Adiós querido amigo. Amémonos más que nunca en Dios sólo, para Dios sólo, no busquemos más que su gloria. Cantemos con los ángeles: gloria a Dios en las alturas. Sí, amigo mío, en las alturas. Digámoslo una vez más, los dos juntos, con una misma voz, con un solo corazón: Gloria a Dios en las alturas, te alabamos, te bendecimos, te adoramos (Carta a Bruté de Remur, 30 de septiembre de 1815).
Nada te turbe,nada te espante,todo se pasa,Dios no se muda;la paciencia todo lo alcanza;quien a Dios tiene nada la falta:Sólo Dios basta.
Antífona 1:Adiós querido amigo, a Dios sólo, sí a Dios Sólo, siempre Dios Sólo. El resto no es nada. Todavía una vez, Dios sólo, Dios sólo.
Salmo 139Tú eres mi refugio
Líbrame, Señor, del malvado, guárdame del hombre violento: que planean maldades en su corazón y todo el día provocan contiendas; afilan sus lenguas como serpientes, con veneno de víboras en los labios. Defiéndeme, Señor, de la mano perversa, guárdame de los hombres violentos, que preparan zancadillas a mis pasos. Los soberbios me esconden trampas; los perversos me tienden una red y por el camino me colocan lazos. Pero yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios»; Señor, atiende a mis gritos de socorro; Señor Dios, mi fuerte salvador, que cubres mi cabeza el día de la batalla. Señor, no le concedas sus deseos al malvado, no des éxito a sus proyectos. Yo sé que el Señor hace justicia al afligido y defiende el derecho del pobre. Los justos alabarán tu nombre, los honrados habitarán en tu presencia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2:Si no buscamos en la tierra más que a Dios sólo, Él será nuestra recompensa.
Salmo 113BHimno al Dios verdadero
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad. ¿Por qué han de decir las naciones: «Dónde está su Dios?» Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas: Tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; Tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; no tiene voz su garganta: que sean igual los que los hacen, cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor: Él es su auxilio y su escudo. La casa de Aarón confía en el Señor: Él es su auxilio y su escudo. Los fieles del Señor confían en el Señor: El su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga, bendiga a la casa de Israel, bendiga a la casa de Aarón; bendiga a los fieles del Señor, pequeños y grandes. Que el Señor los acreciente, a ustedes y a sus hijos; bendito sean del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor, ni los que bajan al silencio. Nosotros, sí, bendeciremos al Señor ahora y por siempre.
Hoy son necesarios espíritus maduros, capaces de tomar una decisión, que sepan tomar partido, y que, una vez conocido el camino recto, no se apartan de él porque encuentren un disgusto, o porque les den imprudentes consejos. Hacen falta almas fuertes, que estén por encima de un disgusto, un obstáculo, un peligro, o de su propia debilidad. Hace falta gente sensata, que no se conduzca por capricho, sino por reglas de fe y que no comience a edificar para dejar el edificio sin acabar. Hacen falta hermanos llenos de espíritu de sacrificio, que no tengan más que un deseo y un pensamiento, el deseo de ganar el cielo dándose a Dios sin reserva y sin vuelta, inmolándose cada día por su gloria. Que se los coloque aquí o allá, poco les importa; que el mundo los alabe o los maldiga poco les importa. ¡Dios solo es su divisa!
Antífona:¡Dios sólo, he dicho tanto Dios sólo! ¡Ay! ¿Nuestro pobre y ruin corazón es tan grande para Dios como para poder compartirlo con una criatura de Dios?
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,gózase mi espíritu en mi Salvador.Él es mi alegría, es mi plenitud,Él es todo para mí.Ha mirado la bajeza de su esclava,muy dichosa me dirán todos los pueblosporque en mí ha hecho grandes maravillasEl que todo puede, cuyo Nombre es Santo.Su clemencia se derrama por los siglossobre aquellos que le temen y le aman,desplegó el gran poder de su derecha,dispersó a los que piensan que son algo.Derribó a los potentados de sus tronos,elevó a los humildes y a los pobres,los hambrientos se saciaron con sus bienesy alejó de sí, vacíos a los ricos.Acogió a Israel, su humilde siervoacordándose de su misericordia,como había prometido a nuestros padres,a Abraham y descendencia para siempre.
A cada intención respondemos:
Dios solo, a ti nos confiamos
-. Ante las situaciones duras de la vida.-. Ante las incomprensiones de los demás.-. Ante las dificultades que experimentamos en el discipulado-misionero.-. Ante la lucha interna que el mal nos propone.-. Ante el fracaso y las situaciones sin brillo.-. Ante el éxito, los logros, los aplausos de agradecimiento
Oh Dios mío, te he escogido como mi parte y esa parte no me será quitada. Tú sólo significas algo para mí Dios mío, Tú serás todo para mí. La vida no es nada, la fortuna no es nada, Dios solo, Dios solo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Providencia de mi Dios,vela sobre tus hijos,afiánzanos, dirígenos.Sé tú nuestra defensa,nuestra guía, nuestro consuelo,nuestra alegría y nuestra esperanza.¡Dios sólo en el tiempo!¡Dios sólo en la eternidad!¡Dios sólo en el día de hoy,en todo y en cada cosa!¡Dios sólo!