Pide por mí: pide sobre todo al buen Dios, que yo me alimente de su voluntad, y que continuamente mi corazón repita ese Fiat de resignación, ese Amén de amor, que es el eterno grito de los ángeles y la más bella oración que podemos hacer aquí abajo. (Carta del 16-8-1807)
A sus pies – Jesús Adrián Romero
Cuando el mundo te inunda de fatalidady te agobia la vida con su mucho afány se llena tu alma de preocupacióny se seca la fuente de tu corazón.Cuando quieres huir porque no puedes másporque solo te sientes entre los demásy no hay más en tus ojos brillo y emocióny se cierra tu boca porque no hay canción.Puedes sentarte a sus piesy de sus manos beberla plenitud que tu alma necesita.Puedes sentarte a sus piesy cada día teneruna nueva canción y nueva vida.A sus pies hay pazGracia y bendiciónA sus pies tendrásluz y dirección.La plenitud en Élnunca se agotaráPuedes descansaren su presencia.
Antífona 1Mi Dios y mi todo, yo quiero que mi alma te conozca y te ame siempre.
Salmo 49El verdadero culto a Dios
El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de oriente a occidente. Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece: viene nuestro Dios, y no callará. Lo precede fuego voraz, lo rodea tempestad violenta. Desde lo alto convoca cielo y tierra para juzgar a su pueblo: «Congrégame a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio». Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar. «Escucha, pueblo mío, que voy a hablarte; Israel, voy a dar testimonio contra ti; -yo Dios, tu Dios-. No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí. Pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños; pues las fieras de la selva son mías, y hay miles de bestias en mis montes; conozco todos los pájaros del cielo, tengo a mano cuanto se agita en los campos. Si tuviera hambre, no te lo diría; pues el orbe y cuanto lo llena es mío. ¿Comeré yo carne de toros, beberé sangre de cabritos? Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo e invócame el día del peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria». Dios dice al pecador: «¿por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? Cuando ves un ladrón, corres con él; te mezclas con los adúlteros; sueltas tu lengua para el mal, tu boca urde el engaño; te sientas a hablar contra tu engaño, deshonras al hijo de tu madre; esto haces, ¿y me voy callar? ¿Crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. Atención los que olvidan a Dios, no sea que les destroce sin remedio. El que me ofrece acción de gracias, ese me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2La persona distraída de Dios, lo es por ello mismo de su alma, que no le está presente, en cierto sentido, más que cuando se comunica con Dios.
Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntadaque baja hermosa por su barrosa profundidad;soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerioque es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná.Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo,el agua mansa y su suave danza en el corazón;pero a veces oscura va turbulenta en la ciega honduray se hace brillo en este cuchillo de pescador.Cristo de las redes, no nos abandonesy en los espineles déjanos tus dones.No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes,la sangre tensa y uno no piensa más que en morir;agua del río viejo llévate pronto este canto lejosque está aclarando y vamos pescando para vivir.Llevo mi sombra alerta sobre la escama del agua abiertay en el reposo vertiginoso del espinelsueño que alzo la proa y subo a la luna en la canoay allí descanso hecha un remanso mi propia piel.Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores,dile a mi amada que está apenada esperándomeque ando pensando en ella mientras voy vadeando las estrellas,que el río está bravo y estoy cansado para volver.Cristo de las redes, no nos abandonesy en los espineles déjanos tus dones.
“Diríjanse a quien es la fuerza y la virtud de Dios mismo; ha entrado en ustedes para hacerse un mismo espíritu con ustedes, por la gracia de una unión íntima y por la efusión de un ardiente amor; él conoce sus enfermedades y sus necesidades apremiantes; él sabe cuáles son sus penas, sus tentaciones, sus dudas y sus antiguas manchas; ve todo lo que hay de más secreto en su alma; imploren, pues, su misericordia y sus bondades; no puede negarles nada en este momento.” (Exhortación a la oración)
AntífonaPensar a menudo en Dios al conversar con los hombres, recogerse para rezar en lo secreto, pero sin tensión, sin esfuerzo penoso, con una gran sencillez de amor.
Mi alma canta el amor de Diosy mi espíritu al Salvador,porque El miró mi humildad,todo el mundo me aclamará.Y la Virgen santale cantó al Señor,dándole las graciaspor su gran amor.Al humilde Dios levantará,al soberbio lo derribará,al hambriento le dará su pany a los ricos los despedirá.Desde siempre Dios nos eligiópara ser testigos de su amor;su misericordia y su bondadcon nosotros siempre estarán.
A cada intención respondemos:
Que te escuchemos, Señor
-. Que al rezar no haga grandes esfuerzos, sino que me disponga al encuentro contigo.
-. Que en el día a día esté atento a tu voz en las voces de los que me confías.
-. Que al mirar la jornada vivida intente descubrirte presente en ella
-. Que descubra que el primer mandamiento al que debo estar atento es el Shemá.
-. Que aprenda que la palabra que no nace del silencio orante es hueca
ORACIÓN FINAL
Señor, Dios todopoderoso, dígnate derramar tu Espíritu sobre tus servidores que se consagran a tu servicio en esta congregación: haz que ayudados por tu gracia merezcan llegar al reino de los cielos con los niños que les serán confiados, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.