2ª Samuel 1, 1-4. 11-12. 17. 19. 23-27Salmo 79, 2-3. 5-7
En aquel tiempo Jesús regresó a la casa, y de nuevo se juntó tanta gente que ni siquiera podían comer.Cuando sus parientes se enteraron, salieron para llevárselo, porque decían: Es un exaltado.
Jesús regresó a la casa de Pedro en Cafarnaúm, que ahora era su casa. Ya no vive en Nazaret, ahora su ‘familia’ se ha ampliado. Para entender estos versículos, sería bueno leer el capítulo 3 entero.Interesante ver cómo una multitud del pueblo lo busca y lo ve como una bendición, mientras que de afuera vienen a buscarlo por considerarlo ‘fuera de sí’ y juzgarlo como endemoniado:.- Su familia, la de sangre, de Nazaret, piensa que está un poco loco. No sabemos si entre ellos estaba María. Sí que poco después aparece ella buscándolo. (v. 31).- Los escribas que han venido de Jerusalén (V. 22) dicen que está poseído por el demonio. Es la opinión de sus jefes religiosos.Pero quedémonos con la gente de Cafarnaúm y alrededores: Acuden en masa a ser curados y a escuchar al maestro. Y los discípulos lo ayudan. Parece que todos están ocupados en el recibir y atender a la gente, porque el texto dice que no “podían comer”. No era sólo Jesús el ocupado, había un trabajo comunitario, que sacrificaba horas de descanso y de comidas, para que nadie quedase sin una respuesta. Loable actitud, porque ellos como nosotros, al volver a casa habrán querido estar tranquilos, sentirse cómodos, no ser molestados, tomar algo fresco, charlar y sentarse sin apuros alrededor de una mesa. Pero nada de esto sucedió: La casa estaba llena de gente. Es de imaginar los apuros por tocar y dejarse tocar por el maestro; algunos contentos y otros molestos porque alguien llegado más tarde se les adelantó; los discípulos tratando de ordenar a la multitud, quejas, bullicio, exclamaciones de alegría por las curaciones, etc. Imposible la privacidad. ¡Así no hay cuerpo que aguante!Pero ahí está Jesús en cuerpo entero, con su opción por el servicio a toda hora y sin medir costos. Y están sus discípulos apoyándolo, esos que hace muy poco acaba de nombrar para que estén con él. Lo secundan en el esfuerzo. Ya mostrarán la hilacha más adelante. Hermoso ejemplo de comunidad al servicio de los demás y no al servicio de sí misma; descentrada y no egocéntrica; capaz de abrir las puertas de su casa a los necesitados. Una comunidad abierta, en salida, solidaria, que no pierde tiempo ni energías mirándose el ombligo.
Doy mi consentimiento para que comiencen el estudio, pero no me gustaría eliminar una clase. Sé que esto será molesto y agotador para ustedes. Sin embargo, relevándose unos a otros, podrán arreglarse por un tiempo. Y, si las cosas van bien, como espero, les daré una ayuda. (Al H. Ambrosio, 31-12-1836)
Invitarte a mi casa a jugary prestarte colores para dibujar.Quedarnos un retiro a charlar.Preguntarte ¿qué pasa?, si te veo mal,escuchando lo que me querés deciry diciéndote lo que tenés que oír.Esperando lo que el tiempo da,festejando cada paso que das.Artesanos de fraternidad,que parece que miran lo que aún no está.Artesanos de fraternidad,que se juegan las manostan sólo soñando el final.No dejarte tirado jamás;que siempre en el grupo tengás un lugar.Confiarte lo que me hace llorary guardar los secretos que quieras guardar.Ayudarte a ver lo que te sale mal,comentándole a todos lo bien que vas.Buscando lo que no encontrás.