Santificación

Veo con gusto los progresos de sus estudiantes en las ciencias humanas; sin embargo, lo que deseo por encima de  todo, es tener noticias de que hacen mayores progresos aún en la ciencia de los santos. Debes darles no sólo la instrucción, sino también la educación cristiana; que ese sea pues el objeto de principal de sus cuidados y trabajos. (A.325)

La maestra dio las letras a los pobres
Que aprendieron a sumar su soledad,
A saber que en la intención de ser mejores
La ignorancia es enemiga de la claridad.

La maestra dio la voz a los ausentes,
Las abejas marginadas del panal,
Los que nunca cuentan nada y siempre pierden,
Los que viven sin poder desentrañar.

Quién negó la luz al corazón de la maestra,
Qué violencia pudo detener esa ilusión,
Quién segó las flores que regaba la maestra,
Quién a sangre y fuego deja muda la canción.


La maestra dio su amor a la pobreza
Enseñando a ver el mundo y a pensar,
El futuro fue llenándose de ciencia
Y la vida fue algo más que mendigar.

La maestra dio un futuro a los pequeños
Los que ya no tienen nada que perder
Desplazados en el hambre y en los sueños
Olvidados en las mesas del poder.

Quién negó la luz al corazón de la maestra,
Qué violencia pudo detener esa ilusión,
Quién segó las flores que regaba la maestra,
Quién a sangre y fuego deja muda la canción.

Antífona 1
No olvides que has sido encargado de hacer de ellos unos santos y para ello debes ser santo tú mismo.

Cántico de Moisés
Dt 32, 1-18

«scucha, cielo, y hablaré.
Oiga la tierra las palabras de mi boca.
Que mi enseñanza descienda como lluvia
y mi palabra caiga como rocío
como aguacero sobre la hierba
como chaparrones sobre el pasto.

Yo voy a proclamar el nombre del Señor:
¡den gloria a nuestro Dios!
Él es la Roca: su obra es perfecta,
todos sus caminos son justos;
es un Dios fiel y sin falsedad,
justiciero y recto.

Pero se comportaron mal con él
los que ya no son sus hijos,
a causa de su depravación,
esa generación tortuosa y perversa.

¿Así le pagas al Señor, pueblo necio e insensato?
¿Acaso él no es tu padre y tu creador,
el que te hizo y te afianzó?

Acuérdate de los días lejanos,
considera las épocas pasadas;
pregúntale a tu padre, y él te informará,
a los ancianos, y ellos te lo dirán:

Cuando el Altísimo dio una herencia a cada nación,
cuando distribuyó a los hombres,
él fijó las fronteras de los pueblos
según el número de los hijos de Dios.
Pero la parte del Señor es su pueblo,
la porción de su herencia es Jacob.

Lo encontró en una tierra desierta,
en la soledad rugiente de la estepa:
lo rodeó y lo cuidó,
lo protegió como a la pupila de sus ojos.

Como el águila que impulsa a su nidada,
revoloteando sobre sus pichones,
así extendió sus alas, lo tomó y
lo llevó sobre sus plumas.

El Señor solo lo condujo,
no había a su lado ningún dios extranjero.
Lo puso encima de las alturas del país,
para que comiera los frutos de los campos;

lo alimentó con miel de los peñascos,
con aceite de la roca dura;
con cuajada de vaca y leche de oveja,
con la gordura de corderos y cameros;

El rechazó al Dios que lo creó,
despreció a su Roca salvadora.

Provocaron sus celos con dioses extraños,
lo irritaron con abominaciones.
Ofrecieron sacrificios a demonios que no son Dios
a dioses que no conocían,
a dioses nuevos, recién llegados,
que sus padres no habían venerado.
Así despreciaste a la Roca que te engendró,
olvidaste al Dios que te hizo nacer.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona 1
No olvides que has sido encargado de hacer de ellos unos santos y para ello debes ser santo tú mismo.


Antífona 2
Cuida de estos queridos niños y sobre todo esfuérzate en hacerles santos. Es así que se santificarás a ti mismo.

EDUCAR
H. Fermín Gainza, FSC

Educar es lo mismo
que ponerle un motor a una barca.
Hay que medir, pesar, equilibrar…
y poner todo en marcha.

Para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco –ese niño‒
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que, cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.

Antífona 2
Cuida de estos queridos niños y sobre todo esfuérzate en hacerles santos. Es así que se santificarás a ti mismo.


Queridos niños, dense prisa en venir con confianza, les llamo a todos en nombre del Señor Jesús, que, durante el tiempo que estuvo en la tierra, les llamaba también con tanta ternura y bondad.
Mis pequeños niños, no teman, el Hermano que va a prodigarles sus cuidados es un segundo padre que la Providencia les da; no descuidará nada para adornar su espíritu de los conocimientos, que más tarde, podrán serles útiles.
Pero buscará sobre todo, por una dichosa mezcla de dulzura y de firmeza, corregirles de sus defectos y hacer de ustedes santos; así se santificará él mismo y cumplirá la misión que ha recibido de lo alto, pasará por la tierra haciendo el bien, ignorado de los hombres, no esperando de ellos ni elogios ni recompensas, pero consolado y sostenido por la dulce esperanza de que los niños que él habrá instruido y santificado entrarán un día con él en el seno de Abraham y estarán unidos para siempre en los tabernáculos eternos. (Antología p. 309-310).

Antífona
Temo que, por brillar, se busque demasiado las cosas del brillo, y hacer sabios antes que santos; sería ir contra el objetivo de su misión.

Yo canto al Señor porque es grande
me alegro en el Dios que me salva.
Feliz me dirán las naciones,
en mí descansó su mirada.

Unidos a todos los pueblos
cantamos al Dios que nos salva.

El hizo en mí obras grandes,
su amor es más fuerte que el tiempo,
triunfó sobre el mal de este mundo,
derriba a los hombres soberbios.

No quiere el poder de unos pocos,
del polvo a los hombres levanta,
dio pan a los hombres hambrientos,
dejando a los ricos sin nada.

Libera a todos los hombres,
cumpliendo la eterna promesa
que hizo en favor de su pueblo:
los pueblos de toda la tierra.

Antífona
Temo que, por brillar, se busque demasiado las cosas del brillo, y hacer sabios antes que santos; sería ir contra el objetivo de su misión.

A cada intención respondemos:

Señor, que nuestra educación evangelice hoy a todos

-. Que no busquemos tanto la excelencia académica como la calidad educativa de nuestra propuesta.

-. Que los criterios del evangelio sean los inspiradores de las decisiones pedagógicas que tomemos.

-. Que el sueño de Juan María y Gabriel se vea encarnado en nuestros proyectos educativos.

-. Que la Familia Menesiana encarne la propuesta evangelizadora y actúe en consonancia.

-. Que los educadores se preocupen más por formar personas íntegras que intelectuales poco humanos.

Señor Jesús, te damos gracias por la sublime vocación que nos has regalado. Danos tu Espíritu para que pasemos por el mundo haciendo el bien que tú mismo hiciste y que nuestra educación evangelice hoy a todos y nos ocupemos más de hacer santos que sabios. Por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.