1er Domingo de CUARESMA

Señor Jesús, al comenzar el día,
te ofrecemos nuestra vida entera.
Que el amor fraterno reine entre todos
los que formamos comunidad.
Que cada uno se sienta feliz
con la alegría de los demás,
y sufra con sus penas.
Que todos nos prestemos ayuda mutua
para ir a Dios y realizar su obra cada día.
Que no existan jamás entre nosotros
ni contiendas ni rivalidades,
ni secretas envidias, ni palabras duras.
Aparta de nosotros, Señor, todo lo que hiere,
todo lo que divide,
todo lo que altera la caridad.
Haz, Señor, que hoy y siempre
intentemos ayudarnos
unos a otros a ser santos.
Que todos vivamos hoy con dulzura,
paciencia, humildad
y fidelidad a tu Palabra.
(Regla de 1835)

  • Por la familia menesiana del Dionisio Díaz de Maldonado.          
  • Por la comunidad de Alfred (Estados Unidos).
  • Por las vocaciones y los formadores de Haití.
  • Por el Capítulo general.

El Señor, liberado por la Resurrección de sus lazos transitorios con el mundo, lo llena más con su presencia acrecentada. Derrama el Espíritu, fuente de novedad y vida. «Con la energía que le permite incluso someter el universo», lo recapitula y lo encamina «hasta que por la cruz llegue a aquella luz que no conoce ocaso».

Me gustan los hombres que tienen un corazón que les hace perder la memoria. Es horrible no olvidar nada.

1987: Romain Gareau (André-Gérard)