Regla de Vida

A veces temo que tu salud no pueda resistir el arduo trabajo de que estás encargado; procura no entregarte a ello con demasiado ardor, y no consultes solamente la Regla, consulta también tus fuerzas: sé dócil a los consejos de prudencia que el Hno Paulin sin duda te ha de dar.” (Al H. Hyacinthe, 27 de septiembre de 1847)

HIMNO

MI REFUGIO

Daniel Calveti

https://www.youtube.com/watch?v=4xUCImP2SYo

Sé que estás cansado de luchar
y has dicho, no puedo más, Señor.
Piensas que al decirlo
es porque todo se derrumbó para ti.
Pero quiero que sepas
que al decir: no puedo más, Señor,
sólo activas algo a tu favor:
Que Dios pelea por Ti.

Tú peleas mis batallas.
Descanso en tu presencia,
mi Señor.

Yo me rindo por completo.
Traté de resolverlo,
pero no pude, Dios.

Tú me haces más fuerte cuando débil soy,
pues tu palabra me dio vida, en mi aflicción.

Hoy a ti cantaré.
Esperanza de vida eres tú.
Hoy a ti cantaré,
mi salvación y mi refugio.

Tú peleas mis batallas
Descanso en tu presencia
Mi Señor

Antífona 1
Sin duda, tienes excelentes Hermanos: reafírmalos cada vez más en el amor a la Regla, y tú mismo sé un modelo en todo para ellos.

Salmo 139
Tú eres mi refugio  

Líbrame, Señor, del malvado, 
guárdame del hombre violento: 
que planean maldades en su corazón 
y todo el día provocan contiendas; 
afilan sus lenguas como serpientes, 
con veneno de víboras en los labios. 

Defiéndeme, Señor, de la mano perversa, 
guárdame de los hombres violentos, 
que preparan zancadillas a mis pasos. 
Los soberbios me esconden trampas; 
los perversos me tienden una red 
y por el camino me colocan lazos. 

Pero yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios»; 
Señor, atiende a mis gritos de socorro; 
Señor Dios, mi fuerte salvador, 
que cubres mi cabeza el día de la batalla. 

Señor, no le concedas sus deseos al malvado, 
no des éxito a sus proyectos. 

Yo sé que el Señor hace justicia al afligido 
y defiende el derecho del pobre. 
Los justos alabarán tu nombre, 
los honrados habitarán en tu presencia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
Sin duda, tienes excelentes Hermanos: reafírmalos cada vez más en el amor a la Regla, y tú mismo sé un modelo en todo para ellos.

Antífona 2
No sabría recomendarles bastante la estricta obser­vancia de la santa Regla: si uno se conserva, es por ella.

Salmo 120
El guardián del pueblo

Levanto mis ojos a los montes: 
¿de dónde me vendrá el auxilio? 
El auxilio me viene del Señor, 
que hizo el cielo y la tierra. 

No permitirá que resbale tu pie, 
tu guardián no duerme; 
no duerme ni reposa 
el guardián de Israel. 

El Señor te aguarda a su sombra, 
está a tu derecha; 
de día el sol no te hará daño, 
ni la luna de noche. 

El Señor te guarda de todo mal, 
él guarda tu alma; 
el Señor guarda tus entradas y salidas, 
ahora y por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2
No sabría recomendarles bastante la estricta obser­vancia de la santa Regla: si uno se conserva, es por ella


No solamente debes hablarme de asuntos tempora­les: de ordinario les concedo menos importancia que a los es­pirituales. ¿Son exactos en hacer el retiro anual? ¿Cómo se observa la Regla en tu centro? ¿No se hace nada de lo que ella prohíbe? ¿Se tiene la preocupación de leerla de vez en cuando? ¿Se hacen los ejercicios en común? ¿Reciben todos los Hermanos los sacramentos de Penitencia y Eucaristía? ¿Qué Hermanos son los que faltan? etc., etc. Cuanto más alejados están de mí, queridos hijos, tanto más me preocu­pan estas cosas, porque lo que yo deseo ante todo es la salvación de ustedes.” (Al H. Euthyme, 15 de junio de 1849)

Antífona
Debes rezar siempre el rosario a la Santísima Vir­gen, pues es un punto de Regla, y la Regla no cambia,

Maravillas hizo en mí – María José Bravo

Antífona
Debes rezar siempre el rosario a la Santísima Vir­gen, pues es un punto de Regla, y la Regla no cambia.

Maravillas hizo en mí.
Mi alma canta de gozo
pues al ver mi pequeñez
se detuvieron sus ojos.
Y Él que es santo y poderoso
hoy aguarda por mi sí.
Mi alma canta de gozo.
Maravillas hizo en mí.

Maravillas hizo en mí.
Del alma brota mi canto.
El Señor me ha amado
más que a los lirios del campo.
/Por el Espíritu Santo
Él habita hoy en mí.
No cese nunca mi canto.
Maravillas hizo en mí/ Bis

Antífona
Debes rezar siempre el rosario a la Santísima Vir­gen, pues es un punto de Regla, y la Regla no cambia

A cada intención respondemos:

Señor, que la norma siempre cuide la vida.

-. Que en nuestras comunidades las prescripciones siempre estén al servicio de la vida.

-. Que cada uno de nosotros vivamos la ley como una mediación al servicio del bien común.

-. Que en nuestras comunidades educativas las normas disciplinarias estén para sostener y cuidar la vida más frágil.

-. Que en nuestras comunidades leamos con asiduidad la Regla de Vida buscando en ella las orientaciones necesarias para vivir mejor como hermanos.

-. Que la Familia Menesiana vele siempre para que las normas y las leyes protejan la vida más vulnerable.

Señor, que la Regla de Vida inspire nuestra acción apostólica y anime nuestra vida cotidiana, que el observar sus prescripciones con un corazón humilde y fiel, contribuya a una mayor libertad interior. Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.