Regla de Vida

El confiarme tus penas, tus dudas e incluso tus faltas, es lo mejor para que puedas conservarte en el espíritu y amor de tu santa Regla: obsérvala exactamente en todos sus puntos; si la guardas, ella te guardará. Por el contrario, si la quebrantas sin escrúpulos, pronto caerás en un estado lamen­table. (Al H. Ligouri-Marie, 8 de diciembre de 1845)

Dios mío, que tu voluntad sea siempre la mía.
No tengo más que un solo deseo,
No oponer jamás la menor resistencia
A lo que pidas de mí.
¡Me entrego a ti completamente!
Haz lo que quieras de esta pobre criatura. Amén

Mi Dios es refugio.
Yo no temeré, yo no temeré.
Mi Dios es mi fuerza.
Él me sostendrá, él me sostendrá.

Vida y descanso encuentro en ti.
Como un escudo me cubres a mí.

Eres mi confianza eterna.
Esperanza tú me das en medio de tormentas.
Mi respuesta sólo eres tú, eres tú.

Eres guía de mi vida,
el camino que me da seguridad divina.
La respuesta solo eres tú, eres tú.

Mi Dios es refugio.
Yo no temeré, yo no temeré.
Mi Dios es mi fuerza.
Él me sostendrá, él me sostendrá.

Vida y descanso encuentro en ti.
Como un escudo me cubres a mí.

Eres mi confianza eterna
Esperanza tú me das en medio de tormentas
Mi respuesta solo eres tú, eres tú

Eres guía de mi vida,
el camino que me da seguridad divina.
La respuesta solo eres tú, eres tú,
eres tú.

Eres mi refugio, el que me escolta.
Eres mi confianza eterna.

Esperanza tú me das en medio de tormentas.
Mi respuesta solo eres tú, eres tú.

Eres guía de mi vida,
el camino que me da seguridad divina.
La respuesta solo eres tú, eres tú.

Eres mi confianza eterna.
Esperanza tú me das en medio de tormentas.
Mi respuesta sólo eres tú, eres tú.

Eres guía de mi vida,
el camino que me da seguridad divina.
La respuesta sólo eres tú, eres tú.

Antífona 1
Te exhorto a que te mantengas en guardia contra el espíritu del mundo y a que guardes fielmente la santa Regla en todos sus puntos.


Salmo 45
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, 
poderoso defensor en el peligro. 

Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, 
y los montes se desplomen en el mar. 

Que hiervan y brame sus olas, 
que sacudan a los montes con su furia: 

el Señor de los ejércitos está con nosotros, 
nuestro alcázar es el Dios de Jacob. 

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, 
el Altísimo consagra su morada. 

Teniendo a Dios en medio, no vacila; 
Dios lo socorre al despuntar la aurora. 

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan; 
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra. 

El Señor de los ejércitos está con nosotros, 
nuestro alcázar es el Dios de Jacob. 

Vengan a ver las obras del Señor, 
las maravillas que hace en la tierra: 

Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe, 
rompe los arcos, quiebra las lanzas, 
prende fuego a los escudos. 

«Ríndanse, reconozcan que yo soy Dios: 
más alto que los pueblos, 
más alto que la tierra». 

El Señor de los ejércitos está con nosotros, 
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
Te exhorto a que te mantengas en guardia contra el espíritu del mundo y a que guardes fielmente la santa Regla en todos sus puntos.

Antífona 2
Sean todos fervorosos, muy exactos en observar la Regla en todos sus puntos y muy celosos por la instrucción de los niños que les han sido confiados.

Salmo 90
A la sombra del Omnipotente 

Tú que habitas al amparo del Altísimo, 
que vives a la sombra del Omnipotente, 
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, 
Dios mío, confío en Ti». 

Él te librará de la red del cazador, 
de la peste funesta. 
Te cubrirá con sus plumas, 
bajo sus alas te refugiarás: 
Su brazo es escudo y armadura. 

No temerás el espanto nocturno, 
ni la flecha que vuela de día, 
ni la peste que se desliza en las tinieblas, 
ni la epidemia que devasta a mediodía. 

Caerán a tu izquierda mil, 
diez mil a tu derecha; 
a ti no te alcanzará. 

Nada mirar con tus ojos, 
verás la paga de los malvados, 
porque hiciste del Señor tu refugio, 
tomaste al Altísimo por defensa. 

No se acercará la desgracia, 
ni la plaga llegará hasta tu tienda, 
porque a sus ángeles ha dado órdenes 
para que te guarden en tus caminos; 

te llevará en sus palmas, 
para que tu pie no tropiece en la piedra; 
caminarás sobre áspides y víboras, 
pisotearás leones y dragones. 

«Se puso junto a mí: lo libraré; 
lo protegeré porque conoce mi nombre, 
me invocará y lo escucharé. 

Con él estaré en la tribulación, 
lo defenderé, lo glorificaré, 
lo saciaré de largos días 
y le haré ver mi salvación».

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 2
Sean todos fervorosos, muy exactos en observar la Regla en todos sus puntos y muy celosos por la instrucción de los niños que les han sido confiados.


Es absolutamente necesario que la Regla se revitalice en su comunidad, que reine en ella el silencio y que cada uno sea exacto en asistir a los ejercicios comunes a la hora señalada; a los Hermanos, hazles esta recomendación expresa de mi parte; confío en que no me van a disgustar con un relajamiento tan doloroso por sí mismo, y cuyas conse­cuencias serían tan peligrosas para ellos en el orden de la sal­vación.
No se es religioso a medias, y todos los que habitual­mente falten a la Regla caminan por el gran camino de la perdición. ¿No hemos tenido ya bastantes y tristes ejemplos de ello? Existe una terrible maldición de Dios para los tibios, y sobre todo para los que, llamados a un estado santo pisotean las gracias de la vocación. (Al H. Laurent, 17 de enero de 1847)

Antífona
Lo más importante es que seas modelo para tus Hermanos por tu fidelidad a la Regla y por tu piedad.

Bendito es el Señor

Bendito es el Señor nuestro Dios
que visita y redime a su pueblo.
Su presencia está viva en nosotros
su promesa perdura en el tiempo.

Él será salvador de los hombres
nos libera de toda opresión,
manteniendo vigente en nosotros
la palabra que él mismo nos dio.

El Señor quiere vernos alegres
sin tristeza, ni pena o dolor,
quiere hacer una tierra más justa
que le sirva cantando su amor.

Tú serás elegido el profeta
que prepare el camino del Señor,
proclamando que viene a salvarnos
anunciando a los hombres perdón.

Nacerá un nuevo sol en el cielo
y su luz a nosotros vendrá.
Guiará al que vive entre sombras
por un nuevo sendero de paz.

Antífona
Lo más importante es que seas modelo para tus Hermanos por tu fidelidad a la Regla y por tu piedad.

A cada intención respondemos:

Que la ley del amor nos anime.

-. Que vivamos la Regla de Vida como un instrumento que nos ayuda a cuidar todas las relaciones.

-. Que leamos con asiduidad la Regla de Vida sabiendo que en ella encontraremos pistas para la vida cotidiana.

-. Que hagamos de la Regla de Vida una App (aplicación) que consultemos sistemáticamente.

-. Que valoremos la Regla de Vida como un refugio seguro y un amigo que no engaña.

-. Que las relaciones que tejamos con los miembros de la Familia Menesiana tengan como regla el cuidado la vida de los más pequeños.

Señor, que la Regla de Vida inspire nuestra acción apostólica y anime nuestra vida cotidiana, que el observar sus prescripciones con un corazón humilde y fiel, contribuya a una mayor libertad interior. Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.