Cantar de los Cantares 2, 8-14Salmo 32, 2-3. 11-12. 20-21
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor.
La Virgen María no sólo trajo ayuda material a la casa de Isabel; llevó a Jesús, quien ya vivía en su vientre. Llevar a Jesús en aquella casa significaba llevar alegría, la alegría completa. Isabel y Zacarías estaban contentos por el embarazo que parecía imposible a su edad, pero es la joven María la que les trae el gozo pleno, el que viene de Jesús y del Espíritu Santo, y se expresa en la caridad de forma gratuita, en el compartir, en ayudarse, en la comprensión. La Virgen María nos quiere traer también a nosotros, a todos nosotros, el gran don que es Jesús; y con Él nos trae su amor, su paz, su alegría. Así, la Iglesia es como María. La Iglesia no es una tienda, la Iglesia no es una organización humanitaria, la Iglesia no es una ONG, la Iglesia es enviada para llevar a todos a Cristo y su Evangelio… Y la Iglesia debe ser como María, cuando fue a hacer una visita a Isabel. ¿Qué lleva María?: a Jesús… Y la Iglesia lleva a Jesús Y éste es el corazón de la Iglesia. Si sucediera que la Iglesia no llevara a Jesús, sería una iglesia muerta. ¿Lo entienden? Debe llevar a Jesús y debe llevar la caridad de Jesús, el amor de Jesús, la fuerza de Jesús. ¿Y nosotros, que hemos hablado de María, de la Iglesia, y nosotros que somos la Iglesia, cada uno de nosotros, ¿qué amor llevamos a los demás? ¿Es el amor de Jesús, que comparte, que perdona, que acompaña o es un amor demasiado, demasiado aguado, como cuando el vino se diluye tanto que parece agua? O es un amor que es fuerte, o tan débil que sigue las simpatías, que busca las recompensas, un amor interesado”. (Papa Francisco, Audiencia General, 23 de octubre de 2013)
Ojalá pudiera hacerles comprender qué grande es su dicha. Cuando se ha encontrado en la tierra un verdadero amigo, que conoce nuestras necesidades y nuestras penas y que puede aliviarlas, uno se considera más rico que si hubiese encontrado un tesoro. Cuán grande debe ser su alegría al pensar que la Madre de Dios se va a convertir en su madre y que ella será en adelante su protectora y su apoyo.
Señora de la visita,Madre de nuestro Señor.Virgen bonita y sencillaque en tu vientre llevas a Dios.El mensajero te dijo:Ve a tu prima, la Isabel,que vieja tendrá su hijo,profeta del Emmanuel.María peregrina,ya no camines más.Trae alegría y animaa nuestra comunidad.Las dos mujeres encintasse abrazaron sorprendidas.Bailaron esta cuequitapor la promesa cumplida.Bendita entre las mujeresporque tu fruto es santo.Tu niño nos traerá bienes,a los tristes secará el llanto.Hoy canto al Dios de mis padres,porque al pobre levantó,quitó el poder a los grandes;de su pueblo no se olvidó