San José obrero

MES DE MAYO
Consagrado a María, Virgen y Madre

APOSTOLADO DE LA ORACIÓN
Para que las religiosas, los religiosos y los seminaristas crezcan en su camino vocacional a través de una formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, que los lleve a ser testigos creíbles del Evangelio
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Colosenses 3, 14-15. 17. 23-24
Salmo 89, 2-4. 12-14. 16

Al llegar a su pueblo, Jesús se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal manera que todos estaban maravillados.
¿De dónde le viene, decían, esta sabiduría y ese poder de hacer milagros?
¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su madre no es la que llaman María?
¿Y no son hermanos suyo Santiago, José, Simón y Judas?
¿Y acaso no viven entre nosotros todas sus hermanas? ¿De dónde le vendrá todo esto?
Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.
Entonces les dijo: Un profeta es despreciado solamente en su pueblo y en su familia.
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la falta de fe de esa gente.

Hoy celebramos el día del trabajador, del cual San José es patrono.
El papa Francisco nos dice al respecto:
“El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de una persona. El trabajo nos «unge» de dignidad, nos colma de dignidad; nos hace semejantes a Dios, que trabajó y trabaja, actúa siempre (cf. Jn 5, 17); da la capacidad de mantenerse a sí mismo, a la propia familia, y contribuir al crecimiento de la propia nación.
Deseo dirigir a todos la invitación a la solidaridad, y a los responsables de la cuestión pública el aliento a esforzarse por dar nuevo empuje a la ocupación; esto significa preocuparse por la dignidad de la persona; pero sobre todo quiero decir que no se pierda la esperanza. También san José tuvo momentos difíciles, pero nunca perdió la confianza y supo superarlos, en la certeza de que Dios no nos abandona.
Y luego quisiera dirigirme en especial a ustedes muchachos y muchachas, a ustedes jóvenes: comprométanse en su deber cotidiano, en el estudio, en el trabajo, en la relaciones de amistad, en la ayuda hacia los demás. Su futuro depende también del modo en el que sepan vivir estos preciosos años de la vida. No tengan miedo al compromiso, al sacrificio, y no miren con miedo el futuro; mantengan viva la esperanza: siempre hay una luz en el horizonte” (Jornada de la Juventud)


Los detalles que me das de tus trabajos me han interesado mucho: Dios los bendice visiblemente y nunca se lo agradeceremos bastante: el bien que se hace va a ir en aumento y se va a desarrollar aún más, sin duda ninguna, a pesar de todos los obstáculos que se opongan a ello…
A veces temo que tu salud no pueda resistir el arduo trabajo de que estás encargado; procura no entregarte a ello con demasiado esmero, y no consultes solamente la Regla, consulta también tus fuerzas: sé dócil a los consejos de prudencia que el H. Pablo sin duda te ha de dar. (Al H. Jacinto, 1847)

Hoy a tus pies ponemos nuestra vida.   
Hoy a tus pies, glorioso San José. 
Escucha nuestra oración y por tu intercesión    
obtendremos la paz del corazón.   

En Nazaret, junto a la Virgen Santa.
En Nazaret, glorioso San José,
cuidaste al niño Jesús, pues por tu gran virtud
fuiste digno custodio de la luz.

Con sencillez, humilde carpintero.
Con sencillez, glorioso San José,
hiciste bien tu labor obrero del Señor,
ofreciendo trabajo y oración.

Tuviste Fe en Dios y su promesa.
Tuviste Fe, glorioso San José.
Maestro de oración, alcánzanos el don
de escuchar y seguir la voz de Dios.