Hechos 3, 13-15.17-19Salmo 4, 2.4.7.91 Juan 2, 1-5ª
Los discípulos que retornaron de Emaús contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: La paz esté con ustedes.Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: ¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo. Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies.Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer.Pero Jesús les preguntó: ¿Tienen aquí algo para comer?Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos.Después les dijo: Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: Así está escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.
En el evangelio de Lucas que acabamos de leer, Jesús aparece de improviso, como había desaparecido después de partir el pan en Emaús. Se presenta en medio de ellos y no viene de ninguna parte. El relato que precede (el de Emaús), había dejado claro que Jesús se hace presente en el camino de la vida, en la Escritura y en la fracción del pan. Tres realidades muy concretas para todos nosotros: se hace presente en la cotidianeidad de nuestras búsquedas comunitarias, en la Escritura y en la mesa compartida. Aquí se hace presente en medio de la comunidad reunida, cosa que tenía muy clara la primitiva iglesia.Pagola dirá que “no es fácil creer en Jesús resucitado. En última instancia es algo que sólo puede ser captado y comprendido desde la fe que el mismo Jesús despierta en nosotros. Si no experimentamos nunca «por dentro» la paz y la alegría que Jesús infunde, es difícil que encontremos «por fuera» pruebas de su resurrección.Algo de esto nos viene a decir Lucas al describirnos el encuentro de Jesús resucitado con el grupo de discípulos. Entre ellos hay de todo. Dos discípulos están contando cómo lo han reconocido al cenar con él en Emaús. Pedro dice que se le ha aparecido. La mayoría no ha tenido todavía ninguna experiencia. No saben qué pensar.Entonces «Jesús se presenta en medio de ellos y les dice: Paz a ustedes». Lo primero para despertar nuestra fe en Jesús resucitado es poder intuir, también hoy, su presencia en medio de nosotros, y hacer circular en nuestros grupos, comunidades y parroquias la paz, la alegría y la seguridad que da el saberlo vivo, acompañándonos de cerca en estos tiempos nada fáciles para la fe.El relato de Lucas es muy realista. La presencia de Jesús no transforma de manera mágica a los discípulos. Algunos se asustan y «creen que están viendo un fantasma». En el interior de otros «surgen dudas» de todo tipo. Hay quienes «no lo acaban de creer por la alegría». Otros siguen «atónitos». Así sucede también hoy. La fe en Cristo resucitado no nace de manera automática y segura en nosotros. Se va despertando en nuestro corazón de forma frágil y humilde. Al comienzo, es casi solo un deseo. De ordinario, crece rodeada de dudas e interrogantes: ¿será posible que sea verdad algo tan grande?Según el relato, Jesús se queda, come entre ellos, y se dedica a «abrirles el entendimiento» para que puedan comprender lo que ha sucedido. Quiere que se conviertan en «testigos», que puedan hablar desde su experiencia, y predicar no de cualquier manera, sino «en su nombre». Creer en el Resucitado no es cuestión de un día. Es un proceso que, a veces, puede durar años. Lo importante es nuestra actitud interior. Confiar siempre en Jesús. Hacerle mucho más sitio en cada uno de nosotros y en nuestras comunidades cristianas”.
Jesús y sus discípulos: Jesús camina con ellos, se les hace cercano, se les va revelando poco a poco, les va calentando el corazón con la palabra para que luego puedan reconocerlo al partir el pan con el peregrino que había hecho ademán de seguir. Luego se hace presente en medio de la comunidad reunida y compartiendo testimonios de encuentro con Jesús. Hoy Jesús se sigue manifestando en estas realidades (en la acogida y en la comunidad). Se muestra ante ellos. El resucitado es el crucificado. Les abre la inteligencia para que al comprender puedan ser testigos de estas realidades. Otros creerán gracias a su testimonio.
Esforcémonos por adquirir esta inalterable serenidad, esta calma de espíritu, esta dulce y plena alegría, de paz, amor y esperanza, que ha sido prometida y que ha sido concedida a los que, elevándose por encima de la naturaleza y los sentidos, ven a Dios y sólo ven a Dios en todo”. (Memorial 123–124)
Eres la experiencia interna de seguir en pie,y esa voz que dice siempre “no te dejaré”.Eres amor madurando y vida plenificandoel aprendizaje que no deja estéril llanto, muerte ni dolor.Eres eterno proyecto de liberación,y esa voz que se oye siempre cuando hay más de dos,música del corazón, que consuela y da razóndel sueño de vida plena, que ya nadie frena pues de ti nació.Eres la verdad que cimbra nuestra realidad,fuerza que mantiene firme nuestra voluntad,el amor que compromete y que fecunda la simiente,tiempo interno necesariodesde lo más hondo de este corazón.Eres libertad que mueve nuestro caminarhacia el sueño solidario de la humanidad,el amor que compromete, donde brota el pan urgente,alimento que es de todos,pan de vida nueva, pan de libertad.Eres la raíz de nuestra reconciliación,la presencia fiel que invade nuestro corazón,la palabra madurando, los sentidos afinandopara responder al mundo en tono de justicia, paz y comunión.Eres la verdad que cimbra nuestra realidad,fuerza que mantiene firme nuestra voluntad,el amor que compromete y que fecunda la simiente,tiempo interno necesariodesde lo más hondo de este corazón.Eres libertad que mueve nuestro caminarhacia el sueño solidario de la humanidad,el amor que compromete, donde brota el pan urgente,alimento que es de todos,pan de vida nueva, pan de libertad.