que su gloria.
Bendito es el Señor
Bendito es el Señor nuestro Diosque visita y redime a su pueblo.Su presencia está viva en nosotrossu promesa perdura en el tiempo.Él será salvador de los hombresnos libera de toda opresión,manteniendo vigente en nosotrosla palabra que él mismo nos dio.El Señor quiere vernos alegressin tristeza, ni pena o dolor,quiere hacer una tierra más justaque le sirva cantando su amorTú serás elegido el profetaque prepare el camino del Señor,proclamando que viene a salvarnosanunciando a los hombres perdón.Nacerá un nuevo sol en el cieloy su luz a nosotros vendrá.Guiará al que vive entre sombraspor un nuevo sendero de paz.
A cada intención respondemos:
Dios Sólo, eres nuestra fortaleza
-. Cuando la tristeza y el dolor aprietan.-. En los momentos de lucha interior.-. Cuando la alegría y la paz nos habitan.-. En los momentos de búsqueda apasionada de tu voluntad.-. Cuando desprendernos, incluso de lo superfluo, se nos hace cuesta arriba.-. En los momentos de incertidumbre personal y comunitaria.
Padre, a nuestro alrededor nada es estable y nosotros mismos cambiamos como el resto; por eso queremos apoyarnos en Dios sólo, no nos uniremos más que a Dios sólo, no desearemos más que el cumplimiento de su voluntad siempre santa, siempre justa, siempre misericordiosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.