América tiene sus derechos sobre ti. Pero esta pobre Iglesia de Francia que te ha engendrado, que te ha alimentado con su leche, ¿no tiene ninguno, y la dejas para siempre? Tú ves sus necesidades, sus llagas, sus dolores, su inmensa miseria. Tiene, sin duda, un gran número de ministros, pero qué pocos que puedan, como tú, defenderla y reanimar este espíritu de celo que cada día se debilita y se apaga. (Carta a Bruté 25 de agosto de 1815)
Juntos – Padre Zini
La cosa empieza cuando la gente se junta y mira su realidadqueriendo hacer que las cosas cambien y haciendo algo para cambiar.Hay algo hermoso que surge cuando se unen la Biblia y la realidad:para saber lo que Jesucristo quiere y haría en la actualidad.Todos sentimos como una urgencia, ya por justicia o por caridad,y es que nos toca decidir juntos lo que tenemos que practicar.Allí aparecen los ministerios que tiene cada comunidad,y son servicios comunitarios, según la propia necesidad.Y juntos somos esa presencia samaritana, siempre cordial,puertas abiertas, buena noticia, pequeña iglesia, fermento y sal.Comunitario fue y es el modo que nuestro pueblo supo cuidar,antiguo modo de parecernos a nuestro Dios que es comunidad.Haciendo juntos se hacen las cosas que van cambiando la realidad,unas re-lindas y otras no tanto, y algunas cosas que salen mal.Todo se aprende, juntos podemos, la regla de oro es participar,por eso es bueno y es necesario, evaluar juntos y celebrar.La fiesta alegra, junta y reanima y es un ensayo del más allá,nos saludamos con nuestros nombres y el testimonio te hace llorar.Lo que decimos y lo que hacemos, construye el sueño de la unidady es para siempre, no por un rato, el compromiso de contagiar.
Antífona 1Estén unidos de corazón y alma a la santa Iglesia y a su Instituto.
Salmo 73Lamentación ante el templo del devastado
¿Por qué, oh Dios, nos tienes siempre abandonados, y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño? Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo, de la tribu que rescataste para posesión tuya, del monte Sión donde pusiste tu morada. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio; el enemigo ha arrasado del todo el santuario. Rugían los agresores en medio de tu asamblea, levantaron sus propios estandartes. En la entrada superior abatieron a hachazos el entramado; después, con martillos y mazas, destrozaron todas las esculturas. Prendieron fuego a tu santuario, derribaron y profanaron la morada de tu nombre. Pensaban: «acabaremos con ellos», e incendiaron todos los templos del país. Ya no vemos nuestros signos, ni hay profeta: nadie entre nosotros sabe hasta cuándo. ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos va a afrentar el enemigo? ¿No cesará de despreciar tu nombre el adversario? ¿Por qué retraes tu mano izquierda y tienes tu derecha escondida en el pecho? Pero tú, Dios mío, eres rey desde siempre, tú ganaste la victoria en medio de la tierra. Tú hendiste con fuerza el mar, rompiste la cabeza del dragón marino; tú aplastaste la cabeza del Leviatán, se la echaste en pasto a las bestias del mar; tú alumbraste manantiales y torrentes, tú sacaste ríos inagotables. Tuyo es el día, tuya la noche, tú colocaste la luna y el sol; tú plantaste los linderos del orbe, tú formaste el verano y el invierno. Tenelo en cuenta, Señor, que el enemigo te ultraja, que un pueblo insensato desprecia tu nombre; no entregues a los buitres la vida de tu tórtola, ni olvides sin remedio la vida de los pobres. Piensa en tu alianza: que los rincones del país están llenos de violencias. Que el humilde no se marche defraudado, que pobres y afligidos alaben tu nombre. Levántate, oh Dios, defiende tu causa: recuerda los ultrajes continuos del insensato; no olvides las voces de tus enemigos, el tumulto creciente de los rebeldes contra ti.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2El fin de la congregación es servir a la Iglesia donde la Providencia permita que nos establezcamos
Salmo 83Añoranza del templo
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza al preparar su peregrinación: Cuando atraviesan áridos valles, los convierten en oasis, como si la lluvia temprana los cubriera de bendiciones; caminan de baluarte en baluarte hasta ver a Dios en Sión. Señor de los ejércitos, escucha mi súplica; atiéndeme, Dios de Jacob. Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo, mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo, él da la gracia y la gloria; el Señor no niega sus bienes a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre que confía en ti!
Por otra parte en estos días malos, ¿se puede, sin tener para ello razones muy fuertes rehusar combatir los combates del Señor? Los antiguos solitarios ¿no se apresuraban a renunciar a las dulzuras del reposo y a abandonar el jardín de las delicias al que se habían retirado, cuando la iglesia atacada por todas partes les llamaba a defenderla? Morir con las armas en la mano, sobre el campo de batalla, ¿no es una suerte bastante hermosa, y nos está permitido hoy buscar y desear otra? Sin embargo, sé que todo depende de saber cuál es la voluntad de Dios sobre nosotros, y que no debemos descuidar nada para conocerla. (Carta a Bruté 1809)
AntífonaNo temo para la Iglesia la persecución de la espada, sino la persecución de la indiferencia por parte de sus propios hijos, y de algunos de sus ministros.
Maravillas – Autora: Paula Willumsen
Maravillas hizo en mí;mi alma canta de gozopues al ver mi pequeñezse detuvieron sus ojos.Y el que es Santo y Poderosohoy aguarda por mi sí.Mi alma canta de gozo.Maravillas hizo en mí.Maravillas hizo en mí;del alma brota mi canto.El Señor me ha amadomás que a los lirios del campo.Por el Espíritu Santo,Él habita hoy en mí.No cese nunca mi canto.Maravillas hizo en mí.
No temo para la Iglesia la persecución de la espada, sino la persecución de la indiferencia por parte de sus propios hijos, y de algunos de sus ministros.
A cada intención respondemos:
Señor, tejiendo lazos, construimos Iglesia
-. Que en nuestras obras educativas enseñemos a tejer lazos con los más pequeños.
-. Que nunca nos desentendamos de las llamadas que la Iglesia nos hace.
-. Que tengamos el oído atento y las manos dispuestas a servir allí donde la Iglesia nos convoque.
-. Que vivamos con alegría y gozo el ministerio educativo al que nos has convocado.
-. Que nuestras comunidades sean realidades eclesiales donde se viva el seguimiento de Jesús.
-. Que los ministros de la Iglesia sean servidores apasionados por el reino.
Padre bueno, qué dulzura y qué dicha para un menesiano entregarse plenamente y sin reservas a la esposa de Jesucristo, en un momento en que está expuesta a tantos ultrajes, y en el que ella está totalmente, como Jesucristo, su fundador y su jefe, sobre la cruz. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.