Hechos 19, 1-8Salmo 67, 2-7
Los discípulos le dijeron a Jesús:Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios.Jesús les respondió: ¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo.Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo.Les digo esto para que encuentren la paz en mí.En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Por lo que dicen los discípulos, ellos mismos dan a entender que no entendían a Jesús y sus palabras les resultaban oscuras o quizá poco comprensibles. De ahí, sus dudas y oscuridades. A los discípulos, que tuvieron el privilegio único de convivir con Jesús, se les hacía oscura la fe, les asaltaban las dudas y no siempre veían con claridad lo que debían hacer. La experiencia de ellos es, en este punto, también nuestra experiencia. La firmeza en la fe no consiste en claridad sin dudas, sino en la búsqueda que supera las dificultades.La inseguridad de aquellos hombres en la fe se puso en evidencia apenas se les presentó la primera dificultad seria. La pasión de Jesús produjo inmediatamente la dispersión del grupo. Lo que provocó que Jesús se sintiera abandonado y solo en la situación más dura y en el momento decisivo.Y, sin embargo, Jesús pudo afirmar con toda razón: “no estoy solo”. La presencia del Padre en su vida fue la fuerza que lo sostuvo. Es más, Jesús llega a decir que les habla de su intimidad con el Padre “para que encuentren paz en mi”. Saber que el Padre jamás abandona, aunque uno se cobarde o traidor, es la fuente de paz que nunca falla.
MÁXIMAMaría, acompáñanos
Si la forma de actuar del Soberano hacedor de las cosas nos deja atónitos, es porque por ahora sólo vemos una parte de su plan, y que aquí abajo sólo podemos conocer de una manera imperfecta las razones que lo llevan a actuar así. Cuando entremos en el santuario de su providencia, y veamos, según la expresión del profeta, la luz en la luz, entonces, iniciados en los profundos misterios de su gobierno y sus leyes, percibiremos claramente las causas de tantos acontecimientos que nos asombran y nos confunden. Entonces el origen del mal físico y moral ya no será un problema, y conoceremos claramente la sabiduría de los consejos de Dios y la justicia de sus mandatos”. (Respuesta a las principales objeciones de los ateos)
En Fátima apareciste,oh, Virgen, Madre de Dios,a tres humildes pastoresllamando a la conversión.¡Ave María, Ave María!Rezad el santo Rosario,rezadlo a diario, rezad.Así vendrá paz al mundoy de la guerra, el final.¡Ave María, Ave María!En Fátima, dolorosamostraste el fuego infernal,pidiendo para salvarnostu Corazón venerar.¡Ave María, Ave María!Cargad con el sufrimiento,ponedlo en manos de Dios,por bien de los pecadoresen santa reparación.¡Ave María, Ave María!En Fátima, Virgen Santa,llamaste a un nuevo fervor,pediste más penitencia,pediste más oraciónpor Jesús y con María.¡Ave María, Ave María!Mirad, qué gran sufrimientoel mundo padecerá,más no tengáis miedo alguno,mi Corazón triunfará.¡Ave María, Ave María!