Ninguno de nosotros entrará en el seno de Dios, si no se ha asemejado antes a la imagen de su Hijo. Es en su Hijo en quien Dios ha puesto toda su complacencia, como Él mismo nos dice. Y para elevar hasta Él mismo a sus pobres criaturas, es preciso que encuentre en ellas los rasgos, y si se puede decir así, el rostro, la imagen viva de Aquel a quien engendró antes de todos los siglos. Por ello el espíritu de pobreza, de mortificación y de obediencia. Es también el espíritu que todos debemos tener.» (S. VII, 2172)
Señor, que puedas encontrar en nosotrostodas las perfecciones de tu Hijo,que seamos,en la medida que lo permita la humana debilidad,revestidos de Jesucristo,que sigamos a Cristo en todos sus caminos,que juzguemos todas las cosas como Él las juzga,que amemos lo que Él ama,que despreciemos lo que él desprecia,que todos nuestros pensamientossean conformes a sus pensamientosy que seamos su imagen viva. Amén
Arte y parte de lo nuevo – Humberto Pegoraro
Aunque quieran decretar que es imposible,que es mejor que de una vez nos resignemos,has grabado en nuestros huesos tu esperanza,la que alumbra cuando viene anocheciendo.Cada día nos rescata de la noche,al empeño cotidiano renacemos.Decidimos abrazar tus utopíasy volvemos a porfiar en nuestro intento.Hoy volvemos a creer en tu Promesa,queremos andar contigo Nazareno.En el corazón nos canta la alegríade que somos arte y parte de lo nuevo.Tu Palabra, el pan, el vino y esta mesa,ese fuego inextinguible de tus sueños,los llevamos en el cuerpo y en la sangre,contraseña de que somos compañeros.Por ahora sólo somos viento y barroy no hay Dios que nos condene a ser perfectos.Cada barro toma el color de su tierray no hay quien pueda ponerle rienda al viento.Y la muerte no es la última palabra,bien adentro de nosotros lo sabemos.Antes y después de ella está la vida,el amor en el final y en el comienzo.
Antífona 1:Ninguno de nosotros puede fundar sus esperanzas más que en la misericordia y los méritos de Jesucristo.
Salmo 89Baje a nosotros la bondad del Señor
Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Antes que naciesen los montes o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: «retornen, hijos de Adán». Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. ¡Cómo nos ha consumido tu cólera y nos ha trastornado tu indignación! Pusiste nuestras culpas ante ti, nuestros secretos ante la luz de tu mirada: y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera, y nuestros años se acabaron como un suspiro. Aunque uno viva setenta años, y el más robusto hasta ochenta, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira, quién ha sentido el peso de tu cólera? Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos; por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. Que tus siervos vean tu acción y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1Ninguno de nosotros puede fundar sus esperanzas más que en la misericordia y los méritos de Jesucristo.
Antífona 2No dejemos de entrar en los detalles y de comparar los sentimientos de Jesucristo con los nuestros, nuestra conducta con la suya.
Salmo 112Alabado sea el nombre de Dios
Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre: de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo; a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Hemos sido consagrados por Dios en nuestro bautismo; separados de la masa de la corrupción y purificados por la sangre de Jesucristo, nos hemos convertido en sus miembros; participamos de sus méritos, de sus perfecciones y en cierta medida de su naturaleza misma.En el momento en que recibimos el sacramento de la regeneración, Dios hubiera podido decirnos, como a su Verbo, el eterno objeto de sus complacencias y de su amor: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy; han sido revestidos de santidad; marcados con el sello con el que reconozco a mis hijos y desde ahora tienen derecho a mi herencia, nada podrá quitársela, con tal que no rompan nunca los lazos de fe, esperanza y caridad que unen a Mí todo su ser.Sí, hermanos míos, estas tres virtudes son como los tres votos que nos consagran al Señor porque ellas le someten nuestro espíritu, nuestra alma, nuestros sentidos. He aquí, hijo mío, las tres condiciones esenciales de toda clase de consagración a Dios. (A. 278)
Antífona del CánticoNo se busque en nada; no tenga ningún apego a su voluntad propia, tome en todo a Jesucristo como modelo; ame la desnudez del pesebre, las pajas de la cuna, la hiel de su cáliz y el madero de la Cruz» (A.60)
Bendito es el Señor nuestro Diosque visita y redime a su pueblo.Su presencia está viva en nosotrossu promesa perdura en el tiempo.Él será salvador de los hombresnos libera de toda opresión,manteniendo vigente en nosotrosla palabra que él mismo nos dio.El Señor quiere vernos alegressin tristeza, ni pena o dolor,quiere hacer una tierra más justaque le sirva cantando su amorTú serás elegido el profetaque prepare el camino del Señor,proclamando que viene a salvarnosanunciando a los hombres perdón.Nacerá un nuevo sol en el cieloy su luz a nosotros vendrá.Guiará al que vive entre sombraspor un nuevo sendero de paz.
A cada intención respondemos:
Queremos andar contigo, Nazareno.
+ Por la Iglesia para que siga proponiendo a Jesucristo como camino, verdad y vida.
+ Por la Congregación para que siga siendo fiel al mandato fundacional de dar a conocer y amar a Jesucristo.
+ Por los Menesianos que peregrinamos en el Cono Sur, para que tengamos nuestros ojos fijos en Jesús.
+ Por la Familia Menesiana para que sea portadora de la buena noticia de Cristo Jesús.
+ Por los niños y jóvenes que nos confías, para que puedan encontrar en nosotros testigos enamorados de Jesús.
+ Por cada uno de nosotros para que seamos tu imagen viva, tanto y en cuanto, lo permita la humana debilidad.
Mantengámonos siempre en una entera dependencia del Espíritu de Dios y no le contristemos nunca; estemos atentos para conocer lo que pide de nosotros, consultémosle a menudo y cuando estemos inciertos sobre el partido que debemos tomar, pidámosle con renovado ardor que ilumine nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.