Viernes de la octava de Navidad

Santa María, Señora nuestra,
nos refugiamos en el regazo de tu misericordia.
Bajo tu bendita protección
y tu especial custodia,
ponemos confiadamente, hoy y cada día
y en la hora de nuestra muerte,
nuestra alma y nuestro cuerpo,
nuestras esperanzas y consuelos,
nuestras angustias y miserias,
nuestra vida y nuestra muerte,
para que, por tu intercesión y tus méritos,
todas nuestras obras se dirijan y ordenen
conforme a tu voluntad
y a la de tu divino Hijo. Amén

  • Por todas nuestras comunidades
  • Por las comunidades de Indonesia.
  • Por el próximo retiro de Hermanos y Laicos:
  • Por el Capítulo general.
  • Por la paz en el mundo.

El espíritu de pobreza supone un nivel de vida modesto. Toda prodigalidad en la gestión de los bienes escandalizaría a las personas que nos tratan, a menudo preocupadas por el coste de la vida y la incertidumbre del mañana.

En cualquier acontecimiento, por molesto que sea, guardad la calma; actuemos lo mejor que podamos y luego permanezcamos en paz en las manos de Dios.

1963: Salvius-Louis Lédan
1983: Marcel Pérais Herblain
1986: Jean Tillon (Léon-Louis)