San Marcos, evangelista


1ª Pedro 5, 5-14
Salmo 88, 2-3. 6-7. 16-17

Jesús se apareció a los Once y les dijo:
Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán.

Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.

En el versículo anterior a este relato (v 14) se ve a los discípulos sentados en una mesa, comiendo y seguramente comentando los hechos, pero sin hacer nada y descreídos de todo. Jesús llega y les echa en cara su incredulidad y dureza de corazón, por no creer en el testimonio de quienes ya lo habían visto resucitado. Pero no se queda en ello, sino que los manda nada menos que a toda la tierra: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva”. Y a partir de allí la Buena Nueva de Jesús se extendió por todo el orbe y llegó hasta nosotros. Y hoy se nos pide que siga circulando el mensaje de Jesús para hacer un mundo mejor, más humano, donde todos tengan su lugar.

Por supuesto que los discípulos tuvieron que empezar por su propio mundo, el de la casa, el lugar donde vivían, sus propias familias, que es el lugar más difícil de convencer. Nosotros pensemos en el colegio, el trabajo, la familia…Pero, ¿anunciamos o nos quedamos mudos?
Además, Jesús pide anunciar buenas noticias, no pálidas. Nos pasamos la vida hablando de los problemas y dificultades. Nos cuesta tener una mirada de esperanza, como si los problemas vencieran definitivamente. No seamos profetas de catástrofes. Sabemos por Jesús que, aunque arrecien las tormentas y todo se vea oscuro, todo terminará bien. El Papa Francisco nos dice que: “El bien vencerá al mal, la verdad vencerá a la mentira y la salvación vencerá a la condenación».


MÁXIMA
Anuncien Buenas Noticias, no pálidas


Anunciar a los afligidos el fin de sus penas, a los cautivos su liberación, a los enfermos su curación, a los muertos el llamado a la vida, ¿ha habido alguna vez una noticia mejor para llevar a los corazones la alegría y la confianza? (Sermón para anunciar una misión) 

¿Cómo invocarán a aquel
en quién no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel
de quien no han oído?
¿Y cómo oirán si no hay
quien les predique?
¿Quién les predicará si no hay
quien los envíe?

Cuán hermosos son los pies
de los que anuncian la paz,
los que llevan Buenas Nuevas.


Los dos últimos días hubo actividades muy significativas para todos: Audiencia con el Papa, celebración de aceptación de la nueva Regla de vida, consagración a María, mensaje del Superior General y cierre. Estuvo presente también la Superiora general de las Hijas de la Providencia.