San Eloy

Dan 7, 2-14
Dan 3, 75-78. 80-81 (Salmo)

Jesús les hizo esta comparación: Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.
Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.
Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.
Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Señor, hoy mi oración debe ser distinta.
Me hablas en el evangelio de invierno y verano;
de muerte y de vida;
de higueras secas e higueras con brotes.
Lo importante es que tu reino ya ha llegado
y ha llegado a todas las estaciones del año.*
Tú siempre estás cerca de nosotros.
Haz que te sepamos descubrir en todos los acontecimientos de la vida.

Lo más importante que hay que resaltar en este texto de Lucas es: “sepan que el reino de Dios está cerca”. Dios está cerca, mucho más cerca de lo que nosotros pensamos. Y la irrupción de Dios en el mundo y en nuestras vidas es algo tan maravilloso como el paso del invierno a la primavera.  En el invierno hay frío, mucho frío; noche, largas noches; muerte, mucha muerte en la naturaleza. No hay flores ni frutos en los árboles; no hay cantos de pájaros.  Y esto lo describe muy bien el Cantar de los Cantares para describir el paso del invierno, es decir, de la soledad y ausencia del amado, a la primavera de su presencia.  “Pues mira, ha pasado el invierno, ha cesado la lluvia y se ha ido. Han aparecido las flores en la tierra; ha llegado el tiempo de la poda, y se oye la voz de la tórtola en nuestra tierra. La higuera ha madurado sus higos, y las vides en flor han esparcido su fragancia.   Levántate amada mía, hermosa mía y ven conmigo”. (Cant. 2,11-13).

Nos puede servir para describir el paso del invierno de este mundo de egoísmos, de violencias, de frialdad, para dar paso a la bella imagen de la higuera que, con sus hojas tiernas, anuncian el estallido del Reino de Dios, como la llegada de una hermosa primavera. 

Señor, déjame darte gracias por ser como eres.
Estás siempre “más allá”.
Más allá de nuestros pecados, de nuestras miserias,
de nuestros problemas, de nuestras dificultades.
Para ti siempre hay una aurora después de la noche;
un sol después de la lluvia;
una primavera después del invierno;
una Resurrección después de la muerte.
Nosotros pasamos, pero Tú siempre estás.  
 ¡Gracias, Señor!

La esperanza nos mantiene firmes


Esperar contra toda esperanza es la divisa de los hijos de Dios, lo sé, y él es bastante poderoso como para transformar las piedras en hijos de Abraham. (A Querret)

Si de repente la tristeza
ya no te deja sonreír,
cierra los ojos, sólo piensa
que lo mejor ya está por venir.

Cuando de pronto ya no puedes más,
cuando la fe se fue de aquí,
si algo termina, algo comienza
y lo mejor ya está por venir.

Acuérdate que aquí hay amor
y que después de la tormenta sale el sol.
Acuérdate que un corazón
se hace más fuerte
y no se muere de dolor.
Vuelvo a decir
que lo mejor ya va a venir.

Cuando esté el mundo de cabeza
no se endereza porque sí,
dale la vuelta a la tristeza
y a lo mejor vas a sonreír.

No habrá tormentas sin calma
y no habrá noches sin día.
porque fuego en tu alma
y porque fuego en la mía;
porque existen canciones
por cantar todavía.
Que no mueran los sueños
y que viva la vida.
Cuando falte la fuerza
sobrarán las razones,
se unirán los corazones,
que harán ruido y quedará el amor…

Y acuérdate de lo mejor,
cierra los ojos
que ya pasará el temblor.
Y acuérdate que si hay amor
los héroes no usan capa,
usan su corazón.
Confía en mí:
Lo mejor ya va a venir.