2ª Samuel 7, 1-5.8b-12.14a.16Salmo 88, 2-5.27.29Romanos 16, 25-27
En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin».María dijo al Ángel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios».María dijo entonces: Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho. Y el Ángel se alejó.
En primer lugar convendrá revisar el concepto fundamental de ángel en la tradición bíblica y despojar a estos seres de toda la iconografía que les acompaña. La palabra ‘ángel’ en la Biblia no es una palabra que indique una naturaleza, sino una función. Los ángeles reciben nombres en relación con sus funciones: Rafael: ‘Dios que cura’ (Tob 3, 7), Gabriel: ‘Héroe de Dios’ (Dan 8,16) y Miguel: ‘¿Quién como Dios?’.Ángel significa ‘mensajero’. Son ‘espíritus destinados a servir, enviados en misión a favor de los que han de heredar la salvación’ (Heb 1, 14). El ángel es Dios mismo que da buenas noticias, que acompaña, que vela por los pequeños, que protege, que también corrige. No es alguien creado distinto de Dios, Ex 23, 20-23; es el mismo Dios en la forma visible en que se muestra a las personas (Cfr. Gn 16,7 y 16,13).La actitud del ángel es la de la PRESENCIA. El ángel vive de una doble presencia: ante Dios y ante las personas. Los Ángeles son la realización en el tiempo de la Providencia de Dios. Un Dios providente que se hace visible en los Ángeles para acompañar a sus hijos e hijas.El texto que leímos tiene la estructura de un relato vocacional: es la narración de la vocación de María. a) Situación; b) Manifestación del Señor; c) Turbación; d) Mensaje-misión; e) Objeción; f) Signo-señal.El texto nos ubica primero en el tiempo (en el sexto mes de embarazo de Isabel) y luego en el espacio (región: Galilea; ciudad: Nazaret; lugar: una casa; habitada por: una virgen comprometida con un hombre; nombre del hombre: José; y nombre de la virgen: María).El texto va de lo general a lo particular, porque Dios actúa en lo concreto de la vida. No se ama ni se educa en lo universal. No amo ni educo a la humanidad, amo y educo a tal o a cual, con nombre y apellido y una historia muy concreta. Dios no actúa por fuera de las coordenadas de tiempo y espacio. Dios actúa en la historia que se mueve bajo esas dos coordenadas, al igual que nosotros.La primera palabra que pronuncia el Ángel es: ¡Alégrate! Un saludo que infunde alegría, gozo, positividad, esperanza. Un saludo que es buena noticia en sí mismo. Y luego continúa diciendo: llena de gracia, el Señor está contigo. Esta es la razón por la que hay que alegrarse: por ser favorecidos de Dios, bendecidos de él, acogidos incondicionalmente por él. Dios es ternura para con sus hijos e hijas.El saludo la desconcierta y le genera preguntas a María. No entiende. El Ángel la invita a no tener miedo porque Dios está de su lado. Con Dios, ¿a quién temeré? ¡A nada he de temer!El Ángel le anuncia que será madre del Hijo de Dios. María pregunta por el cómo, pues no tiene relaciones con ningún hombre. Será obra del Espíritu Santo que descenderá sobre ti, como la nube en desierto descendía sobre la carpa del encuentro. Un Dios que desciende para encontrarse con nosotros y remueve los miedos y los obstáculos para sembrar confianza porque para Él nada es imposible.Nosotros también estamos llamados a abajarnos para encontrarnos con los pequeños que el Señor nos confía. Sin abajamiento no hay posibilidad de encuentro. Y al encontrarnos ambos crecemos, porque nadie educa a nadie, sino que nos educamos los unos a los otros en el encuentro (P. Freire). Y cuando el encuentro está abierto a lo trascendente, un Otro se hace presente, que lo fecunda y hace crecer.María concibe primero en su corazón (aceptación del plan de Dios) y luego en su vientre. No queda muda, como quedó el sacerdote Zacarías. Ella expresa su disponibilidad y apertura al plan de Dios después de saberse parte de él: ‘Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí lo que has dicho’.Este texto nos abre todo un abanico de perspectivas pedagógicas. Para Juan María el educador menesiano está llamado a ser ángel entre los niños y jóvenes: custodia, protección, en vela permanente. La presencia constante, atenta y delicada entre los niños y jóvenes es una de las claves de la pedagogía menesiana y un eje de su espiritualidad.¡Cuanto signifique acogida, escucha, presencia, cercanía, preocupación y visibilidad en los espacios que habitan los niños y jóvenes, es a lo que está llamado el educador menesiano! ¡Sea un ángel! ‘Ser ángel’ es vida, no es título honorífico que pueda dar pie a coartadas, por espirituales que parezcan.
María con Dios: tiene ella un lazo de intimidad con él, de encuentro, al punto que Dios la visita en su casa y dialoga con ella. La confianza no le ahorra preguntas, pero no le hace dudar de su Dios. Apuesta más fuertemente a su disponibilidad y adhesión al proyecto de Dios. Su voluntad es hacer la voluntad de su Señor. Escucha su palabra y esta se encarna en ella.Dios con María: Dios se acerca, se abaja, entra en casa de María, la saluda, le cuenta su proyecto para con ella, aclara, le pone como ejemplo a su prima Isabel, espera su consentimiento, no invade y luego se aleja. María no deja de ser protagonista de sus decisiones y de su historia.
No será así; y a la vista de esta multitud de niños que nos llaman en su socorro, que nos piden y nos conjuran tener piedad de su suerte, de arrancarles de la muerte eterna de la que están amenazados, ningún interés humano nos retendrá; nos lanzaremos hacia ellos, los tomaremos en nuestros brazos y les diremos: queridos niños, a los que Jesús nuestro Salvador ha amado tanto, a los que se ha dignado abrazar y bendecir, vengan a nosotros, permanezcan con nosotros, seremos los ángeles de la guarda de su inocencia (S VII p. 2271).
Alégrate María, llena de gracia,predilecta de Dios.Alégrate, porque el Señor está contigo.¿Qué significa aquel saludo?Es el anuncio del ángel:No temas María, darás a luz un Hijo.Él será grande.Su reino no tendrá finDios le dará el trono de David.El espíritu Santo vendrá sobre ti.Tu hijo será Santo.María respondió:Soy la esclava del Señor.Hágase en mí según tu palabra.Este es el sí que al hombre salva.