Martes de la 9ª semana durante el año

2ª Pedro 3, 11-15. 17-18
Salmo 89, 2-4. 10. 14. 16

Le enviaron a unos fariseos y herodianos para sorprenderlo en alguna de sus afirmaciones.
Ellos fueron y le dijeron:
— Maestro, sabemos que eres sincero y no tienes en cuenta la condición de las personas, porque no te fijas en la categoría de nadie, sino que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios. ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? ¿Debemos pagarla o no?
Pero él, conociendo su hipocresía, les dijo:
— ¿Por qué me tienden una trampa? Muéstrenme un denario.
Cuando se lo mostraron, preguntó:
— ¿De quién es esta figura y esta inscripción?
Respondieron:
— Del César.
Entonces Jesús les dijo:
— Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios. Y ellos quedaron sorprendidos por la respuesta.

La Palabra hoy nos presenta a Jesús que responde a la pregunta malintencionada de los fariseos y herodianos. Dice el evangelio que queriendo sorprenderlo en alguna afirmación, le dijeron: ¿está permitido pagar el impuesto al cesar o no? ¿Debemos pagarla o no?

Si Jesús respondía que sí, se ponía en contra de su pueblo, si respondía que no, se ponía en contra del poder romano. Jesús Sabiendo que le ponían una trampa, respondió: Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Esta respuesta justa y genial de Jesús creo que, como siempre, nos enseña mucho para nuestro seguimiento diario de las huellas de Jesús.

En algunas ocasiones, pensamos o creemos que el ser discípulo de Jesús, nos libera de responsabilidades, así como también, nos creemos muy arraigados en Jesús, porque rezamos y vamos a Misa y en la vida cotidiana y social dejamos mucho que desear, porque no somos responsables con nuestros deberes ciudadanos, desde el más pequeño al más grande.

Les comparto algunos trozos de la Carta a Diogneto, que es del siglo II, que creo expresa de modo precioso este dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios:
“..Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres…siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble… toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros;… Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben….Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen… Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia… Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida…Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo.”
(P. Cristian Salomón)


MÁXIMA
Entrega tu corazón a Dios


¿Somos discípulos de Jesús, servidores de Jesucristo? La religión que ha fundado en la tierra a precio de su sangre y que trata de perpetuar en el país que nos ha visto nacer, ¿cuánto nos interesa? ¿Qué amor ponemos en ella?  ¿Seremos capaces de olvidarnos de Jesús negándole los pequeños servicios que nos pide?   Vivamos con espíritu de fe sin dudar. Permanezcamos con Jesús sin reservas. Vengan y unamos nuestras fuerzas y pongamos nuestros corazones uno detrás del otro para vivir con y como Jesús aunque algunos no le hagan caso.  Con nuestra cruz en el pecho, avancemos. Con la cruz venceremos. (Apertura del retiro de los Hermanos, S. VII, 2316)

Oye tú,
que andas por la vida sin pensar,
a dónde hoy tus pasos te guiarán,
pues todo siempre llega a su final.

Oye tú,
que crees que con dinero lograrás
llenar tu vida de seguridad.
Pero, así como llega un día se va.
Aun cuando piensas que todo
tus fuerzas puedes lograr,
y que tu sonrisa y carisma
es la llave para entrar
al trono de la gracia del rey
y disfrutar la paz que él puede dar.

Hey, es Jesús quien te llama.
Hey, es la paz que anhelabas.
y el gozo que nunca se acabará.
Oye tú.

Oye tú
que la mirada apartaste de Dios
y en la apariencia centras tu atención,
buscando de la gente aceptación.

Aun cuando piensas que todo
tus fuerzas puedes lograr
y que tu sonrisa y carisma
es la llave para entrar
al trono de la gracia del rey
y disfrutar la paz que él puede dar.