2º Reyes 19, 9-11. 14-21. 31-36Salmo 47, 2-4. 10-11
Jesús dijo a sus discípulos: No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos.Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
Jesús hoy nos propone tres sentencias que hacen a la vida de quien se diga cristiano y que hacen referencia a Dios, a los demás y a la propia existencia:En la primera aconseja tomar muy en serio lo sagrado, no a la ligera como tantas veces hacemos, desperdiciando las gracias que Dios nos da, confundiendo las cosas, mezclándolas con otras que no son para nada divinas: Llevamos un rosario al cuello porque queda bien, tenemos la cruz colgada en la pared como adorno bonito, vamos a la Misa para cumplir el precepto, etc., y así desaprovechamos todo el torrente de vida que Jesús nos quiere dar. Como el tonto, que si le señalas el cielo se queda mirando el dedo, así también nos pasa a nosotros. Nos quedamos con los detalles y nos cuesta levantar la mirada.La segunda es la regla de oro para formar comunidad. Tantas veces nos quejamos del trato que nos dan, pero podemos tener esas mismas actitudes con otros. Justificamos la queja y también justificamos nuestras actitudes de desprecio y de ninguneo. Somos especialistas en quedar bien parados, aun cuando vemos que la comunidad se resiente por ello.Y por último está lo de la ‘puerta estrecha’. Dios abre su puerta para todos, pero no es su camino el más placentero y entonces elegimos otros caminos que nos parecen hermosos y divertidos. Tarde nos damos cuenta que no llevan a ningún lado. Es más descansado no preocuparse por el bien de los demás que estar atento a ello. Es más divertido vivir de fiesta en lugar de trabajar responsablemente. Compensa económicamente más pensar sólo en uno mismo que preocuparse de los pobres…En definitiva, ¿qué importancia le doy a Dios?, ¿Y al hermano? ¿Y a mi propia vida?
MÁXIMAVive como quiere Jesús
Busca extender el conocimiento de mis santas verdades, olvidadas, combatidas y despreciadas. Fortalece la fe vacilante, anima el amor que se apaga. Ahí tienes, hijo mío, ahí tienes lo que yo te pido. (Juan María pone en boca de Jesús estas palabras)
Mira Jesús, yo te traigo una gran inquietud.¿Qué debo hacer? Nuestro mundo sufre esclavitud.Le falta paz y en muchos no hay esperanza.Dime Señor, ¿cómo puedo sembrar más amor?Sígueme, soy Camino, única ruta a seguir.Sígueme, soy la vida, que con amor debes compartir.Oigo tu voz en la calma de mi oración;oigo tu voz, en el pobre que me pide pan.Desde tu cruz, Tú me pides mayor compromiso.Dime, Señor, ¿cómo puedo sembrar más amor?Yo, como Tú, buscaré dar más que recibir.No hay amor, sin sufrir, sin luchar, sin servir.Mas si a tu amor, olvidando, lo pierdo de vista,Grita, Señor, aún más fuerte que te pueda oír.