Hijos míos, más que nunca, no seamos más que uno; ‘llevemos el peso los unos de los otros a fin de cumplir la ley de Cristo’. No tengamos más que un corazón para amar a Dios y unamos nuestras fuerzas para extender su reino. Animo y confianza, hijos míos, si somos fieles hasta el fin, nuestra recompensa será grande en el cielo» (Sermón VII, p. 2253).
Señor Jesús, al comenzar el día,te ofrecemos nuestra vida entera.Que el amor fraterno reine entre todos los que formamos la comunidad.Que cada uno se siente feliz con la alegría de los demásy sufra con sus penas.Que todos nos prestemos ayuda mutuapara ir a Dios y realizar su obra cada día.Que no existan jamás entre nosotrosni contiendas ni rivalidades,ni secretas envidias, ni palabras duras.Aparta de nosotros, Señor, todo lo que hiere,todo lo que divide, todo lo que altera la caridad.Haz, Señor, que hoy y siempreintentemos ayudarnos unos a otros a ser santos.Que todos vivamos hoy con dulzura,paciencia, humildad y fidelidad a tu Palabra.
Para avanzar me basta tu mirada,la mano amiga de la comunidad,el cuerpo roto, la Sangre derramaday un mundo joven sediento de unidad.Para avanzar unamos nuestras manos,creando lazos, en camino tras la Pazque Juan María nos llama a ser hermanos,signos visibles de fraternidad.Un deseo nos convoca, se hace nuestro,y dirige nuestros pasos hasta el fin:el anhelo expresó Jesús Maestro“Que los niños vengan todos junto a mí”.Y nos urge la palabra recia y fuerteque nos dice Juan María: “Por favor,no pueden dejar los niños a su suerte,denles el pan, denles la fe, denles amor”.Por los pobres, los pequeños, y excluidoslos que pierden la sonrisa, el porvenir…Con mi mano que se alcen los caídoscon mis labios, brote un nuevo sonreír.Ven conmigo y pintaremos de alegría,Los rincones más oscuros de tu hogar,Soy tu ángel, tu hospital, de noche y díaTe doy alas de esperanza ¡y a volar!
Oración por la comunidad
Antífona 1Cede con gusto ante tus Hermanos en toda ocasión y en todo: el que obra así es bendecido por Dios.
Decir comunidades decir camino compartido,multitud de manos que se unenpara, entre todos, hacer la marcha más livianaabrazo de miradas que se buscanpara buscar, unidas, la miradade Aquel que por nosotros dio la vida.Es compartir, la vida entrelazada,es reunir bajo las mismas esperanzaslas diferencias, que así, no nos separan.Decir comunidades hablar de proyecto común,sueños compartidos,camino acompañado.Es pensar en el otroy en lo mejor para el otroy pensar, juntos,en lo mejor de nosotros para todos los otros.Decir comunidades darse fuerzas entre todos.Es alentarsecon la palmada al hombro,es corregirsesin miedo a los enojos.Es animarsea crecer juntos poco a poco.Decir comunidades hablar de apertura y entregaservicio a los demás,aprender a brindarse, generosos.Es compartir la vida de Diosfuente de vida, de esperanza y amor.Decir comunidades común-unidadde criterios verdaderos(los del Evangelio)de opciones valientes(las de Jesús)de desafíos audaces(los del Reino en marcha)Decir comunidades el encuentro de muchosque animados y alentados por el Espíritu,buscan clamar a Dios, ¡Abba!Aquí estamos Señorunidos y en caminopara hacer crecer tu Reinodonde pidas.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2Ojalá se animen todos recíprocamente a trabajar con celo por la salvación de las almas y por la gloria de nuestro buen Maestro
Salmo 132Felicidad de la concordia fraterna
Vean qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos. Es ungüento precioso en la cabeza, que va bajando por la barba, que baja por la barba de Aarón, hasta la franja de su ornamento. Es rocío del Hermón, que va bajando sobre el monte Sión. Porque allí manda el Señor la bendición: la vida para siempre.Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
El H. Eric es muy bueno; tiene sus defectos, como todos, pero también tiene excelentes cualidades, por lo que puedes estar contento de tenerlo por compañero; procura no ser demasiado sensible por las pequeñas diferencias que puedan surgir entre ustedes, antes bien muéstrate siempre muy indulgente con él, con mucha dulzura, paciencia y bondad; corrige sus faltas, cuando las cometa, pero sin que se te escapen palabras que puedan herirlo.Has hecho mal en comunicar a los Hermanos jóvenes Yvy y Jean Colombini reflexiones de pesadumbre; pueden originarse sentimientos contrarios a la caridad que siempre debe reinar entre Hermanos. Procura no predisponerte contra nadie, ni tratar de ser tan clarividente que pretendas descubrir los defectos de los demás sin preocuparte de los tuyos. (Al H. Ambrosio)
AntífonaLa unión íntima y verdaderamente fraterna constituirá su fuerza y su felicidad: consérvenla como un tesoro.
Bendito sea el Señor, Dios de Israelporque ha visitado y redimido a su pueblo,suscitándonos una fuerza de salvaciónen la familia de David, su siervo,según lo había predicho desde antiguopor la boca de sus santos profetas.Despertad, preparáos,rompiendo las tinieblas viene el sol;despertad, preparáos,la salvación nos visitay se encarna en nuestro pueblo.Es la Salvación que nos liberade nuestros enemigos y del poder del mal,nos sostiene con su misericordiacon la que bendijo a nuestros padres,porque Él recuerda siempre su Alianzay el juramento que juró a Abrahán.Para concedernos que, libres de temor,arrancados de la mano de los enemigos,le sirvamos con santidad y justiciaen su Presencia, toda nuestra vida.Y tú, Juan, serás llamado ‘profeta del Altísimo’porque irás delante de Él preparando el camino,anunciando a su pueblo la Salvacióny el perdón de sus pecados.Por la entrañable misericordia de nuestro Diosnos visitará el sol que nace de lo altopara que su luz alumbre a los que vivenen las tinieblas y en sombras de muertepara guiar, siempre, nuestros pasos,por el camino de su paz.
A cada intención respondemos:
Que el amor fraterno, reine entre nosotros.
-. Que miremos y tratemos a los demás como hermanos.-. Que seamos signos visibles de fraternidad.-. Que vivamos valorando a los otros como superiores a nosotros mismos.-. Que en la comunidad tejamos relaciones que nos signifiquen como hermanos.-. Que defendamos el valor de la fraternidad como un tesoro.-. Que el amor mutuo sea el aceite que cuide nuestras relaciones.
Señor, entra en nuestra comunidad y conviértela en lugar de oración y acogida. Que tu Espíritu rompa nuestro voluntarismo y nos ayude a abrirnos a la gracia para dedicarnos más a ti, en la misión junto a otros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.