1ª Samuel 24, 3-21Salmo 56, 2-4. 6. 11
Después subió a la montaña y llamó a su lado a los que quiso.Ellos fueron hacia él y Jesús instituyó a doce para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar a los demonios.Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.
Después de la escena de ayer a orillas del lago sube a la montaña, para orar y luego llamar a su lado a los que quiso. Él los llamó y ellos fueron. Los hizo comunidad (instituyó a doce) para que estuvieran con Él, para enviarlos a predicar con el poder de expulsar demonios.No fuimos llamados automáticamente, fuimos llamados por el nombre. Pensemos esto: Jesús me llamó por mi nombre. Son palabras escritas en el corazón y forman una especie del título de tu vida, el sentido de lo que somos, el sentido de lo que sos. Ninguno de nosotros es cristiano por casualidad, todos fuimos llamados por nuestro nombre. Al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, antes de las sombras de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados. Hemos sido llamados, ¿por qué? Porque somos amados. A los ojos de Dios somos hijos valiosos, que Él llama cada día para abrazar, para animar, para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única, original. Cada uno de nosotros es único y es original, y la belleza de todo esto no la podemos vislumbrar. Después de la escena de ayer a orillas del lago sube a la montaña, seguramente para orar y luego llamar a su lado a los que quiso. Él los llamó y ellos fueron. Los hizo comunidad (instituyó a doce) para que estuvieran con Él, para enviarlos a predicar con el poder de expulsar demonios.Jesús llama porque ama. Nos hace comunidad (no individuos aislados), nos conforma, nos moldea, nos constituye hermanos. Llama para estar con él. Llama para enviar (no para mirarnos entre nosotros, sino para salir) a predicar y expulsar demonios (Cf Papa Francisco a los jóvenes).Hoy Jesús sigue llamando, sigue convocando para hacernos hacer experiencia de fraternidad, para estar con él y para salir a predicar y expulsar. Quizá hoy Jesús pronuncie tu nombre y te convoque.
Como buenos hermanos, como hijos fieles completamente unidos entre sí, ayudémonos los unos a los otros a caminar con paso firme por el camino por el que nuestro Padre nos ha llamado y que debe conducirnos a Él” (S. sobre la obligación de tender a la perfección)
Jesús, te seguiré,donde me lleves iré.Muéstrame ese lugar donde vives.Quiero quedarme contigo allí.Escuchando tus palabrasalgo nuevo nace en mí.Es que nadie nos había venidoa hablar así.Ahora veo claro:La verdad está en ti.Hoy he visto como se amanlos que viven junto a ti.Hace tiempo que sedientohabía querido amar así,Ahora siento que tu amorviene hacia mí.Hoy he visto a los leprosos sanosy a los ciegos ver.Hasta el pan multiplicastepara darnos de comer.¡Oh, maestro bueno,todo lo haces bien!