Familia Menesiana

Soñamos con una Familia Menesiana, reflejo del Reino, generadora de fraternidad, que anima la obra, que convoca al seguimiento de Jesús, que se deja acompañar y acompaña a todos sus miembros en especial los más pequeños (Cap. de Distrito pág. 6)

Somos familia menesiana 
que quiere seguir a Jesús.
Con alegría anunciar su palabra, 
a los sedientos de un agua nueva.

Por eso estamos aquí la la la la
Conmigo puedes contar la la la la
Y dejaré mi equipaje a un lado 
para tener bien abiertas las manos 
y el corazón lleno de paz.

Somos ciudadanos de un mundo 
que fue creado como casa de todos
Como el hogar de una gran familia 
donde todos vivimos en paz.


SALMODIA

Antífona 1
La Familia Menesiana es un lugar de vida, espacio donde compartir y profundizar la fraternidad para la misión.

Salmo 79
Ven, Señor, a visitar tu viña

Pastor de Israel, escucha, 
tú que guías a José como a un rebaño; 
tú que te sientas sobre querubines, resplandece 
ante Efraín, Benjamín y Manasés; 
despierta tu poder y ven a salvarnos. 

Oh Dios, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve. 

Señor, Dios de los ejércitos, 
¿hasta cuándo estarás airado 
mientras tu pueblo te suplica? 

Les diste a comer llanto, 
a beber lágrimas a tragos; 
nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos, 
nuestros enemigos se burlan de nosotros. 

Dios de los ejércitos, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve. 

Sacaste una vid de Egipto, 
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste; 
le preparaste el terreno, y echó raíces 
hasta llenar el país; 

Su sombra cubría las montañas, 
y sus pámpanos, los cedros altísimos; 
extendió sus sarmientos hasta el mar, 
y sus brotes hasta el Gran Río. 

¿Por qué has derribado su cerca 
para que la saqueen los viandantes, 
la pisoteen los jabalíes 
y se la coman las alimañas? 

Dios de los ejércitos, vuélvete: 
mira desde el cielo, fíjate, 
ven a visitar tu viña, 
la cepa que tu diestra plantó 
y que tú hiciste vigorosa. 

La han talado y le han prendido fuego; 
con un bramido hazlos perecer. 
Que tu mano proteja a tu escogido, 
al hombre que tú fortaleciste. 

No nos alejaremos de ti: 
danos vida, para que invoquemos tu nombre. 

Señor, Dios de los ejércitos, restáuranos, 
que brille tu rostro y nos salve.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
La Familia Menesiana es un lugar de vida, espacio donde compartir y profundizar la fraternidad para la misión.


Antífona 2
La misión de la Familia Menesiana debe conservar la opción preferencial por los más vulnerables.

Todos somos menesianos – Marcelo Venturino

Herederos del carisma
que ha dejado Juan María,
vivirlo es el desafío,
en la escuela cada día.

Una escuela que sea Templo,
Hospital, Casa de Pan,
cual Taller para la vida,
Frontera, calor de Hogar.

Con el lema de Dios Solo
y sintiéndonos hermanos,
compartamos la tarea:
¡Todos somos menesianos!

Dar a conocer a Cristo
con el ejemplo en la aulas;
y ser luz entre los hombres
predicando con el alma.

De los jóvenes y niños,
como ángeles custodios
velando por su futuro,
enlazando fe y estudio.

Antífona 2
La misión de la Familia Menesiana debe conservar la opción preferencial por los más vulnerables.

Vivir en Familia Menesiana no está en las formas, sino en el corazón de donde nace. Juan María no pudo vislumbrarla como hoy es concebida, pero a él tendremos que volver y dejarnos caldear por sus palabras hondamente sentidas: «Tengamos un corazón verdaderamente católico; que todos los que como nosotros trabajan para agrandar el patrimonio y el Reino de Jesucristo, nos sean siempre muy queridos». El carisma no nos pertenece, por eso la espiritualidad, la misión, la vida la vamos a compartir como un don que todos saboreamos y a todos nos enriquece (Cap Gral pág 23)

Antífona
La vitalidad de la Familia menesiana depende de la respuesta que dé a las intuiciones del Espíritu, en las diferentes culturas frente a las necesidades.

Canta de nuevo María – Luis Enrique Ascoy

Canta de nuevo María
todas las grandezas de nuestro Señor,
que no ha quitado sus ojos
de aquellos humildes que el mismo salvó.

María, María, Madre de Dios
María, María, Madre del salvador.

Mira alrededor madre del cielo
y veras que en tus pequeños
la promesa se cumplió.
Mira estas familias y su empeño
por hacer un mundo nuevo
con justicia y con amor.
Mira los ricos y poderosos
sólos van cayendo de sus tronos.
El brazo de Dios quiere ayudarlos
pero ellos han decidido andar solos.

Mira como comparte mi gente
cinco panes y dos peces
como en aquella ocasión.
Mira alrededor y nuevamente
que tu espíritu se alegre
junto a nuestro salvador.
Mira los soberbios y orgullosos,
se quedan vacíos poco a poco.
El amor de Dios quiere alcanzarlos,
pero solo el que se humilla
logrará verlo a los ojos.

Mira aquellas viudas que hoy ofrendan,
junto con sus dos monedas
cada gota de sudor.
Mira los Zaqueos y Magdalenas,
a los José de Arimatea
y los Nicodemos de hoy.
Mira a nuestro pueblo generoso
que sigue creyendo, pese a todo.
El pueblo de Dios va caminando.
Ven y llévanos a tu Hijo
de la mano y poco a poco.

Antífona
La vitalidad de la Familia menesiana depende de la respuesta que dé a las intuiciones del Espíritu, en las diferentes culturas frente a las necesidades.

A cada intención respondemos:

Espíritu divino, anima a la Familia Menesiana

-. Que vivamos con la clara conciencia de estar llamados a servir a los pequeños.

-. Que estemos siempre atentos a responder a las necesidades que piden respuesta.

-. Que nos dejemos guiar por el Espíritu en nuestras búsquedas.

-. Que tengamos un corazón católico que ame a todos, con predilección de los últimos.

-. Que cuidemos siempre la formación humana, espiritual y menesiana para mejor servirte.

-. Que vivamos el seguimiento se Jesús como vocación común y respetemos nuestras especificidades.

Padre bueno, a la vista de esta multitud de niños que nos llaman en su socorro, nos lanzaremos hacia ellos, los tomaremos en nuestros brazos y les diremos: queridos niños, a los que Jesús nuestro Salvador ha amado tanto, a los que se ha dignado abrazar y bendecir, vengan a nosotros, permanezcan con nosotros, seremos los ángeles de la guarda de su inocencia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.