Señor, que has dicho:Dejen que los niños vengan a Mí.Tú me has inspirado el deseode dedicar mi vidaa los niños y jóvenespara llevarlos a Ti.Dígnate bendecir mi vocación,asísteme en mis trabajos de hoy,derrama sobre mí,sobre todos mis hermanosy sobre todos los que trabajamosen esta obra educativa,el espíritu de fortaleza,de caridad y de humildad,para que nada nos apartede tu servicio.Haz que hoy cumpla con celoel ministerio educativoal que nos has consagrado.Hazme perseverar hasta el finpara alcanzar asíla salvación que noshas prometido. Amén
El Hermano trata de penetrar en su sentido [de la Regla], la estudia y la medita paraasimilar sus riquezas y su espíritu.
Hay otro sacrificio, real, que a diario debe renovar el alma aunque experimente angustia: me refiero a la pobreza de espíritu que el Señor presenta como la primera bienaventuranza, porque es el primer signo de la vida religiosa.