San Juan Diego – Santa Narcisa de Jesús

  • Por la familia menesiana del colegio San Pablo de Luján de Cuyo.
  • Por la comunidad de Santo Domingo (España) y la comunidad de la Casa General (Roma).
  • Por las vocaciones y los formadores de Costa de Marfil.
  • Por el Capítulo General.

Su amor preferencial al Señor confiere a sus relaciones familiares un carácter particular. Le hace también más disponible en sus actividades apostólicas y profesionales.

Si continúas haciendo esfuerzos para corregirte de tus defectos y pidiendo a Dios que te ayude en este santo combate, no dudo que conseguirás una victoria plena.

1977: Andrés Fernández (Jacinto). Nació en Pangua (Burgos) en 1914. Murió en Santo Domingo.
1987: Guillermo Gutiérrez (Tarsicio). Nació en Rebollar (Cantabria) en 1915. Murió en Madrid.
1980: François le Hénaff (Alain)

Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548) fue un campesino chichimeca que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Según lo escrito por Luis Lasso de la Vega y de acuerdo con la tradición, María se le apareció cuatro veces entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 y le encomendó decir al entonces obispo, fray Juan de Zumárraga, que en ese lugar quería que se edificara un templo. La tradición cuenta que la virgen le dijo que recogiera rosas en su ayate y se las presentara al obispo, que dudaba de su versión. Cuando le mostró al obispo las hermosas flores, apareció milagrosamente la imagen de la Virgen impresa en el ayate. Juan Diego fue canonizado en el año 2002 por el papa Juan Pablo II.

Narcisa de Jesús Martillo y Morán (1832-1869) fue una joven laica religiosa ecuatoriana, beatificada el 25 de octubre de 1992 por Juan Pablo II y canonizada el 12 de octubre de 2008 por Benedicto XVI. Desde los 15 años trabajó de costurera. En esta época comenzó a leer sobre la vida de Mariana de Jesús, lo cual la marcó, adoptando la espiritualidad de esta santa quiteña. Se trasladó a Guayaquil y allí se dedicó al apostolado, especialmente con niños, a quienes enseñaba el catecismo. Además trabajaba con jóvenes abandonadas y refugiadas en la Casa de las Recogidas, utilizando el canto y la enseñanza del catecismo como medio de formación pedagógica. En 1868 se trasladó a Lima donde murió al año siguiente con fama de santidad.