2º Samuel 15, 13-14. 30; 16, 5-13Salmo 3, 2-8
Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gadarenos.Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro desde el cementerio un hombre poseído por un espíritu impuro.El habitaba en los sepulcros, y nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas.Muchas veces lo habían atado con grillos y cadenas pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarlo.Día y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaña, dando alaridos e hiriéndose con piedras.Al ver de lejos a Jesús, vino corriendo a postrarse ante él, gritando con fuerza: ¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo de Dios, el Altísimo? ¡Te conjuro por Dios, no me atormentes!Porque Jesús le había dicho: ¡Sal de este hombre, espíritu impuro!Después le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? El respondió: Mi nombre es Legión, porque somos muchos.Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella región.Había allí una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaña.Los espíritus impuros suplicaron a Jesús: Envíanos a los cerdos, para que entremos en ellos.Él se lo permitió.Entonces los espíritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara –unos dos mil animales– se precipitó al mar y se ahogó.Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qué había sucedido.Cuando llegaron a donde estaba Jesús, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que había estado poseído por aquella Legión, y se llenaron de temor.Los testigos del hecho les contaron lo que había sucedido con el endemoniado y con los cerdos.Entonces empezaron a pedir a Jesús que se alejara de su territorio.En el momento de embarcarse, el hombre que había estado endemoniado le pidió que lo dejara quedarse con él.Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa con tu familia, y anúnciales todo lo que el Señor hizo contigo al compadecerse de ti.El hombre se fue y comenzó a proclamar por la región de la Decápolis lo que Jesús había hecho por él, y todos quedaban admirados.
No se trata simplemente de narrar que Jesús expulsaba demonios, y que este es un caso más. ¿De qué se trata? Lo primero – y más claro – que aparece en el relato, es que hay situaciones en la vida (un territorio, una cultura, un país) en la que apenas llegamos a ese sitio, lo primero que palpamos es que allí hay fuerzas de muerte: cementerio, tumbas, gritos de desesperación, se golpea y autocastiga. La fuerza de muerte y destrucción está muy presente. El relato la denomina “legión”, somos muchos.¿Qué es lo realmente sucedía allí, en el país de “los gerasenos”? La clave está en lo que pasó con la enorme piara de cerdos. Dos mil nada menos. Un hecho evidente es que esta cantidad de cerdos costarían mucho dinero. Un pueblo que trata mal al endemoniado, lo encadena y lo excluyen de la comunidad. Y otro hecho evidente (en el relato) es que Jesús, había liberado de los demonios de muerte, y que pasaron estos demonios de muerte a los cerdos, que acabaron enseguida en muerte, también ellos. El geraseno a toda costa, quiso acercarse a Jesús, Hijo de Dios, que actúa con poder. El reino de Dios se manifiesta en territorio pagano con fuerza, como un acto supremo de solidaridad.El final del relato es tremendo: los dueños de los cerdos no quisieron que Jesús siguiera allí, con ellos y entre ellos. Preferían sus cerdos, sus riquezas, sus demonios de muerte. La riqueza, y sus sistemas de administrarla y mantenerla, es la legión de la muerte, que tiene su sede en cementerios, gritos, y en las piedras que claman por la muerte, por más que se disfrace de fortuna segura, éxito, o las satisfacciones del rico poderoso. Pero el pueblo antes de alegrarse por la vida del hermano que ha sido recuperada del sepulcro, se preocupan por la pérdida de sus bienes. Jesús acaba invitando al hombre, a dar testimonio de lo que su misericordia ha logrado con él, de la Buena Noticia.
Alguien me llevó un día a conocer uno de sus amigos, que se dedicaba especialmente a estudio de las matemáticas y que no sabía de religión más que lo que había leído en los libros escritos contra ella. Este pobre hombre buscaba la verdad de buena fe, y no me costó mucho que la descubriera; sin embargo, sentía una repugnancia secreta, de la que no conocía las causas, a creer en uno de nuestros dogmas. Las pruebas que le daba no le parecían aún suficientes, para someter plenamente su razón. Confiésate, le dije, en aquel momento. Se puso de rodillas; las lágrimas corrieron por sus ojos, la gracia le iluminó, y levantándose dijo: Tengo fe, estoy sorprendido de no haber comprendido lo que antes me explicabas. Y he aquí que lo desarrolló con infinita más claridad y fuerza que yo hubiera podido hacerlo; desde entonces, cada vez que le veía, se lamentaba de la ceguera y de la ignorancia en la que había vivido; me comunicaba las reflexiones que se presentaban a su espíritu sobre los más altos misterios del cristianismo, y les aseguro que no he encontrado a nadie que supiera defenderlos mejor y en quien se hiciera manifiesto de una manera más emocionante lo que dice la Escritura, que el amor enseña todas las cosas. (A los alumnos de un colegio)
Están surgiendo voces escondidas,están amaneciendo otras verdades.Se acercan con antorchas encendidas,iluminando nuestras ciudades.Son fruto de la paz y de las guerras,son signo de incalculable valor.Son hombres y mujeres de esta tierra,son mis iguales, son lo que yo.Alégrense los que creen en los demás,los que se dejan por otros la piel.Preocúpense los que acumulan bienestar,los que buscan el poder.Alégrense los que construyen la Verdad,los que soñaron un mundo al revés.Preocúpense los que no quieren dialogar,los que no saben ceder.Están subiendo porque somos Norte,se están quedando porque “aquí es mejor”.Entraron sin sellar el pasaporte,pero trajeron su corazón.No son testigos mudos, sin memoria;ni son el lastre de nuestra inflación.Son parte trascendente de la historia.No son problema, son solución.Alégrense los que creen en los demás,los que se dejan por otros la piel.Preocúpense los que acumulan bienestar,los que buscan el poder.Alégrense los que construyen la Verdad,los que soñaron un mundo al revés.Preocúpense los que no quieren dialogar,los que no saben ceder.Preocúpense, preocúpenselos que “son alguien”… preocúpense.Preocúpense, preocúpenselos intachables… preocúpense.Preocúpense, preocúpenselos que no lloran… preocúpense.Preocúpense, preocúpenselos que atesoran… preocúpense.Alégrense, alégrense,los excluidos… alégrense.Alégrense, alégrense,los perseguidos… alégrense.Alégrense, alégrense,los que confían… alégrense.Alégrense, alégrense,los que se fían… alégrense.Preocúpense los empresarios,que pagan salarios de risa y de hiel.Alégrense los voluntarios,si son solidarios, estén donde estén.Preocúpense los puritanos,que lavan sus manos cumpliendo la Ley.Alégrense los compañeros,que siempre estuvieron, con dudas o fe.Alégrense los humanistas,los gays, los artistas, la gente de bien…Alégrense y hasta la vista,y perdonen que insista… ustedes también.Alégrense, alégrense, …