Navidad

Cuando Jesucristo nuestro Salvador apareció en el mundo nos dio ejemplo a todos de pobreza, de humildad, de abnegación completa de sí mismo. ¿Tienen el deseo de seguir sus huellas, de ser dulces de corazón a su ejemplo, de ser como Él obedientes hasta la muerte, a la voluntad del Padre celeste? (Sermón VII 2375).

Mientras haya en la tierra un niño feliz
Mientras haya una hoguera para compartir
Mientras haya unas manos que trabajen en paz
Mientras brille una estrella, habrá Navidad.

Navidad, Navidad, en la nieve y la arena
Navidad, Navidad en la tierra y el mar
Navidad, Navidad, en la nieve y la arena
Navidad, Navidad en la tierra y el mar
.

Mientras haya unos labios que hablen de amor
Mientras haya unas manos cuidando una flor
Mientras haya un futuro hacia donde mirar
Mientras hay ternura, habrá navidad.

Mientras haya un vencido dispuesto a olvidar
Mientras haya un caído a quién levantar
Mientras pare una guerra y se duerma un cañón
Mientras cure un herido, habrá navidad

Antífona 1
Jesús niño es nuestro modelo

Salmo 110
Doy gracias al Señor de todo corazón 

Doy gracias al Señor de todo corazón, 
en compañía de los rectos, en la asamblea. 
Grandes son las obras del Señor, 
dignas de estudio para los que las aman. 

Esplendor y belleza son su obra, 
su generosidad dura por siempre; 
ha hecho maravillas memorables, 
el Señor es piadoso y clemente. 

El da alimento a sus fieles, 
recordando siempre su alianza; 
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, 
dándoles la heredad de los gentiles. 

Justicia y verdad son las obras de sus manos, 
todos sus preceptos merecen confianza: 
son estables para siempre jamás, 
se han de cumplir con verdad y rectitud. 

Envió la redención a su pueblo, 
ratificó para siempre su alianza, 
su nombre es sagrado y temible. 

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, 
tienen buen juicio los que lo practican; 
la alabanza del Señor dura por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
Jesús niño es nuestro modelo

Antífona 2
El primero de los designios de Dios, es la encarnación de su Hijo

Hace ya 500 años
llegaron a este lugar,
un grupo de misioneros
que vinieron a anunciar,
el amor de un Dios tan grande
que ha todos quiere salvar,
amor que pide respuesta
de toda la humanidad.

Así con mensaje simple
y con calor fraternal,
la Palabra del Evangelio
comenzaron a explicar.
Hablando de un reino nuevo
que promete eternidad,
por misiones y corrientes
por Formosa y Paraguay.
Por Chaco y Santa fe
por la costa del Paraná
la fe y la esperanza en Dios
se comenzó a divulgar.

Y contaba el misionero
que hace mucho tiempo atrás,
el hombre dejó la casa
de su Padre celestial.
Pero el Padre como es Padre
y no podía fallar,
a su Hijo envió al mundo
pa’ que nos venga a buscar.

Y así se formó su pueblo
de nuestro abuelo Abraham,
y mandó muchos profetas
que le dieron la señal.
La virgen nos dará un Hijo
que con Dios nos unirá.
Y el tiempo fue madurando
y llegó el día feliz
en que la puerta del cielo
se nos tenía que abrir.

Antífona 2
El primero de los designios de Dios, es la encarnación de su Hijo.


Cuando contemplo estos pañales, este pesebre, esta paja sobre la cual Jesucristo ha recostado su pobreza, su debilidad, reconozco en estos signos al Mesías cuya venida habían anunciado los profetas, pobre él mismo para anunciar el evangelio a los pobres, consolar a los afligidos con sus sufrimientos, sostener a los humildes humillándose. Sí, para con sus ejemplos rescatarnos de las preocupaciones que nos consumen y desprendernos de los falsos bienes que nos seducen. Lejos de que mi fe se debilite o dude al verlo en este estado de pequeñez, de silencio, de despojo, de abandono, ella se robustece por el contrario y se goza al contemplar estas maravillas.

Antífona
Toma en todo a Jesucristo como modelo, ama la desnudez del pesebre.

Mi alma canta el amor de Dios
y mi espíritu al Salvador,
porque El miró mi humildad,
todo el mundo me aclamará.

Y la Virgen santa
le cantó al Señor,
dándole las gracias
por su gran amor.

Al humilde Dios levantará,
al soberbio lo derribará,
al hambriento le dará su pan
y a los ricos los despedirá.

Desde siempre Dios nos eligió
para ser testigos de su amor;
su misericordia y su bondad
con nosotros siempre estarán.

A cada intención respondemos:

Niño Dios, bendícelos.

-. A todos aquellos que dedican su vida a servir desinteresadamente.

-. A los que hacen de su trabajo un ministerio.

-. A los educadores que sin saberlo te sirven con pasión en los más pequeños.

-. A los menesianos que quieren hacer de sus vidas una ofrenda agradable al Padre.

-. A los que viven en las fronteras de las aulas y pasan desapercibidos.

-. A los que te acogen en las situaciones de calle, en la marginalidad, en los migrantes. 

Padre Dios, hemos venido a escuchar a Jesucristo, sus palabras han descendido sobre nuestro corazón como un dulce rocío, le renovarán, le vivificarán, y llenos de fuerza y alegría, volvemos como los pastores dándote gloria y penetrados de un sincero deseo de tomar en todo como modelo a Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.